Varias regiones de nuestro país experimentan una fuerte sequía; el Valle de México, y en general la zona centro del país, no son la excepción. La principal fuerte externa del Valle de México, el Sistema Cutzamala, tiene el menor volumen almacenado en toda su historia: 312.5 Mm3 (39.9%), cuando la media histórica es del orden de 667.1 Mm3 (84.4%), lo cual quiere decir que hay 44.4% menos cantidad de agua almacenada en el sistema. Esta situación obliga a tomar medidas extraordinarias en el manejo del agua en la zona metropolitana. Es necesario plantearse un cambio en las formas de relacionarse con el agua por parte de toda la sociedad.
Además de la operación y el mantenimiento del Sistema Cutzamala –una de las obras de ingeniería más avanzadas que se han construido en nuestro país– y de la planeación y la Infraestructura para atender con agua potable a más de 25 millones de habitantes de la ZMVM con estándares adecuados de calidad y cantidad, la gestión del agua en esta urbe debe fomentar en los ciudadanos nuevos patrones de cuidado y consumo.
México es uno de los principales países consumidores de agua embotellada en el mundo. La población paga por este producto, prácticamente sin cuestionar, a las empresas privadas que tienen la concesión de explotación y venta del agua embotellada, sin consideración del deterioro ambiental que ello provoca. Sin embargo, cuando se trata de las tarifas del servicio de agua potable para los hogares, suelen cuestionarse los incrementos y se adopta una actitud negativa ante el pago del servicio.
Desde el Sacmex se han tomado medidas para incrementar el volumen que aportan las fuentes subterráneas y para dar mantenimiento a las instalaciones con el fin de incrementar su confiabilidad y con ello mitigar el impacto que produce la reducción de suministro del Cutzamala.
Es necesario informar y concienciar a la sociedad para fomentar una actitud proactiva hacia la sustentabilidad, dimensionando el costo y el valor de contar con el servicio de agua potable en nuestros hogares y, por lo tanto, la necesidad de un uso racional del recurso: acciones como aprovechar el agua de lluvia, usar dispositivos ahorradores, incrementar el reúso de agua, eliminar fugas dentro de los domicilios, revisar cisternas y tinacos, reportar las fugas en tomas domiciliarias y tuberías… todas ellas se convierten en importantes aportaciones mediante las cuales todos contribuimos a mitigar el impacto de la sequía en nuestros hogares.
Ante la sequía, la ciudad necesita la contribución sustantiva y solidaria de todos.
Víctor Bourguett Ortiz