A comienzos de diciembre de 2016, la reserva natural de Doñana estaba a poco de convertirse en el primer espacio patrimonio de la humanidad en la Unión Europea declarado en peligro por los constantes dragados que se ejecutaban para retirar sedimentos y con el fin de hacer viables las actividades económicas. Ante acusaciones de inacción, en ese mismo mes el gobierno de España se comprometió a no autorizar la ejecución del dragado en el estuario del Guadalquivir para dar por cancelado definitivamente un proyecto que ha sido objeto de polémica durante más de 15 años.
Un estuario suele ser un lugar de riqueza natural de flora y fauna, pues en él convergen los ecosistemas fluvial y marino. Los sustratos en este ambiente son lodos suaves compuestos de arcilla y cieno, ricos en materia orgánica, anóxicos, a menudo con mal olor y de color oscuro, y con presencia de bacterias anaeróbicas. En este ecosistema no es rara la presencia de manglares.
Otra de las principales características de los estuarios es la gran fluctuación tanto espacial como temporal de la salinidad. También ocurren marcadas variaciones de temperatura, debidas a la poca profundidad y amplia superficie.
En el esquema de la figura 1 se muestran las partes principales de un estuario.
Figura 1. Partes de un estuario.
La importancia de los estuarios radica en que son áreas de gran actividad biológica y productividad económica, debido a la gran cantidad de nutrientes que reciben tanto del suelo como de los caudales fluvial y marino. Gracias a su poca profundidad, la luz solar pasa con facilidad a través de la columna de agua y esto promueve una fotosíntesis más activa en la flora acuática. A su vez, exportan gran cantidad de materia orgánica disuelta y particulada hacia las aguas costeras. Por toda esta interacción, son hábitat de una gran variedad de especies de interés no sólo ecológico sino también comercial.
Sistema fluvial en peligro
El río Guadalquivir en Andalucía ha sido de gran importancia para la Península Ibérica desde la antigüedad. Su nombre actual data del siglo XI, en que los árabes comenzaron a referirse a él como Wad al-Kabir, que significa Río Grande. En su desembocadura en el océano Atlántico se encuentra el estuario que por siglos convivió en armonía con los asentamientos humanos dedicados a las industrias agrícola y pesquera; puede considerarse la base de la economía local (véase figura 2). Esta reserva también es un lugar clave en la preservación de especies de aves migratorias que viajan entre el norte de Europa y el norte de África, como los flamencos.
Figura 2. Esquema del estuario del Guadalquivir.
Debido a la dinámica estuarina y con el fin de mantener viables las actividades económicas en la zona, es necesario realizar dragados periódicos para retirar las grandes cantidades de sedimentos. Sin embargo, desde 1999 la Autoridad Portuaria de Sevilla ha tenido la intención de profundizar mucho más y permanentemente el cauce del Guadalquivir mediante el “Proyecto de actuaciones de mejora en accesos marítimos al puerto de Sevilla”, que incluye trabajos de dragado intensivo para permitir la entrada de embarcaciones de mayor tamaño en el estuario, al aumentar el canal de navegación de 6 a 8 metros.
El tránsito de naves de mayores dimensiones tiene otra consecuencia negativa: genera oleaje artificial, que ha provocado el retroceso de las playas del Parque Nacional de Doñana entre 10 y 30 metros en los últimos 50 años.
Este proyecto podría acabar con la forma de vida de centenares de familias del Bajo Guadalquivir que en la actualidad dependen del cultivo de arroz o de la pesca de especies de interés comercial.
La representación española del Foro Mundial del Agua (WWF, por sus siglas en inglés) lleva años ocupándose de crear conciencia y difundir los daños que causaría el proyecto; asegura que de llevarse a cabo las intervenciones previstas, se alcanzaría un punto de no retorno en la capacidad de absorción de impactos ambientales del estuario. Esa organización presentó una queja de escala europea al proyecto de dragado, y constituyó junto con órganos de investigadores y administraciones locales una plataforma para detenerlo.
