- Reyes Juárez del Ángel Director técnico del 31 Congreso Nacional de Ingeniería Civil.
El congreso tiene una trascendencia nacional. Debemos poder mostrar todo el trabajo que hacen los comités del colegio, pero también es relevante que se reafirme y muestre su liderazgo en el abordaje de temas de vanguardia respecto a lo que está significando el quehacer de la infraestructura en el mundo, y por eso el lema que se escogió en esta ocasión.
IC: ¿Cuáles son las principales líneas de acción, los criterios que guiarán el enfoque técnico de las sesiones del 31 Congreso Nacional de Ingeniería Civil (31 CNIC)?
Reyes Juárez del Ángel (RJA): El 31 Congreso se da en el marco del aniversario 75 del CICM; por lo tanto, no es un congreso más. Es muy importante que persigamos varios objetivos; el primero, que el congreso reafirme la valía del colegio para toda la sociedad, mostrando lo mucho que ha hecho a lo largo de su historia. Recordemos que el CICM tiene muchos comités técnicos por especialidad de trabajo que se relacionan de manera muy directa con la sociedad, con el gobierno, y ha estado presente en episodios importantes de México y de la vida de la Ciudad de México, pero tiene una trascendencia nacional. Debemos poder mostrar todo el trabajo que hacen los comités del colegio, pero también es relevante que se reafirme y muestre su liderazgo en las nuevas tendencias de construcción de infraestructura en el mundo. Ha cambiado muchísimo la concepción tradicional de sólo construir obras y dejarlas terminadas. Hoy más que nunca debemos reconocer que la infraestructura tiene que servir a la sociedad durante toda su vida útil; por tanto, nos involucramos en un ciclo de vida de la infraestructura. La responsabilidad de los ingenieros no termina cuando se concluye una obra en construcción; continúa, porque su nombre y su prestigio van a quedar plasmados durante toda la vida útil del proyecto.
En el 31 CNIC, la idea es poder mostrar liderazgo en el abordaje de temas de vanguardia respecto a lo que está significando el quehacer de la infraestructura en el mundo, y por eso el lema que se escogió en esta ocasión: “Infraestructura, retos y oportunidades”. Hoy en día, lo más importante es atenuar los efectos producto del cambio climático, que es el mayor reto del futuro, y por ello debemos promover las características de la nueva infraestructura del futuro.

IC: Hace referencia a la importancia que debe tener para los ingenieros la visión integral durante toda la vida de una obra de infraestructura, y también se entiende que el compromiso comienza antes de la construcción. Esto viene a cuento porque algunos de los factores de fallas en las obras tienen que ver con procesos previos a la construcción. ¿Se abordarán estos aspectos en el congreso?
RJA: De una u otra manera se abordan estos temas. Es importante entender qué significa una planeación de largo plazo, los ecosistemas complejos, integrados y resilientes, y qué implica atender las decisiones cambiantes de la sociedad; hay que tomar en cuenta claramente el entorno en el que se desarrollan los proyectos para insertarlos con la aceptación social y la preparación adecuada, todo ello en medio de una revolución tecnológica que, además, es una gran oportunidad. Hay países, especialmente europeos, que han emitido reglamentaciones según las cuales en el año 2030 ya no podrán circular vehículos que utilicen combustibles fósiles. Esto va a cambiar también los diseños y el tipo de infraestructura que se deberá construir.
IC: ¿Se abordarán casos concretos –al menos de los años recientes– de fallas en infraestructuras, especialmente las que afectaron la salud y la vida de usuarios?
RJA: Sin duda. El congreso siempre se propone difundir las mejores prácticas, las mejores formas de hacer las cosas: con calidad, con sostenibilidad, con respeto al medio ambiente, resilientes, con criterios de ética –un punto importantísimo, pues muchas veces se puede poner en peligro un proyecto por malas prácticas–, y mucho de esto puede tener su origen en cómo se hacen las cosas desde la idea, el proyecto, el diseño, asignando los recursos apropiados para la preparación.
