16 marzo, 2025 8:47 pm

José Antonio Hernández Balbuena. Director del Centro de Estudios Económicos del Sector de la Construcción, CMIC.

Se prevé un crecimiento de la industria de la construcción de entre 0.3 y 1%, considerando que la inversión física presupuestaria para 2018 tendrá un crecimiento real de 4.7% en relación con lo registrado en 2017. Asimismo, en cuanto a inversión privada, los impulsores de la construcción serán la construcción inmobiliaria residencial para estratos medios y altos, así como el crecimiento de la infraestructura turística, comercial y de servicios y la etapa de reconstrucción después de los sismos del pasado mes de septiembre. En materia de empleo, la industria de la construcción generará entre 20 mil y 60 mil puestos de trabajo al finalizar el presente año.

 

A pesar de que en 2018 la industria de la construcción retornará al terreno positivo, el desempeño productivo continuará siendo insuficiente debido a que los factores que inhiben el crecimiento continuarán estando presentes, tales como:

  • Encarecimiento de precios de los materiales de la construcción por la inestabilidad en el tipo de cambio.
  • Tendencia ascendente en las tasas de interés que inhiben el crédito y encarecen los proyectos de infraestructura.
  • La expectativa sobre los resultados de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), lo cual podría frenar las exportaciones de las que depende la economía de México e influiría negativamente en la inversión en edificación industrial y comercial al igual que en sus servicios.
  • Una reducción aun mayor de los precios del petróleo o de la plataforma de producción petrolera.
  • Una contracción en los niveles de inversión privada ante la incertidumbre de la implementación de la reforma fiscal en Estados Unidos, lo que traería como consecuencia un posible recorte en el Presupuesto de Egresos (PEF) del presente año para la inversión pública en infraestructura.

 

Además de los factores económicos, hay que agregar el factor político. Los resultados de las elecciones presidenciales a realizarse el próximo 2 de julio agregarán otro factor de riesgo al desempeño económico para el segundo semestre del año.

De esta manera, el ambiente de incertidumbre prevaleciente en 2017 continuará imperando en 2018, aunque en éste se superará el desempeño mostrado el año pasado durante el cual la industria de la construcción registró una contracción de entre 0.5 y 1.5% anual.

 

El PEF 2018 en materia de inversión

El año pasado, el esquema de política económica para el crecimiento de la industria de la construcción recayó en la inversión privada; sin embargo, debido al entorno de incertidumbre económica, ésta no respondió de manera consistente a dicha expectativa.

Por otra parte, la disminución gradual del déficit público ha implicado una contención del gasto que ha afectado el nivel de demanda, en particular su componente de inversión pública, y en menor medida el consumo. La inversión pública decreció en 11.0% real entre 2015 y 2017.

Para 2018, se asignó en el PEF un gasto en inversión física presupuestaria 55 mil millones de pesos superior, en términos nominales, a lo aprobado para el ejercicio fiscal 2017 (véase gráfica 1). Es decir, la propuesta indica una distensión en el gasto público.

El monto propuesto para 2018 asciende a 625,393 millones de pesos (mdp), 4.7% real mayor que lo aprobado en 2017, principalmente por ser un año electoral.

Con respecto a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), dependencia que mayor impacto tiene en el desempeño de la industria de la construcción por el número de obras de ingeniería civil a licitar, se tiene prevista una reducción marginal en los recursos para inversión física por 81 mdp,  4.5% menos en términos reales que lo aprobado en 2017.

Para 2018, se asignó en el PEF un gasto en inversión física presupuestaria 55 mil millones de pesos superior, en términos nominales, a lo aprobado para el ejercicio fiscal 2017. Es decir, la propuesta indica una distensión en el gasto público. El monto propuesto para 2018 asciende a 625,393 millones de pesos, 4.7% real mayor que lo aprobado en 2017, principalmente por ser un año electoral.

Para 2018 destacan por sus montos e impacto económico y social cinco proyectos de inversión a cargo de la SCT y dos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), para los cuales en conjunto se estima un gasto de 32,093.7 millones de pesos.

Dentro del sector comunicaciones y transportes sobresalen tres proyectos de inversión, que se describen en seguida.

  • Se prevén recursos por 13,158 mdp para el tren interurbano México-Toluca, que tendrá una longitud de 57.7 km, un taller, seis estaciones –dos terminales y cuatro intermedias– y una velocidad comercial de 90 km/h. El recorrido durará aproximadamente 39 minutos y beneficiará a 305 mil pasajeros en un día hábil.
  • El Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), proyecto que con 5,500 mdp de inversión tiene como propósito atender la creciente demanda de servicios aeroportuarios en nuestro país.
  • La ampliación del tren eléctrico urbano de Guadalajara, para el cual se estima un gasto de 5,213 mdp. La vía tendrá una longitud de 21.3 kilómetros, 18 estaciones y 16 trenes, y beneficiará a 233 mil pasajeros en un día hábil.

 

En el sector medio ambiente y recursos naturales sobresalen dos proyectos de inversión. Por una parte, la continuación de la construcción del Túnel Emisor Oriente. Para esta obra se estiman recursos por 5,042 mdp en 2018; tiene como propósito disminuir los riesgos asociados a la falla estructural o de funcionamiento de los sistemas de drenaje del Valle de México.