A partir de la preocupación de organismos como el WWF y la UNESCO y de la sociedad civil, en 2003 se conformó una comisión técnico-científica con la finalidad de realizar estudios sobre las afectaciones al estuario en caso de llevarse a cabo las obras. En 2010, con sus estudios concluidos, la comisión emitió un dictamen en el que indicaba:
“En una situación diferente, una vez se haya puesto en marcha una gestión integral del estuario y se acometan actuaciones que permitan, entre otros, recuperar llanuras mareales, reconectar los brazos del río con el cauce principal, aumentar y mejorar los aportes de caudales de agua dulce, reducir el aporte de sedimentos, nutrientes y pesticidas desde la cuenca del Guadalquivir, y una vez que se haya comprobado que el estuario ha mejorado su funcionalidad, podrá volver a evaluarse la posibilidad de un dragado de profundización en el estuario.”
El Ministerio de Medio Ambiente de España estableció este dictamen como condición vinculante de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA); con esto, la Autoridad Portuaria debía acatar íntegramente la opinión de los científicos, quienes además habían advertido sobre la urgencia de revertir la tendencia hasta entonces predominante en la planificación y gestión del estuario, la costa y el Parque Nacional de Doñana.
A partir del dictamen, en 2012 el WWF publicó el documento “10 retos para salvar el Guadalquivir”, conformado por propuestas con las que pretendía revertir una previsible crisis ambiental. Contiene igual número de acciones clave para afrontar los principales problemas detectados en los estudios sobre el estuario: escasas aportaciones de agua dulce, erosión de las márgenes, ocupación de las llanuras de inundación del río, altas concentraciones de sedimentos, contaminación por nutrientes provenientes de la agricultura, mala gestión de los recursos pesqueros, planes urbanísticos en llanos mareales, entre otros.
A continuación se presenta un resumen de las 10 acciones propuestas.
- Aumentar los caudales de agua dulce al estuario. Los estudios mostraron que Guadalquivir estaba sufriendo un descenso progresivo de agua dulce. La construcción de presas y el desarrollo de grandes áreas de regadío redujeron los aportes en una media de 60% anual. Para mantener el equilibrio de agua dulce y salada, es necesario aumentar los caudales que recibe el Bajo Guadalquivir: se requiere mantener un caudal de descarga de agua dulce desde la presa Alcalá de entre 150 y 300 m3/s, según las condiciones atmosféricas y oceanográficas.
Los estudios mostraron que Guadalquivir estaba sufriendo un descenso progresivo de agua dulce. La construcción de presas y el desarrollo de grandes áreas de regadío redujeron los aportes en una media de 60% anual. Para mantener el equilibrio de agua dulce y salada, es necesario aumentar los caudales que recibe el Bajo Guadalquivir: se requiere mantener un caudal de descarga de agua dulce desde la presa Alcalá de entre 150 y 300 m3/s, según las condiciones atmosféricas y oceanográficas.
- Modificar el dragado de mantenimiento para minimizar sus efectos negativos. De acuerdo con la comisión científica, para evitar el solape de las consecuencias del dragado con otros factores en el estuario y minimizar los efectos negativos, es necesario modificar las condiciones de tiempo, lugar y magnitud del actual dragado de mantenimiento, con el asesoramiento y supervisión de los científicos, quienes también deben encargarse del seguimiento de los dragados de mantenimiento con base en su “Propuesta metodológica para diagnosticar y pronosticar las consecuencias de las actuaciones humanas en el estuario de Guadalquivir”; además, se debe poder actualizar este estudio con los nuevos datos que vayan obteniéndose.
- Deslindar el dominio público marítimo-terrestre en el Bajo Guadalquivir. Para recuperar el estuario se debe aumentar la superficie de llanuras mareales, reconectar los brazos del río con el cauce principal o reducir la erosión de sus márgenes. Sin embargo, de acuerdo con el WWF, para lograr todo esto es imprescindible que se deslinde primero el dominio público marítimo-terrestre no sólo en el cauce principal del río, sino también en todos sus brazos y cauces vertientes. Para esta acción deben tenerse en cuenta los resultados de diversas investigaciones sobre el cambio climático y el aumento del nivel del mar.
