Guillermo Sánchez Rueda Arquitecto. Doctor en Planificación Urbana y Regional, con experiencia internacional de más de 20 años en la elaboración de estrategias de desarrollo urbano, metropolitano y regional, así como en la investigación de procesos urbanos y territoriales. Experto en planificación estratégica de ciudades.
En este artículo se presenta la iniciativa denominada Tijuana Ciudad-Río como una propuesta integral de regeneración urbana y ambiental del río Tijuana, conectando naturaleza, movilidad, renovación urbana e innovación económica para mejorar la calidad de vida, la sostenibilidad y la competitividad de la ciudad.
El proyecto Tijuana Ciudad-Río es una ambiciosa estrategia de regeneración urbana y ambiental que propone recuperar el río Tijuana como el gran eje estructurador del desarrollo sostenible, la integración social y la competitividad económica de la ciudad. Esta iniciativa se suma a las tendencias internacionales que convierten los espacios fluviales en motores de transformación para las ciudades del siglo XXI, integrando naturaleza, infraestructura, economía y calidad de vida.
Este proyecto plantea soluciones a problemas históricos de Tijuana, como la degradación ambiental del río, la fragmentación urbana, la movilidad deficiente y la falta de espacios públicos de calidad.
La cuenca y su problemática
El río Tijuana está formado por diferentes corrientes originadas en México y Estados Unidos, principalmente el río de Las Palmas en México y el Cottonwood Creek en la parte estadounidense de la cuenca. Ambos afluentes convergen en la zona urbana de la ciudad de Tijuana, 16 km al este del océano Pacífico, y desemboca en el mar, cerca de una reserva ecológica al norte de la línea fronteriza (figura 1).
Debido a las condiciones climáticas semiáridas de esta zona, considerada de tipo mediterráneo, la mayoría de las corrientes de agua son intermitentes, con caudales máximos entre los meses de noviembre y abril. Los escurrimientos respectivos son captados por las presas de la cuenca en ambos países y por los acuíferos que suministran agua a comunidades locales.
En 2020, casi dos millones de personas habitaban dentro de los límites de la cuenca; aproximadamente 97% residen en la parte mexicana, en las ciudades de Tijuana y Tecate. Los centros urbanos de la cuenca concentran a más de 90% de la población, y le dan una connotación marcadamente urbana a su problemática ambiental.
La cuenca del río Tijuana enfrenta múltiples retos, producto básicamente del crecimiento urbano que ha tenido lugar dentro de sus límites. Entre los relacionados con los recursos hídricos se encuentran la oferta y distribución de estos, la calidad del agua y el saneamiento, necesidades de protección ecológica, inundaciones y control de avenidas y manejo de sedimentos. La mayoría de estos problemas requiere un tratamiento binacional, y es por ello que en las últimas décadas estos problemas han sido abordados por la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) y su contraparte estadounidense, la International Boundary and Water Commission (IBWC), que han establecido distintos acuerdos para asegurar una mayor atención a un amplio rango de problemas asociados con el grado de urbanización de la cuenca y el nivel crónico de contaminación por las aguas residuales sin tratar que en el lado mexicano se vierten al río; conjuntamente, a lo largo de estos años, han promovido un cambio en el patrón histórico de abandono binacional de la cuenca.
El río Tijuana en su tramo urbano atraviesa la ciudad desde la presa Abelardo L. Rodríguez, en la parte sur, hasta el cruce fronterizo de San Isidro, con una infraestructura canalizada sin ningún valor ecológico ni social (figura 2). Sin embargo, históricamente el río ha tenido siempre una presencia urbana notable, al ser el gran eje que ha estructurado el crecimiento de Tijuana hacia la parte sur. Junto a él se localiza el centro y la mayor parte de las zonas comerciales y de servicios y, al estar confinado por dos vías rápidas, también es un eje que vertebra la movilidad a lo largo de la ciudad (figura 3).
