Referirse a la ingeniería civil desarrollada por mujeres en México no despierta más que admiración. La ingeniera mexicana tiene seguridad en sí misma como profesional, característica que la impulsa a desarrollar una ingeniería de calidad.
Gabriel Moreno Pecero
Hace algunos años, al finalizar la Reunión Nacional de la Asociación Nacional de Facultades y Escuelas de Ingeniería, se me pidió leer las diez conclusiones a las que se había llegado en ese encuentro. Dejé para el final una que en principio me pareció sorprendente: los resultados de encuestas realizadas en el país mostraban que la ingeniería de mayor calidad era producto de la labor de las ingenieras. La reflexión que hice para explicar ese hecho se suma a lo observado: las ingenieras poseen una gran autoestima, que considero es por el hecho de que tuvieron que ser muy tenaces en su decisión de convertirse en ingenieras civiles, porque tuvieron que abrir camino y convencer a sus familias de aceptar esa decisión, hecho que para los hombres no resulta necesario.
Consulte la semblanza completa en la revista Geotecnia 240, junio-agosto 2016, aquí: www.smig.org.mx