- Proteger las márgenes contra la erosión. Los problemas de erosión de las márgenes del Guadalquivir son conocidos desde hace muchos años y han llegado a ser motivo de preocupación en el plano internacional. De acuerdo con estudios previos, en la segunda mitad del siglo XX las márgenes del río retrocedieron entre 10 y 30 metros, dependiendo de la zona de estudio. A pesar de que en 2003 se puso en marcha el Proyecto Básico de Defensa de Márgenes en el Ámbito del Parque Nacional, hasta 2012 no se habían adoptado soluciones para paliar los impactos de la navegación y de los dragados en las orillas del cauce.
La falta de normas estrictas permite que, por sus condiciones de navegabilidad y de seguridad marítima, algunos buques no reduzcan su velocidad y produzcan un mayor oleaje.
- Recuperar y restaurar las llanuras de inundación. Si se quiere devolver a Guadalquivir una situación de equilibrio que permita la conservación a largo plazo de los ecosistemas y la biodiversidad del estuario, la recuperación de los llanos mareales es obligatoria. De acuerdo con el comité científico, su ocupación para actividades agrícolas y el sistema de control de llenado-vaciado de las marismas del espacio natural protegido ha provocado modificaciones en las mareas del Guadalquivir.
Al reducirse la superficie de inundación natural, se impide el equilibrio del estuario, con consecuencias como la pérdida de arenas en la playa Matacañas y el cambio de morfología del tramo Bonanza-Cepillos.
Esta acción está íntimamente ligada con número 3, puesto que gran parte de la superficie que se habría de convertir en llanuras de inundación se compone de terrenos por incluir en el dominio público, lo que facilitaría esta solución, compleja pero imprescindible. Al mismo tiempo, esta sería una medida de adaptación ante el incremento del nivel del mar.
- Eliminar la “Montaña del Río”. El dique conocido como Montaña del Río se construyó entre 1983 y 1985; su propósito es evitar la entrada de aguas contaminadas del río y conservar la capacidad natural del embalse de la marisma, con el argumento de que ésta se veía afectada por la desaparición de una montaña natural que había estado allí y se había erosionado. Este dique evita la conexión permeable entre las marismas del espacio natural protegido de Doñana y el río Guadalquivir.
El tiempo y los estudios han demostrado que la Montaña del Río ha traído más perjuicios que beneficios al parque nacional, que al no tener conexión natural con el río ha perdido biodiversidad.
- Reconectar los brazos del río con el cauce principal. Será necesario actuar en los ríos secundarios De la Torre, Jerónimos Casas Reales y Este a fin de reconectarlos con el cauce principal. Esos brazos han experimentado, en especial durante el siglo pasado, una continua transformación y degradación como consecuencia de la intervención humana, principalmente para favorecer la navegación y la agricultura en llanos mareales. Estos ecosistemas frágiles y vulnerables tienen un enorme valor ecológico y una importancia estratégica en la recuperación del Guadalquivir.
- Reducir los aportes de sedimentos, nutrientes y pesticidas. De acuerdo con la propuesta metodológica, los estuarios se diferencian de un río por sus intercambios de agua, sedimentos, nutrientes y energía con la atmósfera y el océano, que determinan la dinámica y los procesos del propio estuario y el desarrollo de una compleja y rica diversidad biológica.
El desequilibrio del ecosistema en el Guadalquivir no se da solamente en los intercambios de agua dulce y salada, sino también en los de sedimentos y nutrientes, debido en especial a la agricultura de riego que toma agua de los ríos y acuíferos de la cuenca y que después los devuelve a ellos cargada de nutrientes y pesticidas.
