22 septiembre, 2023 3:02 pm

Soluciones basadas en la naturaleza

La gestión de los recursos hídricos requiere nuevas soluciones para contrarrestar los crecientes desafíos de la seguridad hídrica derivados del aumento de población y el cambio climático. El Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2018 propone una respuesta innovadora que, de hecho, ha existido durante miles de años: las soluciones basadas en la naturaleza.

Durante mucho tiempo, el mundo ha recurrido en primer lugar a la infraestructura construida o “gris” para mejorar la gestión de los recursos hídricos. Al hacerlo, frecuentemente ha dejado de lado el conocimiento tradicional e indígena, que adopta enfoques más ecológicos.

Hoy más que nunca debemos trabajar con la naturaleza, en lugar de contra ella. La demanda de agua aumentará en todos los sectores. El desafío que la humanidad enfrenta es satisfacer esta demanda de una manera que no exacerbe los impactos negativos en los ecosistemas.

Existen distintos tipos de soluciones basadas en la naturaleza (SBN) para el agua, que abarcan desde la escala micro o personal (por ejemplo, un inodoro seco) hasta las aplicaciones en escala de paisaje, que incluyen la agricultura de conservación. Existen las SBN que son apropiadas para entornos urbanos (como los muros verdes, jardines en azoteas e infiltraciones con vegetación o cuencas de drenaje), así como para entornos rurales, que a menudo constituyen la mayor parte de la superficie de una cuenca fluvial.

Sin embargo, a pesar de los recientes avances en la adopción de las SBN, la gestión de los recursos hídricos sigue dependiendo en gran medida de la infraestructura gris. La idea no trata necesariamente de reemplazar la infraestructura gris por infraestructura verde, sino de identificar el equilibrio más apropiado, rentable y sostenible entre la infraestructura gris y las SBN, teniendo en cuenta los múltiples objetivos y beneficios.

Aprovechar al máximo el potencial de la naturaleza para contribuir al logro de los tres objetivos principales de la gestión hídrica –aumentar la disponibilidad de los recursos hídricos, mejorar su calidad y reducir los riesgos relacionados con el agua– requerirá crear un ambiente propicio para el cambio, que implica marcos legales y regulatorios adecuados, mecanismos de financiamiento apropiados y aceptación social. Con la voluntad política para hacerlo, los obstáculos actuales, como la falta de conocimiento, capacidad, datos e información sobre las SBN para el agua, se pueden superar de manera eficaz.

Cómo conseguirlo

Existen varios mecanismos que se pueden utilizar para acelerar la adopción de las SBN para el agua. Se ha demostrado que los esquemas de pago por servicios ambientales y los bonos verdes generan una interesante rentabilidad y reducen la necesidad (y los costos) de una infraestructura más grande, a menudo más costosa, necesaria para la gestión de los recursos hídricos y la provisión de servicios de abastecimiento de agua y saneamiento.

Las SBN para el agua desempeñan un papel crucial en el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, porque generan beneficios sociales, económicos y ambientales colaterales, incluyendo ámbitos como la salud humana y los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria y energética, el crecimiento económico sostenible, los empleos dignos, la rehabilitación y mantenimiento de ecosistemas y la biodiversidad. El valor intrínseco de estos beneficios colaterales puede inclinar la balanza en favor de las inversiones en SBN.

La implementación de las SBN implica la participación de distintos grupos de actores, para fomentar así el consenso y contribuir a la toma de conciencia sobre lo que las SBN realmente pueden ofrecer para mejorar la seguridad hídrica.

Qué son las SBN

Las soluciones basadas en la naturaleza están inspiradas y respaldadas por la naturaleza y utilizan o imitan los procesos naturales para contribuir a la gestión mejorada del agua. Una solución basada en la naturaleza puede implicar la conservación o rehabilitación de los ecosistemas naturales y la mejora o creación de procesos naturales en ecosistemas modificados o artificiales. Se pueden aplicar a microescala o a macroescala.

La atención a las SBN ha aumentado de manera significativa en los últimos años. Esto se ha evidenciado a través de la incorporación de las SBN a una amplia gama de progresos legislativos, incluyendo los relacionados con los recursos hídricos, la seguridad alimentaria y la agricultura, la biodiversidad, el medio ambiente, la reducción del riesgo de desastres, los asentamientos urbanos y el cambio climático. Esta tendencia positiva ilustra una creciente convergencia de intereses en torno al reconocimiento de la necesidad de fijar objetivos comunes e identificar acciones de apoyo mutuo.

Las SBN proporcionan un medio esencial para ir más allá de lo convencional e intensificar el aumento de eficiencia social, económica e hidrológica en la gestión de los recursos hídricos. Resultan especialmente prometedoras en cuanto a progresos en la producción sostenible de alimentos, la mejora de los asentamientos urbanos, el acceso al suministro de agua potable y al saneamiento y la reducción del riesgo de desastres relacionados con el agua. También pueden ayudar a responder a los impactos del cambio climático sobre los recursos hídricos.

