Carolina Fong Guzzy. Analista de infraestructura.
El modelado de información para la construcción permite erigir edificios cada vez más integrados al entorno, inteligentes y eficientes. Sin embargo, a pesar de estar convirtiéndose en un proceso ampliamente adoptado, existen algunos mitos o conceptos errados que llevan a una lenta aceptación general.
En el mundo del diseño y la construcción, así como en el de la infraestructura civil, el modelado de información para la construcción (BIM, por sus siglas en inglés) se ha convertido en un factor esencial para el futuro de la construcción de casas, edificios comerciales, carreteras, autopistas, sistemas pluviales y más. Hay gobiernos en el mundo que exigen o recomiendan el uso de BIM, reconocen su valor para ayudar a realizar proyectos con éxito mediante la reducción de riesgos e ineficiencias, y mejoran los registros de productividad y seguridad manteniendo las entregas a tiempo. Diversos países instauran ahora el uso obligatorio del BIM, como Estados Unidos a través de su Administración de Servicios Generales y su Cuerpo de Ingenieros del Ejército, así como Noruega, Reino Unido, Dinamarca, Bélgica, Holanda, Hong Kong, Singapur, China, Japón y Corea, sólo por mencionar algunos.
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