El desequilibrio del ecosistema en el Guadalquivir no se da solamente en los intercambios de agua dulce y salada, sino también en los de sedimentos y nutrientes, debido en especial a la agricultura de riego que toma agua de los ríos y acuíferos de la cuenca y que después los devuelve a ellos cargada de nutrientes y pesticidas.
Los estudios señalan dos fuentes principales de residuos: la presa de Alcalá del Río –que recoge todos los aportes de la cuenca, es decir, sedimentos, nutrientes y productos fitosanitarios– y las cuencas vertientes de la margen izquierda del Guadalquivir, sobre todo por la presencia de zonas agrícolas.
La principal consecuencia negativa de estos vertidos es el desequilibrio ecológico por una acentuada heterotrofia en la zona. Además están los vertidos procedentes de la minería, agroindustriales e industriales, y urbanos, que requieren su propio estudio y tratamiento debido a su incidencia en el ecosistema.
- Plan de gestión de la pesca. A lo largo del siglo XX la actividad pesquera perdió fuerza debido a alteraciones ambientales como la sobrepesca; esto ha dado lugar a conflictos económicos. Un plan de gestión integral específico permitiría recuperar su fuerza a esta actividad que es un pilar de la población local, pero debe estar en concordancia con las medidas a adoptar para recuperar el equilibrio ecológico de la reserva natural.
- Medidas de adaptación al cambio climático. En algunos informes científicos se anuncia un aumento del nivel del mar de entre 0.5 y 1 metro en la zona costera del Guadalquivir para finales del siglo XXI; esto, aunado a la posible disminución de las precipitaciones y escorrentías, la degradación de cuencas vertientes y la ocupación de llanos mareales, podría generar importantes tensiones territoriales y sociales además del deterioro natural generalizado.
La primera medida de adaptación al cambio climático tendría que ser la imposición de una moratoria a todos los nuevos proyectos de ocupación de suelos en el área de influencia del Guadalquivir –regadíos, arrozales, instalaciones industriales y de generación de energía, etc.– hasta que se haya deslindado el dominio público marítimo-terrestre y establecido las zonas a restaurar para que actúen como llanuras de inundación.
Conclusiones
Los estudios coinciden en que no debe permitirse la profundización del dragado del estuario de Guadalquivir. En la publicación de 2012 del WWF se insiste en que se requiere una intervención rápida y coordinada de las administraciones involucradas en la gestión del estuario, del río y de la costa. Asimismo, en que el conocimiento y el asesoramiento científico son claves para la recuperación del equilibrio ecológico.
Los estudios coinciden en que no debe permitirse la profundización del dragado del estuario de Guadalquivir. En la publicación de 2012 del WWF se insiste en que se requiere una intervención rápida y coordinada de las administraciones involucradas en la gestión del estuario, del río y de la costa. Asimismo, en que el conocimiento y el asesoramiento científico son claves para la recuperación del equilibrio ecológico.
A comienzos de diciembre de 2016, la reserva natural de Doñana estaba a poco de convertirse en el primer espacio patrimonio de la humanidad en la Unión Europea declarado en peligro, luego de que en 2015 la UNESCO condenara el proyecto de dragado.
Ante acusaciones de inacción con respecto a la intervención urgente en el estuario, en ese mismo mes el gobierno de España se comprometió a no autorizar la ejecución del dragado. Sin embargo, casi al terminar 2016 estaba aún pendiente un acto administrativo y legal que estipule la cancelación definitiva, así como un compromiso formal de no permitir planes futuros de profundización del río, tal como lo exigía la UNESCO. Sólo así se dará por cancelado definitivamente un proyecto que ha sido objeto de polémica durante más de 15 años.
Elaborado por Helios Comunicación con información de:
Carmona, Juan José (2012). 10 retos para salvar el Guadalquivir: propuestas de WWF. World Water Forum. Disponible en: http://www.wwf.es/que_hacemos/donana/cultivo_del_freson/estuario_del_guadalquivir2.cfm
http://es.slideshare.net/josephsierra/estuarios