Las SBN apoyan una economía circular, restauradora y regeneradora por diseño, y fomentan una mayor productividad de los recursos para reducir su desperdicio y evitar la contaminación, incluso a través de su reutilización y reciclaje. Las SBN también respaldan los conceptos de crecimiento verde o economía verde, que promueven el uso sostenible de los recursos naturales y el aprovechamiento de los procesos naturales para sustentar las economías. La aplicación de las SBN al agua también genera beneficios colaterales de carácter social, económico y medioambiental, que incluyen mejoras de la salud humana y los medios de subsistencia, el desarrollo económico sostenible, la rehabilitación y mantenimiento de los ecosistemas y la protección y mejora de la biodiversidad. El valor de algunos de estos beneficios colaterales puede ser sustancial y decisivo a la hora de inclinar la balanza de las inversiones a favor de las SBN.

Sin embargo, pese al largo historial y a la creciente experiencia en la aplicación de SBN, aún hay muchos casos en que la política y gestión de los recursos hídricos ignoran las opciones relacionadas con ellas, incluso cuando son evidentes y de eficacia probada. Por ejemplo, pese al rápido aumento de las inversiones en SBN, la evidencia sugiere que aún están muy por debajo del 1% de la inversión total en infraestructura de gestión de los recursos hídricos.

Las SBN para gestionar la disponibilidad de agua

Las SBN abordan el suministro de agua principalmente mediante la gestión de las precipitaciones, la humedad y el almacenamiento, la infiltración y la transmisión del agua, de modo que se llevan a cabo mejoras en la localización, temporización y cantidad de agua disponible para las necesidades humanas.

La opción de construir más embalses está cada vez más limitada por la sedimentación, la disminución de la escorrentía disponible, las preocupaciones y restricciones ambientales y el hecho de que en muchos países desarrollados ya se han utilizado los emplazamientos más rentables y viables. En muchos casos, formas de almacenamiento del agua más amigables con los ecosistemas, como los humedales naturales, mejoras en la humedad del suelo y una recarga más eficiente de las aguas subterráneas podrían ser más sostenibles y rentables que las infraestructuras grises como las presas.

La agricultura va a tener que satisfacer los aumentos previstos en la demanda de alimentos mejorando la eficiencia de su uso de los recursos y reduciendo a la vez su huella externa, y el agua es fundamental para esta necesidad. Una piedra angular de las soluciones reconocidas es la “intensificación ecológica sostenible” de la producción de alimentos, que mejora los servicios de los ecosistemas en los paisajes agrícolas, por ejemplo, a través de la gestión mejorada del suelo y la vegetación. La “agricultura de conservación”, que incorpora prácticas destinadas a minimizar el estrés del suelo, mantener su cobertura y regularizar la rotación de cultivos, es un ejemplo emblemático de abordaje de la intensificación sostenible de la producción. Los sistemas agrícolas que rehabilitan o conservan los servicios de los ecosistemas pueden ser tan productivos como los sistemas intensivos de alto aporte, pero con externalidades significativamente reducidas. Aunque las SBN ofrecen ventajas importantes en cuanto al riego, las principales oportunidades para aumentar la productividad residen en los sistemas de cultivo de temporal (secano), que representan la mayor parte de la producción actual y la agricultura familiar (y por lo tanto proporcionan las mayores ventajas en cuanto a medios de vida y reducción de la pobreza). Los avances teóricos que podrían lograrse a escala mundial rebasan los aumentos previstos en la demanda global de agua, por lo que podrían reducir los conflictos entre los distintos usos.

Las SBN para abordar la disponibilidad de agua en los asentamientos urbanos también son sumamente importantes, dado que en la actualidad la mayoría de la población mundial vive en las ciudades. Las infraestructuras urbanas verdes, incluidos los edificios verdes, son un fenómeno emergente que está estableciendo nuevos puntos de referencia y estándares técnicos que abarcan muchas SBN. Las empresas y la industria también están fomentando cada vez más las SBN para mejorar la seguridad del agua para sus operaciones, impulsadas por un argumento empresarial convincente.

SBN para gestionar la calidad del agua

La protección de las fuentes de agua reduce los costos de tratamiento del agua para los proveedores urbanos y contribuye a mejorar el acceso al agua potable en las comunidades rurales. Los bosques, los humedales y las praderas, así como los suelos y los cultivos, si se manejan adecuadamente, tienen un papel importante en la regulación de la calidad del agua al reducir la carga de sedimentos, capturar y retener contaminantes y reciclar los nutrientes. Allí donde el agua está contaminada, tanto los ecosistemas construidos como los naturales pueden ayudar a mejorar su calidad.

La contaminación de fuentes no puntuales (difusa) provocada por la agricultura, especialmente los nutrientes, sigue siendo un problema crítico en todo el mundo, incluso en los países desarrollados. Es también uno de los que más se adaptan a las soluciones naturales, ya que estas pueden rehabilitar los servicios del ecosistema que permiten que los suelos mejoren la gestión de los nutrientes, y por tanto disminuyen la demanda de fertilizantes y reducen la escorrentía e infiltración de nutrientes a las aguas subterráneas.

