Aguas costeras, previsión y solución
Se ha hablado mucho sobre la planeación integral de largo plazo, pero no ha habido una planeación hídrica general, y menos aún en el uso de las aguas costeras; las aguas que escurren por las planicies costeras no obedecen a ningún sistema de planeación, y prueba de ello es que aproximadamente el 70% del agua dulce del país se va al mar sin ningún aprovechamiento; mucho menos podemos decir de las aguas costeras salobres de las lagunas litorales, que no tienen uso positivo.
Héctor López Gutiérrez Ingeniero civil con más de 60 años de experiencia. Miembro Emérito del CICM.
Analicemos los ríos de las planicies del Golfo de México. En la parte noreste existió la Comisión del Pánuco, que pretendía construir, por ejemplo, la presa de Pujal, como parte del proyecto hidrológico más importante no solo de México, sino de toda América Latina: el sistema Pujal Coy, que sería la válvula de seguridad para el sur del estado. Esta es una de las tareas federales pendientes desde principios de la década de 1970, al igual que un par de proyectos más en la parte alta, que tampoco se llevaron a cabo. Los ríos Tempoal, Moctezuma, Tamesí y el propio Pánuco y sus afluentes, con toda la serie de lagunas costeras, son muy aprovechables para control de inundaciones, regulación de los picos de las avenidas, desarrollos acuícolas y de riego durante el estiaje; sin embargo, no aparece signo de un desarrollo organizado de esta importante cuenca. También se consideró como fuente potencial de abastecimiento de la Ciudad de México el agua del río Tecolutla, pero no se llegó a concretar el proyecto.
En el norte del estado de Oaxaca, en el río Tonto, se encuentra la presa Temascal, más formalmente llamada Miguel Alemán. Está conectada por un canal al embalse de la presa Cerro de Oro en el río Santo Domingo. Fue puesta en operaciones el 18 de junio de 1959, y su embalse forma el lago Miguel Alemán, que proporciona ingresos por la pesca y el turismo. La costa noroeste y las islas han sido declaradas reserva natural.
La pesca comercial produce aproximadamente 700 toneladas por año, lo cual es un buen ejemplo de aprovechamiento del agua, y aunque hubo algunas obras pequeñas en la laguna Camaronera para comunicarla con el mar, para fines de acuacultura –comunicación que dio muy buen resultado–, del resto de los ríos no se conocen obras que destaquen con algún propósito productivo organizado.
Se conocen perfectamente las inundaciones que suceden cada vez que hay lluvias intensas en la cuenca del Papaloapan, y el uso para navegación fluvial no está en nuestras prácticas comerciales.
En la cuenca del río Coatzacoalcos hay dos acueductos: Uxpanapa-La Cangrejera, con una longitud de 40 km, un caudal de diseño de 20,000 litros por segundo que abastece a 22 industrias, y Yurivia, con una longitud de 64 km, un caudal de 2,000 l/s que abastece a los municipios de Coatzacoalcos y Minatitlán con agua que capta de los ríos Ocotal y Tizizapa. Como parte de la infraestructura hidráulica de la zona existe un estanque utilizado para la cría de truchas y se desarrolla actividad petrolera y petroquímica en la laguna de Pajaritos y en el propio puerto de Coatzacoalcos, el cual tiene problemas de profundidad que obligan a importantes dragados, por no contar con un adecuado encauzamiento ni en su desembocadura, ni en la llegada del río Uxpanapa, por la margen izquierda. Los problemas de inundaciones en Minatitlán son otro signo de la falta de planeación integral en la cuenca.
En el estado de Tabasco existen diversas propuestas de obras que podrían requerirse para lograr un control efectivo de las inundaciones, pero siguen pendientes. Salvo el conjunto de presas en la parte alta, hasta la de Peñitas que descarga sobre el río Mezcalapa es la responsable de las inundaciones en la zona de Villahermosa. En el pasado operó con mucho éxito la Comisión del Grijalva, que hacía frente a los problemas de inundaciones y de comunicación en la zona de Sánchez Magallanes. Esta comisión realizó no solamente obras hidráulicas, sino infraestructura para que tuviera una dimensión social.