IC: ¿Qué nos puede comentar sobre el papel de los grupos de inversión en el desarrollo de infraestructura? ¿Se tratará el tema de la inversión privada en infraestructura, que ha sido un tanto relegada por la inversión pública durante la actual administración federal?
RJA: El actual gobierno ha privilegiado la inversión pública sin recurrir a deuda soberana o a inversionistas. A diferencia de México, en muchos países las inversiones están fluyendo hacia otro tipo de mecanismos que permiten vincular inversiones públicas con privadas. En América Latina, numerosos proyectos de infraestructura se están haciendo con modelos de este tipo. El modelo de inversión pública del actual gobierno puede sufrir cambios importantes en la medida en que se verifique que los recursos públicos no son suficientes para afrontar un ritmo de inversión como el que el país necesita. Probablemente, en este momento México entró en una especie de letargo por causa de la pandemia, y eso nos mostró de alguna manera –nos ocultó, quizás– que estamos teniendo un ritmo de inversión muy pobre con respecto al producto interno bruto. Tal vez no estamos llegando ni al 2% del PIB.

IC: ¿Cuál es el histórico?
RJA: México ha llegado a invertir hasta el 4% del PIB. América Latina invierte entre el 4 y el 5%. Hay países asiáticos con cifras que rebasan el 8%. Claro que esto era antes de la pandemia.
IC: Otro comentario recurrente del gobierno es el referido a la corrupción, que, según su dicho, existía entre las autoridades y algunas empresas de la construcción. Ese no parece ser un tema menor. ¿Se abordará en el congreso?
RJA: Hay una sesión plenaria específica en la que pretendemos nos acompañe una institución que está abordando con eficacia y profundidad este tema, como el Banco Interamericano de Desarrollo; tenemos prevista la participación de su oficina de transparencia, puesto que este tema está muy relacionado con la rendición de cuentas y lo que podríamos llamar accountability, es decir, cómo ir dejando el rastro de las cosas que se hacen; ahora, con nodos focales de información, se facilita muchísimo la trazabilidad de las inversiones y de los resultados que se esperan de esas inversiones.
La idea es tener una contraparte del lado mexicano en esa sesión plenaria. Ahí, particularmente, la invitada es la secretaria de la Función Pública; será una mesa en la que escucharemos de las mejores prácticas internacionales en cuestión de transparencia, que nos den elementos para cerrarle la brecha a los intereses ilegales que a veces se generan entre algunos empresarios y algunos funcionarios públicos.
IC: En línea con lo que comentaba hace un momento sobre el financiamiento, sería interesante que se abordara el análisis financiero aplicado a la viabilidad de los grandes proyectos del gobierno actual.
RJA: El colegio tiene un Comité de Financiamiento, y estamos proponiendo discutir dos temas: los criterios de los fondos de inversión para aplicar sus recursos en los proyectos; básicamente, tienen que ver con las siglas ESG, es decir, environment (medio ambiente), social (social) y governance (gobernanza). Es interesante que el fondo empresarial más importante del mundo, Black Rock, haya establecido que no invertirá recursos en proyectos que no pasen por un escrutinio para tener resueltos esos tres temas. También hay otra mesa que se propone para discutir de manera constructiva las razones que llevaron a este gobierno a que en estos megaproyectos en ejecución se le haya cerrado la puerta a la participación privada.
Sabemos que hay una decisión del presidente de la República de que esos proyectos emblemáticos que él ha promovido con tanto énfasis partan de una decisión de inversión pública; pero hay que recordar que tales proyectos se previeron en un principio con participación privada: hubo licitaciones y se dijo que los precios que pusieron las empresas rebasaban las expectativas que tenía el gobierno sobre esa estructura hecha desde la óptica de la participación privada. Puede ser muy útil una sesión en donde se discuta cómo ha sido en la práctica el desempeño de estos megaproyectos de obra pública, y cuál habría sido su destino si se contara con inversión privada.