Alcance y objetivos del proyecto
El proyecto Tijuana Ciudad-Río se plantea como una estrategia de ecodesarrollo destinada a orientar la recuperación del río Tijuana y potenciar la transformación urbana y medioambiental de la ciudad.
El río Tijuana ofrece a su paso por la ciudad una excelente oportunidad de recuperación medioambiental, mejora urbana e integración social. La transformación de Tijuana asociada a la recuperación de su río es la oportunidad de crear un gran espacio para la localización de áreas vinculadas a la cultura, el ocio, el deporte y nuevas actividades urbanas. Esta intervención tiene la capacidad de ser un eje articulador que impulse la rehabilitación y renovación urbana, la nueva economía y las actividades innovadoras de la ciudad asociadas a un entorno de calidad.
El proyecto abarca una superficie lineal de aproximadamente 18 km, conectando zonas clave como el centro, la Zona Río, el área de Otay, La Mesa y La Presa, en beneficio de más de un millón de personas que viven allí y transitan cotidianamente por estos entornos.
Diversas ciudades en todo el mundo están redefiniendo su futuro y acometiendo importantes procesos de transformación territorial para mejorar su relación e integración urbana con los ríos. Los proyectos urbanos fluviales significan un esfuerzo de regeneración urbana y ambiental que tienen efectos muy positivos sobre la movilidad urbana, la integración de diversos sectores de la ciudad, la revalorización de suelos y la activación de la economía local, limpieza de los cuerpos de agua, regulación de cauces fluviales y dotación de una red de áreas verdes y espacios públicos para la ciudadanía.
El proyecto Tijuana Ciudad-Río tiene los siguientes objetivos generales:
- Revertir la degradación ambiental del río y su entorno
- Reconectar el río con la vida urbana y la ciudadanía
- Generar espacios públicos, culturales y deportivos de calidad
- Mejorar la movilidad sostenible, accesible y eficiente
- Impulsar una economía del conocimiento, la innovación y los servicios avanzados
- Fomentar un modelo de ciudad compacta, mixta y resiliente
- Ejes estratégicos de intervención
La propuesta se organiza en cuatro ejes estratégicos integrados, cada uno con acciones concretas que combinan medio ambiente, infraestructura, desarrollo urbano y economía.
Medio ambiente, naturaleza y paisaje urbano
El eje verde y azul (figura 4) propone recuperar el río y convertirlo en un gran corredor ecológico de carácter metropolitano, conectando la presa Abelardo L. Rodríguez, el arroyo Alamar, el cerro Colorado y el estuario en la desembocadura del río en el océano Pacífico. Es una operación para conformar un gran parque lineal en el centro de la ciudad que actúe como pulmón verde y espacio de ocio. Sus acciones destacadas son:
- Recuperación de riberas y zonas de amortiguamiento para permitir la infiltración de agua y la regeneración de la vegetación nativa.
- Creación de parques lineales, jardines, zonas de recreo y espacios deportivos que devuelvan el acceso público al río.
- Rehabilitación del hábitat para la fauna en el corredor biológico de la ciudad.
- Recorridos verdes y senderos peatonales y ciclistas que conecten las áreas naturales con la ciudad.
Estas medidas no solo mejoran el paisaje y la calidad ambiental, sino que ayudan a mitigar el riesgo de inundaciones y a mejorar la gestión hídrica en una región con serios desafíos por falta de agua.
Movilidad sostenible: comunicación y transporte
El eje de movilidad sostenible (figura 5) tiene por objetivo conectar la ciudad de forma limpia y eficiente articulando una red de transporte multimodal que integre el río con los sistemas de transporte público, ciclismo y movilidad peatonal. Sus propuestas concretas son:
- Ampliación del Sistema Integral de Transporte de Tijuana (SITT) con nuevas terminales intermodales.
- Reconversión de vías rápidas en ecobulevares que combinen transporte público, ciclovías y áreas peatonales a lo largo del río.
- Red de ciclovías conectadas con el sistema urbano existente para fomentar la movilidad activa y saludable.
