Juan J. Schmitter
Martín del Campo
Gracias al procedimiento de tuneleo mediante escudos de frente abierto se pudo observar la estratigrafía del subsuelo arcilloso de la Ciudad de México y recuperar valiosas evidencias de acontecimientos que ocurrieron durante su formación.
A finales del siglo pasado, cuando los interceptores del Drenaje Profundo de la Ciudad de México se construían con ayuda de escudos de frente abierto –presurizado con aire comprimido– y utilizando herramientas de excavación manuales, se encontraron en algunos sitios de la trayectoria fragmentos de huesos de origen animal (véase figura 1) y también trozos de madera arbórea (véanse figuras 2 y 3).
Los trozos de madera arbórea que se muestran en las figuras 2 y 3 fueron recuperados del frente en excavación (véase figura 4) por el ingeniero geotecnista Juan Manuel Anguiano, de la empresa tunelera TUSA, cuando en diciembre de 1979 se estaba excavando el Interceptor Central del citado Drenaje Profundo, bajo las calles de Guerrero (esquina con Moctezuma), en la colonia de mismo nombre (véase figura 5).
Como se aprecia en la figura 4, los trozos de madera se encontraron en la Formación Arcillosa Superior, casi 1.7 m por arriba de la primera Capa Dura y de dos delgadas lentes de vidrio volcánico. Su profundidad con respecto a la superficie del terreno fue de casi 22.2 m y de 0.80 m con respecto a la clave del escudo.
Con la intención de determinar la edad geológica de los trozos de madera encontrados, se contactó a los laboratorios Teledyne Isotopes de Nueva Jersey en Estados Unidos, donde además de informar el precio del proceso indicaron el protocolo de preparación que debía seguirse para el envío de la muestra, principalmente que no estuviese en contacto directo con otros materiales que pudiesen provocar alteración para la determinación de su edad.
Gracias al apoyo económico de la empresa TUSA, conciliado a través de su directivo técnico, el ingeniero Luis Vieitez Utesa, se envió uno de los trozos encontrados, y posteriormente los laboratorios enviaron los resultados de su análisis bajo la clave Isotopes Number I-11,788. Según la técnica del radiocarbono utilizada se determinó que la muestra tiene una edad de 25,280 ± 758 años.
Comentario
Debe reconocerse que gracias al procedimiento de tuneleo mediante escudos de frente abierto utilizado en los primeros tramos de los interceptores Central y del Oriente del Drenaje Profundo fue posible observar directamente la estratigrafía del subsuelo arcilloso de la Ciudad de México y recuperar valiosas evidencias de acontecimientos que ocurrieron durante su formación, como la presencia de huesos de origen animal y madera arbórea. Es como si el escudo hubiese funcionado como un muestreador de gran diámetro (6.2 m), a lo largo de un “barreno” casi horizontal de varios kilómetros de longitud y a una profundidad del orden de 30 m.
La muestra de madera datada permitió obtener con razonable estimación la edad geológica del subsuelo arcilloso de la ciudad capital, dato que se espera sea de utilidad a los investigadores relacionados con el tema.
Cabe añadir que aunque se siguen (y se seguirán) construyendo túneles en el subsuelo arcilloso del Valle de México, difícilmente se volverá a tener la oportunidad de recuperar otra muestra de huesos de origen animal o de madera arbórea, porque los procedimientos de tuneleo mediante escudos mecanizados que ahora se utilizan no permiten visualizar el frente en proceso de excavación, ni tampoco recuperar muestras “inalteradas” ajenas a los suelos arcillosos.
Referencia
Schmitter M., Juan J. (2000). Nota histórica relativa a la edad geológica del subsuelo arcilloso de la Ciudad de México. X Reunión Nacional de Mecánica de Suelos. Oaxaca: Sociedad Mexicana de Mecánica de Suelos.