En el litoral del Pacífico, la administración federal que gobernó de 1976 a 1982 tomó una decisión política inadecuada, al hacer desaparecer las comisiones del los ríos más importantes, como las comisiones del Fuerte, del Yaqui y del Balsas. Estos organismos de desarrollo regional planearon el aprovechamiento integral de los recursos hídricos de las planicies costeras, con todo su amplio campo de acción.
Nuevamente hay que referirse a sustentabilidad o supervivencia: ¿qué pretendemos?, ¿seguir en la Ciudad de México con los problemas que tenemos actualmente de una excesiva concentración de habitantes, de una carencia cada vez mayor de agua para los usos más elementales, o empezar a tener problemas en algunas planicies costeras, principalmente del noroeste? En el valle de Guadalupe o en la zona de Hermosillo, los acuíferos empiezan a salarse por la excesiva extracción de agua de los pozos.
Hace unos años, la Comisión de Aguas del Valle de México anunció con gran éxito que había logrado perforar un pozo a 2,200 m de profundidad para extraer agua dulce. Es verdaderamente aberrante este hecho, cuando se está desperdiciando el 70% del agua dulce de las lagunas costeras.
Falta de planeación integral
Las únicas evidencias de intento de planeación de las planicies costeras lo hizo la extinta Secretaría de Recursos Hidráulicos, con la creación de los distritos de riego de los ríos Yaqui y Fuerte. Sobre el río Balsas, la Comisión del Balsas construyó las presas Adolfo López Mateos (Infiernillo) y, aguas abajo, la José María Morelos (La Villita) para generación de energía eléctrica y con fines agrícolas.
En el litoral del Golfo se crearon las comisiones de los ríos Bravo, Pánuco, Papaloapan y Grijalva. La del río Pánuco solo realizó algunos estudios y proyectos de obras sobre ese río y su sistema de afluentes. Por su parte, la del Papaloapan construyó dos presas exclusivamente para control de avenidas en la parte baja del río del mismo nombre; y en uno de los ríos más caudalosos, el Coatzacoalcos, no ha habido ningún proyecto de aprovechamiento. En el sistema Grijalva-Usumacinta todas las presas de la parta alta han sido construidas por la CFE para generación de energía eléctrica.
Resumiendo, en la planicie costera, por falta de una planeación integral en materia de prevención de desastres no se han hecho obras importantes para prevenir inundaciones, que podrían haber evitado casos catastróficos como las inundaciones de 2007, 2010 y sobre todo la de 2020, y en cambio han causado problemas de erosiones costeras. La franja litoral presenta condiciones climáticas, hidrológicas e hidrogeológicas variadas; sus cuencas presentan escasez natural de agua o acuíferos sobreexplotados.
En la porción noroeste y en la región sureste, el subsuelo es la única fuente de agua dulce; actualmente los desarrollos costeros no tienen acceso a un sistema de abastecimiento municipal.
El desarrollo de la desalación y la gradual disminución de su costo han incrementado la factibilidad de utilizar agua salada, y abierto amplias perspectivas para impulsar sectores de gran rentabilidad, sea con pozos playeros –práctica antigua en reducida escala, pero poco tecnificada y no regulada– o mediante la toma directa, que tiene un mayor costo de construcción, operación y mantenimiento y además requiere pretratamiento.
También existe el problema de la intrusión salina en regiones costeras donde el agua dulce que se consume se extrae de pozos, pues al intensificarse el consumo se empieza a succionar el agua de la cuña salina natural que subyace al agua dulce en los acuíferos costeros. Los niveles de agua son abatidos bajo el nivel del mar por sobreexplotación, el agua marina avanza tierra adentro en sentido horizontal y vertical, y desplaza el agua dulce.