- Mejora de la accesibilidad regional y transfronteriza para facilitar conexiones con San Diego y otras ciudades cercanas.
Estas acciones permiten reducir la dependencia del automóvil, mejorar la calidad del aire y ofrecer alternativas de transporte seguras y accesibles para todos.
Renovación urbana: soluciones urbanas, ecotecnologías y mezcla de usos
Este eje (figura 6) impulsa la transformación del tejido urbano a lo largo del río mediante estrategias de mejora urbana, recuperación y habilitación de espacios en desuso, integración de diversos sectores de la ciudad, revalorización de suelos, localización de nuevas centralidades (zonas de intensidad urbana), mezcla de usos y mejora de la imagen urbana. Sus estrategias principales son:
- Densificación inteligente con desarrollos de vivienda, comercio y servicios en áreas bien conectadas.
- Regeneración de zonas industriales en desuso para convertirlas en espacios de uso mixto con actividades económicas, culturales y residenciales.
- Implantación de ecotecnologías en los nuevos desarrollos, priorizando eficiencia energética, captación de agua y materiales sostenibles.
- Creación de espacios de identidad y convivencia, como plazas, foros culturales y zonas deportivas.
Este enfoque busca construir una ciudad compacta, accesible y diversa, que evite la expansión descontrolada y aproveche al máximo la infraestructura existente.
Dinamización económica: innovación, servicios avanzados y creatividad
El eje de dinamización económica (figura 7) plantea convertir el río en un motor de desarrollo económico y social mediante la recuperación de espacios para impulsar nuevas funciones y actividades innovadoras asociadas a la nueva economía en un entorno de calidad. Sus iniciativas clave son:
- Zonas de educación y conocimiento, con universidades y centros de investigación.
- Clústeres de salud, tecnología y servicios avanzados en áreas como la Zona Río, Otay y la frontera.
- Espacios de emprendimiento y creatividad para industrias culturales y digitales.
- Mejoras tecnológicas como el acceso a redes wi-fi públicas y servicios inteligentes.
Esto posiciona al proyecto como un catalizador de la economía del conocimiento para atraer inversión y generar empleos de calidad en sectores estratégicos.
Beneficios esperados
La implementación de estos cuatro ejes traerá beneficios directos e indirectos para Tijuana y su área metropolitana (figura 8), entre los que destacan:
Beneficios ambientales: rehabilitación de 18 km del río como corredor ecológico; aumento de áreas verdes y calidad del aire; mitigación de riesgos de inundación y contaminación.
Beneficios urbanos y sociales: creación de nuevos espacios públicos de calidad; mejora de la conectividad peatonal y ciclista; integración de barrios hoy aislados; acceso equitativo a cultura, deporte y recreación.
Beneficios económicos: activación de nodos de innovación y servicios avanzados; revalorización del suelo urbano; impulso a nuevas actividades económicas y generación de empleo.
Beneficios en movilidad: reducción del uso del automóvil y de la congestión; mejora del transporte público y la movilidad activa.
Conclusión
El proyecto Tijuana Ciudad-Río representa una oportunidad histórica para redefinir el futuro de Tijuana y posicionarla como una ciudad innovadora, resiliente y sostenible. La recuperación del río como eje ambiental, social y económico es una apuesta por un modelo urbano que beneficia a las personas, al medio ambiente y a la economía.
Este proyecto no solo transforma un espacio físico, sino que reconecta a la ciudad con su río y a la ciudadanía con su territorio, promoviendo un nuevo equilibrio entre desarrollo y naturaleza. En un contexto fronterizo estratégico, donde Tijuana se proyecta como uno de los polos urbanos más dinámicos de México y América del Norte, el proyecto Ciudad-Río es la base para construir una Tijuana más verde, más humana y más competitiva
Referencias
Castro, J. L., et al. (2018). Cooperación local binacional: La cuenca internacional del río Tijuana. Estudios Fronterizos 19.