En México existe un paradigma ancestral que nos impulsa a creer que modificando las leyes vamos a transformar la realidad. Es más, que los problemas que padecemos los vamos a resolver promulgando nuevas leyes. Los hechos contradicen esta creencia, una y otra vez. La promulgación de una ley es apenas el segundo paso.
Francisco J. Treviño Moreno
Ciertamente, uno de los propósitos de la ley consiste en regular la realidad para permitir la convivencia social. Otro es establecer objetivos en el devenir de la sociedad. Ambos conceptos se sintetizan y complementan. Pero en cualquier caso, la ley hay que aplicarla, precisamente para que logre sus objetivos de regular la realidad y proteger el bien común. Y esto hay que hacerlo con sentido de justicia, con equidad (la justicia aplicada al caso concreto).
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