El efecto de la marea en la desembocadura de los ríos, en especial los del Golfo de México, manejado solo con escolleras para evitar el efecto del acarreo litoral, no evita el azolvamiento por efecto de la floculación, y esto se traduce en altos costos de dragado; por ejemplo en el río Coatzacoalcos se da la remoción de casi un millón de metros cúbicos anuales, lo cual podría evitarse con obras de encauzamiento en la parte baja del río.
A todo lo anterior se suma el que, siendo México un país petrolero, hay graves riesgos para la vida en aguas marinas, con los derrames derivados de accidentes en su explotación.
Finalmente, surge una pregunta fundamental: ¿existe una legislación de carácter nacional que incluya las aguas salobres y las marinas? La respuesta lamentable es: no.
Visión y misión
Es urgente plantear una visión de planeación territorial, una visión de largo plazo para lograr un desarrollo sustentable del país en el siglo XXI, lo cual implica incorporar de manera prioritaria la porción costera del territorio nacional. La misión es asignar una serie de usos a las planicies costeras: a las lagunas adyacentes a los ríos y las lagunas litorales, producción de alimentos, y organizar sistemas costeros industriales regionales para evitar la migración de la gente del campo a la ciudad. Lograr la integración del sistema de transporte mediante formación logística entre el autotransporte y el transporte marítimo, o modalidades de navegación de corta distancia; implementar centros de distribución de combustible; prevenir el deterioro de playas y manglares.
Crear sistemas de prevención de inundaciones con encauzamiento de ríos y uso de las lagunas adyacentes para regulación y almacenamiento en estiaje, con el fin de tener desarrollos agroindustriales y ganaderos. En la porción de esteros y zona costera, encauzar los ríos para reducir el dragado; desarrollar el turismo ecológico en apoyo a áreas naturales protegidas; emprender tareas de preservación y acuacultura en lagunas litorales, con conservación de playas limpias y manglares.
Algunos ejemplos de lagunas litorales a las que no se les da uso son, en el Pacífico, Huizache Caimanero y Santa María Reforma, en Sinaloa; Agua Brava y Teacapan en el límite entre Nayarit y Sinaloa; la laguna de Cuyutlán en Colima; Coyuca en Guerrero y Chacahua en Oaxaca. En el litoral del Golfo, la Laguna Madre, la Laguna de Tamiahua, las lagunas camaroneras en Alvarado, la Machona, la del Carmen y la de Términos.
Prospectiva 2025-2050
Considerando la disponibilidad de agua dulce según estimaciones de la Comisión Nacional del Agua, es necesario formular políticas de desarrollo de manejo del agua en las planicies costeras para lograr un desarrollo sustentable (figura 1).
Actualmente la planeación nacional está orientada a fortalecer el altiplano, con un esquema y visión conformista. Las zonas costeras han sido abordadas en la gestión pública de una manera desvinculada. Los esfuerzos institucionales por organizar y manejar esta zona han sido planteados considerando solo el punto de vista y las necesidades de cada uno de los sectores que tiene competencia en el litoral mexicano.
Tomando en cuenta que en los próximos 25 años cerca de 25 millones de habitantes residirían a más de 1,000 metros sobre el nivel del mar, ello implicaría incrementar la dotación de agua potable del orden de tres veces la que se suministra a la Ciudad de México, con el consecuente desalojo de las aguas residuales y su tratamiento.
Si la tendencia migratoria del campo a la ciudad no se modifica, hacia finales del primer cuarto del siglo actual la población urbana llegaría a más del 88%.
Todo ello hará necesario incrementar en un 45% la producción de alimentos básicos; duplicar la capacidad de generación de energía eléctrica para la industria y las áreas urbanas; desarrollar zonas urbanas ubicadas en las vecindades de los centros productores para alojar a los 25 millones de mexicanos mencionados, a lo que habría que agregar costos sociales, problemas de congestionamiento y costos de abastecimiento y distribución, contaminación ambiental: un conjunto de problemas que ya estamos padeciendo.
Estrategia para las planicies costeras
Tomando en cuenta las cifras relativas a la dotación de agua para lograr un desarrollo sustentable, se sugieren las estrategias que se enumeran en los apartados siguientes.