Por otra parte, nuevamente el NAIM, en el que para 2018 se estima un gasto de 3,182 mdp con el propósito de llevar a cabos obras en materia de infraestructura hidráulica.

 

Las APP, una alternativa para impulsar la infraestructura

Ante la reducción de los recursos públicos para el desarrollo de infraestructura, las asociaciones público-privadas (APP) se convierten en el vehículo ideal para complementar y en el largo plazo sustituir la carencia de recursos fiscales.

En el PEF 2018 se incluyen 21 proyectos de inversión desarrollados bajo el esquema de APP, los cuales se realizan con la participación del sector privado en la construcción, ampliación, modernización y rehabilitación de infraestructura pública, así como en su operación y mantenimiento (véase tabla 1).

Se prevén recursos por 16,836 mdp para ejecutar de los 21 proyectos de APP, los cuales se distribuyen en las secretarías de Gobernación (Segob), SCT y Semarnat, además de los organismos de control presupuestario directo, como el IMSS y el ISSSTE.

En la SCT se prevén 8,147 mdp para la ejecución de 11 proyectos de APP, entre los que destaca por el monto de la inversión (1,298 mdp) la conservación plurianual de la carretera Coatzacoalcos-Villahermosa.

En el caso de la Segob, sólo se tiene prevista la ejecución de un proyecto de APP con un monto de 2,699 mdp, que consiste en la construcción, rehabilitación, adecuación, equipamiento y amueblado del complejo penitenciario federal de Papantla, Veracruz.

Por su parte, en la Semarnat se estiman recursos por 676 mdp para la ejecución de una sola APP, denominada Proyecto de Modernización del Servicio Meteorológico Nacional.

Ante el incierto panorama externo, resulta importante que se logre un eficiente y transparente uso de los limitados recursos públicos destinados al desarrollo de infraestructura, para así poder atender las principales necesidades que se tienen en el país. De igual manera, es necesario trabajar de manera coordinada y permanente entre los tres niveles de gobierno, la iniciativa privada y los involucrados, para impulsar y mejorar la infraestructura productiva.

Mientras tanto, en el IMSS se prevén recursos por 2,997 mdp para la realización de cuatro proyectos APP, entre los cuales destaca por su monto (799 mdp) la construcción del hospital regional (HGR) de 260 camas en el municipio de García, Nuevo León.

Finalmente, para el ISSSTE se estiman recursos por 2,316 mdp para la ejecución de cuatro APP, dentro de las que sobresale por su gasto (1,029 mdp) la sustitución del actual hospital general Aquiles Calles Ramírez en Tepic, Nayarit.

El avance en la realización de proyectos de APP es alentador; sin embargo, todavía transcurrirán varios años para que las inversiones mediante este esquema sean significativas. Para 2018 los montos contemplados para proyectos de APP representan sólo 3% del total propuesto para inversión física para 2018.

Ante el incierto panorama externo, resulta importante que se logre un eficiente y transparente uso de los limitados recursos públicos destinados al desarrollo de infraestructura, para así poder atender las principales necesidades que se tienen en el país. De igual manera, es necesario trabajar de manera coordinada y permanente entre los tres niveles de gobierno (federal, estatal, municipal), la iniciativa privada y los involucrados, para impulsar y mejorar la infraestructura productiva.

En vista de las condiciones actuales de gran incertidumbre, el panorama económico luce complicado para 2018, tanto para la economía nacional como para la industria de la construcción en particular. Por tal motivo, es necesario impulsar las medidas necesarias que estimulen o reactiven la inversión en la industria de la construcción. Algunas de las acciones que deben realizarse para mejorar las condiciones en el desarrollo de infraestructura son:

  • Impulsar proyectos de infraestructura en los ámbitos local, estatal, regional y federal.
  • Elevar el contenido nacional de los proyectos productivos de infraestructura con inversión y coinversión pública y privada.
  • Incrementar el financiamiento y garantías de la banca de desarrollo para la industria de la construcción.
  • Explorar y fomentar los nuevos instrumentos de impulso a la infraestructura en el mercado de capitales (Fibra E, CKD, Cerpi) y APP.
  • Realizar un reingeniería financiera al actual programa de financiamiento a la industria de la construcción (desarrollando créditos segmentados: hasta cinco millones sin contrato como garantía).
  • Mejorar las condiciones en que actualmente se está concediendo el crédito (tasa, plazos, montos, revolvencia y periodo de amortización).
  • Sondear algunos bancos comerciales y negociar con ellos para que flexibilicen las condiciones en el otorgamiento de un crédito.
  • Estructurar y estimular programas específicos de ayuda a la industria de la construcción en la banca de desarrollo.
  • Crear un padrón de registro y seguimiento para el uso y desempeño de pasivos adquiridos entre las mipyme.

 

Hoy en día la industria de la construcción en México tiene el reto de volver a ser uno de los principales motores que impulsen el crecimiento económico del país, y aunque las actuales circunstancias no son favorables, los actores deben establecer nuevas alianzas que permitan ampliar las oportunidades de trabajo y dinamizar el crecimiento del sector.

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