IC: Desde mi punto de vista, hay una falsa disyuntiva, basada en prejuicios, entre la inversión pública y la inversión privada. En realidad, debería considerarse que el factor importante es el beneficio que da a la sociedad determinada inversión, determinada obra, y no tanto si proviene de financiamiento público o privado, o de ambos, en una combinación de distintos grados. ¿Cuál es su opinión al respecto?
RJA: Completamente de acuerdo. La infraestructura debe llegar en la forma de un servicio a la sociedad: agua potable, transporte, internet. Es un poco el cambio que estamos experimentando; la sociedad compra un servicio y paga por él. Está probado en el mundo que existen vías para que se pueda combinar de una manera correcta la inversión pública con la inversión empresarial para construir la infraestructura necesaria para brindar ese servicio.
El mundo ha avanzado muchísimo en ese tipo de modelos; hay que ser muy cuidadosos para que se paguen precios justos, con márgenes que reflejen una rentabilidad atractiva para que estos fondos de inversión fluyan, y al mismo tiempo que el gobierno se libere de muchas inversiones para destinar recursos a temas y obras de carácter social.
IC: El gobierno federal decidió que la construcción de ciertas obras, como caminos rurales y mantenimiento de escuelas, no se encargen a empresas de construcción, sino que la responsabilidad quede en los usuarios, que en todo caso sabrán si contratan a empresas de construcción o lo hacen ellos mismos con supervisión de profesionales de la SCT, que ha sido un caso en los caminos rurales.
RJA: El tema del mantenimiento de las obras se trata obligadamente en nuestro congreso. Esto que señala lo veo más como una forma del gobierno de acercar apoyos a los municipios para que se genere mano de obra. Tiene que ver con temas de impacto político y social. Hay que reconocer que posiblemente se trate de obras cuya ejecución no es compleja, que se pueden realizar sin necesidad de mayor estudio o conocimiento, pero en donde resulta importante la vigilancia técnica de la SCT.
IC: ¿Tienen contemplado tratar el asunto de que las empresas constructoras no están teniendo la participación que tenían en gobiernos anteriores, porque ahora se están delegando obras de ingeniería civil a ingenieros de la Secretaría de la Defensa Nacional?
RJA: Opino que el Ejército Mexicano y la Marina tienen funciones derivadas de sus marcos normativos, y el país necesita que participen en aquellas para las que fueron creados. Quizás atrás de esta decisión haya también una expectativa de acelerar ritmos de construcción, abatir costos, facilitar liberación de derechos de vía y permisos. Yo creo que hay excelente calidad en los ingenieros militares para desarrollar este tipo de obras, pero creo que no es su misión principal.
IC: La experiencia más relevante de la participación de ingenieros militares es la obra del aeropuerto Felipe Ángeles. ¿Qué información tiene de esa labor, de cómo se está llevando a cabo, y cuál es su opinión?
RJA: Son temas muy cerrados en cuanto a la posibilidad de revisarlos. Lo que se informa y se lee es que la obra está avanzando con calidad, cumpliendo con un proyecto y a la altura de una operación aeroportuaria.
Los ingenieros militares son magníficos ingenieros, y seguramente la obra físicamente va a estar bien construida. Otra vez va a surgir la pregunta sobre la operatividad de la zona, y si se va a cumplir con el servicio que la sociedad espera a largo plazo. Porque, como decíamos al principio, la obra no va a concluir con la entrega de un edificio terminal y los colaterales, los anexos; finalmente es un servicio, y habrá que ver si las aerolíneas van a recibir el servicio apropiado, si la normativa internacional va a validar los diseños del espacio aeronáutico; que al abordar un vuelo no existan problemas de accesibilidad o de falta de tecnología, para que el tiempo que permanezcan en el aeropuerto sea el mínimo posible.