Parte media de las cuencas
Serán necesarios proyectos para la prevención de inundaciones con encauzamiento y uso de lagunas adyacentes para regulación y almacenamiento; en estiaje, para desarrollos agrícolas y ganaderos, así como desarrollo de riego de temporal tecnificado (figura 2).
Porción estuarina y costera
Encauzamiento de ríos para reducir dragado, lo que también permitirá el desarrollo de turismo ecológico en apoyo a áreas naturales protegidas. De singular importancia será mantener las lagunas litorales en condiciones adecuadas de productividad para proyectos de acuacultura extensiva e intensiva. También, por su función productiva y de protección costera en caso de temporales, será necesario el manejo planeado de manglares, y para contrarrestar la reducción del aporte de sedimentos a las playas deberán programarse obras de alimentación artificial y de prevención contra los efectos de mareas de tormenta.
Haciendo una estimación de cuánto podríamos conseguir si logramos hacer la planeación recomendada –por ejemplo utilizando planicies costeras con distritos de temporal tecnificado, con riego suplementario proveniente de lagunas de regulación y avenidas de almacenamiento adyacentes de los ríos–, tendríamos casi 800,000 ha cultivables con una producción potencial de 5,000 millones de toneladas de granos básicos y oleaginosas. En materia de acuacultura, podríamos llegar al equivalente al 57% de la producción anual total de pescados y mariscos (figuras 3 y 4).
Problemas de disponibilidad de agua dulce y de intrusión salina
Estos problemas se resuelven con la desalación del agua de mar. Las principales técnicas en escala global para desalar agua de mar o salobre se dividen en dos grandes grupos: evaporación o destilación y membranas.
La técnica más utilizada hoy en día en el mundo para desalar agua es la ósmosis inversa, que alcanza casi el 70% del total, seguida de la MSF (18%), la MED (7%), la nanofiltración (3%) y la electrodiálisis (2%).
Para seguir estimulando el crecimiento industrial y aprovechar más ampliamente el proceso de la relocalización, es importante continuar con los procesos de desalación para su uso directo urbano e industrial. Actualmente, el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua cuenta con el inventario nacional de plantas desaladoras, en el que se registran 320 sitios donde hay 435 plantas desaladoras de distintos tipos en México. El estado con el mayor número de desaladoras es Quintana Roo, con 124 unidades; le sigue Baja California Sur con 71. Este estado cuenta con la planta municipal más grande del país, en el municipio de Los Cabos, que produce 200 l/s de agua potable. A su vez, en Ensenada opera una planta que sustituye el sistema original en que el agua dulce provenía de cuatro acuíferos: Guadalupe, La Misión, Maneadero y Ensenada; sin embargo, debido a la creciente demanda, los volúmenes de agua extraídos excedieron los niveles permitidos, y la calidad del agua se vio afectada por la intrusión salina.
En Quintana Roo, la de Playa del Carmen tiene la variante de que extrae el agua de los pozos que se ubican a 3.3 km del mar. En este proceso destaca el nuevo plan maestro que el gobierno de Nuevo León presentó recientemente para garantizar la disponibilidad de agua dulce para uso urbano e industrial hasta el año 2050, que consiste en la construcción de una planta desaladora, a iniciarse en 2027.
Conclusiones
La reciente crisis de falta de agua potable en el Valle de México ha hecho evidente, una vez más, la histórica desatención que se ha dado a la planeación territorial en nuestro país, y, asociada con ella, las posibilidades que ofrece el manejo organizado del aprovechamiento en usos diversos de las aguas costeras, así como la prevención de inundaciones y destrucción de playas y manglares producidas por los fenómenos meteorológicos de carácter estacional, frecuentes en los litorales del país, cuyos impactos no ha sido posible aminorar.
Por ello resulta importante convocar nuevamente a especialistas y a todos los interesados en el manejo y usos del agua a dar la atención que merecen las aguas costeras y marinas, incluyendo la legislación general que las incluya