Se deben combinar vehículos autónomos con SIT
Las intersecciones viales tienden a ser lugares inseguros, debido a que dos flujos de tránsito con distintas direcciones compiten por la misma porción de espacio, sin mencionar la interacción directa con los peatones. En la UNAM, los científicos Carlos Gershenson y Jorge Zapotécatl llevaron a cabo simulaciones en computadora con las cuales concluyeron que los vehículos autónomos no mejorarán el tráfico ni reducirán los embotellamientos si no se hace también una reinvención de las luces de tránsito. Según su estudio, tales vehículos reducirían en sólo 7% los embotellamientos en cruces con semáforos, pero si se utilizan señalamientos inteligentes, la mejora es de 200 por ciento.
Su propuesta es muy simple: se trata de series de sensores que identifican la cantidad de autos que se aproximan desde cada calle y dan prioridad a aquellas con mayor afluencia. No se requiere una comunicación especial entre los vehículos autónomos y las luces de tránsito; todo lo que deben hacer aquéllos es identificar el color de las luces que tienen enfrente. Esto se fundamenta en una de las principales ventajas de los autos sin conductor: la reacción mucho más rápida a los cambios de velocidad.
Las simulaciones también mostraron que combinar vehículos autónomos y señalamientos luminosos inteligentes permite manejar mayores densidades de tránsito antes de que la intersección se sature. Gershenson puntualiza que el modelo está inspirado en la Ciudad de México, donde un cruce difícilmente recibe la misma cantidad de vehículos de todas direcciones. Empero, una de las principales desventajas de esta propuesta es que no solventa la pérdida de tiempo debida a los altos totales, algo que los vehículos autónomos por sí solos tampoco evitan.
Por otra parte, los investigadores del Senseable City Lab, integrado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, el Instituto Tecnológico de Suiza y el Consejo Nacional de Investigación de Italia desarrollaron el proyecto Light Traffic, en el que evaluaron la posibilidad de reemplazar los semáforos, una tecnología de 150 años de antigüedad, por otra con sensores similar a la que hoy se usa en el tráfico aéreo. Light Traffic está basado en la detección automática y dinámica de espacios o vacantes en un cruce; de este modo, los carriles son asignados a los automovilistas según la disponibilidad. Para ello, se necesita que también el auto cuente con sensores especiales; así, cuando se acerque a una intersección, se le asignará un lugar en la vialidad con base en la comunicación entre él y los dispositivos instalados en el cruce. La propuesta tiene como objetivo que los vehículos pasen sin detenerse y, gracias a la comunicación continua con los otros vehículos, se mantengan a una distancia segura.
La incursión en esta área de estudio, dice el jefe del proyecto, responde a la necesidad de estar preparados para el efecto que en un futuro pueden ejercer los vehículos automatizados en las ciudades, y añade que la infraestructura vial sin duda se verá afectada por las irrupciones de las nuevas tecnologías de movilidad. A finales de 2014 Google dio a conocer el prototipo de su primer automóvil con piloto automático; en marzo de 2015 la automotriz Tesla anunció la creación de un modelo que haría innecesaria la intervención del conductor para viajar de San Francisco a Seattle en Estados Unidos. Incluso China comenzó a hacer pruebas en el transporte público de superficie en octubre de 2015, con un autobús sin conductor que recorre 30 km de autopista urbana.
El principal beneficio de Light Traffic es que reduciría los tiempos de espera y las emisiones de gases contaminantes, pues los cambios en la velocidad de los autos estarían mejor controlados. Los creadores afirman que esta tecnología también podría adaptarse a los peatones y ciclistas.
www.plataformaurbana.cl, www.newscientist.com y senseable.mit.edu/light-traffic
Paso de cebra que advierte a los conductores
El dispositivo Safecross, desarrollado por alumnos de Ingeniería de diseño industrial de la Universidad Jaime I, en España, avisa a los conductores sobre la presencia de peatones en los pasos de cebra, uno de los puntos donde son más vulnerables. Es un cruce peatonal inteligente que, a diferencia de otros sistemas, sólo emite alertas luminosas cuando en efecto hay un peatón cruzando; esto reduce el gasto de energía y por tanto es más económico. Un beneficio añadido, quizá aun más importante, es que al pasar repentinamente de apagado a encendido el aviso resulta más efectivo en captar la atención del conductor.
La instalación del Safecross cuenta con sensores de movimiento y térmicos en la parte superior de las señales de tráfico con un ángulo de detección de 110° que asegura el reconocimiento de cualquier peatón. En tales casos, se envía una señal a la unidad de control de energía para activar la alerta.
Las balizas están diseñadas de modo que las luces sean visibles para automovilistas y peatones. Se integran a una banda de goma fijada al piso que las protege del tráfico y las condiciones ambientales, y además es flexible, lo que facilita su instalación.
El almacenamiento y uso de energía solar es de especial utilidad donde no hay semáforos. Lo anterior se hace con un panel fotovoltaico que se puede instalar sobre un soporte de aluminio a 2.5 m de altura; éste manda la energía a un paquete de baterías de iones de litio que se carga en 8 horas y puede alimentar las balizas hasta por 10 días.
El panel fotovoltaico tiene una señal de advertencia de 40 × 40 cm que parpadea cuando el sistema detecta un peatón. Los prototipos ya se encuentran instalados en zonas no urbanizadas. Las características técnicas del Safecross y el ahorro que genera lo hacen atractivo para la administración pública y las organizaciones privadas.
www.jamesdysonaward.com
Los mapas tradicionales dejan de ser prácticos
Un estudio reciente muestra que las redes urbanas de transporte se están volviendo demasiado complejas para la mente humana. El equipo de matemáticos y físicos de las universidades de Oxford y París tiene fundamentos para plantear que incluso un viaje con pocos cambios o transbordos puede rebasar los límites cognitivos del cerebro.
Después de analizar 15 de las mayores redes de transporte del mundo, encontraron que tal “frontera cognitiva” es real; de manera similar al “número de Dunbar” –que representa el tamaño límite del círculo de amistades de un individuo–, nuestro límite cognitivo sugiere que para ser legible y entendible con facilidad un mapa no debe contener más de 250 puntos de conexión (estaciones, puntos de transferencia modal). Así pues, no es una sorpresa que en un entorno con múltiples modos de transporte no sólo los turistas sino también los residentes lleguen a tener problemas al moverse en transporte público.
Aunque muchos neurólogos calculan de manera teórica la vasta capacidad del cerebro humano para almacenar información entre 10 y 2,500 terabytes, la memoria visual es un asunto aparte. Planear viajes de dos conexiones puede hacerse con relativa facilidad, pero en una gran ciudad un 80% de los movimientos son más complejos, y en tales casos la planeación excede el límite de memoria visual estimado en 8 bits. Una conclusión extra a la que se llegó es que el sistema de transporte público de Nueva York es el más complicado del mundo.
El director del estudio, un especialista en sistemas complejos y no lineales de la Universidad de Oxford, afirma que las ciudades y sus redes de transporte han crecido hasta alcanzar una complejidad que rebasa la capacidad humana de navegación, y agrega más particularmente que la búsqueda de la ruta más sencilla se vuelve ineficiente cuando están involucrados varios modos de transporte y cuando existen demasiados puntos de interconexión. No obstante que la propuesta final es bastante lógica, también es sustancial: se necesita un nuevo tipo de mapas para facilitar los traslados en las grandes ciudades. El trabajo fue publicado en la revista Science Advances.
oxfordstudent.com