IC: El mundo y la ingeniería no serán los mismos después de la pandemia, que abarcó prácticamente todo 2020 y está cubriendo gran parte de 2021. ¿Será un tema transversal en el congreso el impacto de este fenómeno en la industria de la construcción, en la ingeniería civil?
RJA: El tema se trata en la sesión número 1 del congreso: cómo se recupera la economía post COVID, y qué modalidades de contratación y de exigencia debe cumplir la infraestructura. Es una sesión en la que tenemos muchas expectativas; estamos invitando al secretario general de la OCDE, por la experiencia y visión internacional que tiene y que esperamos pueda compartirla; por ejemplo, están fluyendo los temas de reconstrucción europea, los estímulos para la reactivación de la inversión en infraestructura y las características que deben cumplir los proyectos apoyados por esas inversiones: resilientes, sostenibles, asequibles, amigables con el medio ambiente, que respondan de la mejor manera a lo que la sociedad espera. También hemos invitado a uno de los economistas principales del Banco Interamericano de Desarrollo para revisar la situación de América Latina, en donde los bancos multilaterales están autorizando recursos importantes para infraestructura que van a ayudar muchísimo en la recuperación post COVID.
IC: ¿Inversión de qué origen?
RJA: Los organismos multilaterales están promoviendo muy activamente las modalidades a través de inversión privada en infraestructura, o inversiones mixtas (público-privadas).
IC: ¿Cuáles serán las características de este congreso híbrido, con una predominancia en materia de tecnología? Ha habido alguna participación de la tecnología en cuanto a las redes y la comunicación virtual, pero en este caso va a ser híbrido con predominancia de lo tecnológico. ¿Cuáles serán las características y las diferencias con respecto a los anteriores?
RJA: No podemos soslayar la importancia que tiene un congreso presencial, porque se permite desarrollar actividades de cabildeo, de relaciones públicas; la proximidad física siempre ayuda en un congreso. Ante las restricciones de carácter sanitario a las que todavía nos vamos a enfrentar, los responsables del congreso definieron este esquema híbrido.
Como director técnico me he atrevido a plantear temas en los que la ventaja de la tecnología nos permitirá contar con ponentes de cualquier región del mundo, y eso nos facilita muchísimo, porque difícilmente habríamos pensado en convocar a personalidades sufragando altos costos de viaje para tenerlas por un par de horas.

IC: Se aborda de una forma maniquea la participación de la inversión empresarial y pública, también el papel que debe desempeñar el Estado en el desarrollo de la infraestructura, de la economía. ¿Estos temas polémicos se van a discutir dando la palabra tanto a una posición como a la otra, para enriquecer el debate?
RJA: Está previsto que los temas de debate puedan incorporarse en la sección técnica, probablemente sea en sesiones con dos o tres participantes, y ahí habrá un moderador. Estamos en pleno diseño de las sesiones, y sí, planeamos tener representantes tanto del sector privado como del público.
IC: ¿Algún comentario final?
RJA: A mi juicio, el CICM tiene en mente el mejor congreso de su historia, a pesar de las restricciones sanitarias, y este formato es un reto porque es nuevo, pero nuestro colegio tiene gente muy capaz en el comité organizador. Estoy seguro de que vamos a poder entregar buenas cuentas a la sociedad y al propio gremio con este congreso híbrido.
Es muy importante la participación de los comités técnicos del colegio porque es un trabajo en equipo. El CICM conforma una comunidad muy respetable de gente muy valiosa, muy conocedora de los temas.
Una sesión específica plenaria que tenemos contemplada es sobre los requerimientos de nuevas tendencias y modalidades, y cómo la ingeniería debe resolver los temas de infraestructura para que estén más cerca y sirvan mejor a la sociedad. Sin duda vamos a reflexionar sobre los contenidos curriculares de las matrículas, cómo hay que formar a los ingenieros del futuro; es un tema principal de este encuentro que nos permitirá comenzar a promover cambios en las instituciones de educación superior para que los nuevos ingenieros cumplan de la mejor manera con la responsabilidad que se espera de ellos.