La infraestructura verde urbana se utiliza cada vez más para gestionar y reducir la contaminación provocada por la escorrentía urbana. Los ejemplos incluyen muros verdes, jardines en azoteas y cuencas de infiltración o drenaje cubiertas de vegetación para contribuir al tratamiento de las aguas residuales y reducir la escorrentía de las aguas pluviales. También se utilizan los humedales en entornos urbanos para mitigar el impacto de la escorrentía de las aguas pluviales y las aguas residuales contaminadas. Los humedales, tanto naturales como construidos, también contribuyen a la biodegradación o inmovilización de toda una gama de contaminantes emergentes, incluidos ciertos productos farmacéuticos, y a menudo funcionan mejor que las soluciones grises. Para ciertos productos químicos pueden ser la única solución.

Existen límites a la forma en que pueden funcionar las SBN. Por ejemplo, las opciones que ofrecen las SBN para el tratamiento de las aguas residuales industriales dependen del tipo de contaminante y de la cantidad que contengan. Para muchas fuentes de agua contaminada, puede seguir siendo necesario adoptar soluciones de infraestructura gris. Sin embargo, las aplicaciones industriales de las SBN, en particular los humedales construidos para el tratamiento de las aguas residuales industriales, están aumentando.

Las SBN para manejar riesgos relacionados con el agua

Los riesgos y desastres relacionados con el agua, como las inundaciones y sequías asociadas a una creciente variabilidad temporal de los recursos hídricos debido al cambio climático, provocan pérdidas humanas y económicas inmensas y cada vez mayores en el mundo. Se calcula que alrededor del 30% de la población mundial vive en áreas y regiones que sufren los efectos de inundaciones y sequías de manera habitual. La degradación de los ecosistemas es la causa principal del aumento de los riesgos y fenómenos extremos relacionados con el agua, y reduce la capacidad de aprovechar plenamente el potencial de las SBN.

La infraestructura verde puede desempeñar funciones significativas a la hora de reducir riesgos. Combinando infraestructuras verdes y grises es posible conseguir una reducción de costos y mejorar sensiblemente la disminución general de los riesgos.

Las SBN para la gestión de las inundaciones pueden incluir la retención del agua mediante la gestión de las infiltraciones, los flujos superficiales y por consiguiente la conectividad hidrológica entre los componentes del sistema y el transporte del agua a través de este, creando espacios para almacenar el agua mediante llanuras inundables, por ejemplo. El concepto de “vivir con inundaciones”, que entre otros aspectos incluye toda una serie de enfoques estructurales y no estructurales que ayudan a “estar preparados” para una inundación, puede facilitar la aplicación de SBN apropiadas para reducir las pérdidas debidas a las inundaciones y, lo que es más importante, los riesgos de inundación.

Las sequías no están limitadas a las áreas secas, como se sugiere a veces, sino que también pueden suponer un riesgo de desastre en regiones que normalmente no padecen escasez de agua. La combinación de SBN para paliar la sequía es esencialmente la misma que para la disponibilidad de agua, y apunta a mejorar la capacidad de almacenar agua en los paisajes, incluyendo los suelos y las aguas subterráneas, para amortiguar los periodos de extrema escasez. La variabilidad estacional de las precipitaciones crea oportunidades para almacenar agua en el paisaje con el fin de proporcionar agua tanto a los ecosistemas como a las personas durante los periodos más secos. El potencial de almacenamiento natural de agua (particularmente en el subsuelo, en los acuíferos) para reducir el riesgo de desastres está lejos de haber sido alcanzado. La planificación del almacenamiento a escala regional y de las cuencas fluviales debería tomar en consideración una cartera de opciones de almacenamiento superficiales y subterráneas (y sus combinaciones) para llegar a los mejores resultados ambientales y económicos frente a la creciente variabilidad de los recursos hídricos.

Para hacer frente a todos estos desafíos se requiere crear condiciones propicias para que las SBN se consideren a la par de otras opciones para la gestión de los recursos hídricos. Algunas condiciones incluyen:

  • Movilizar el financiamiento
  • Crear el entorno jurídico y reglamentario propicio
  • Mejorar la colaboración intersectorial
  • Mejorar la base de conocimientos
  • Conclusiones

Adoptar SBN no solo es necesario para mejorar los resultados de la gestión del agua y lograr la seguridad hídrica; también es fundamental para garantizar la prestación de beneficios colaterales que son esenciales para todos los aspectos del desarrollo sostenible. Aunque las SBN no sean la panacea, desempeñarán un papel esencial a la hora de construir un futuro mejor, más luminoso, más seguro y más equitativo para todos

Este es un extracto del documento Soluciones basadas en la naturaleza para la gestión del agua. Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2018.

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