Federico Patiño Márquez. Director general del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México.
Tenemos 7,500 personas laborando; en mayo o junio de 2017 habrá 40,000 puestos de trabajo directos en la construcción de las pistas 2 y 3, el edificio terminal, la torre de control y el centro intermodal de transporte terrestre. La mayoría de las plazas serán ocupadas por habitantes de la zona que colinda con el proyecto; tenemos un convenio con la CMIC para dar capacitación y vamos a crear una bolsa de trabajo para identificar y poder reclutar gente que quiera laborar en el nuevo aeropuerto. En materia de transparencia queremos ser un referente, demostrar que en México se pueden hacer proyectos de esta magnitud no sólo bien, sino de manera transparente.
El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) es, sin duda, la principal obra de infraestructura de nuestro país en muchas décadas, no sólo por el monto de la inversión; su impacto social y económico marcará un antes y un después para la región. ¿Cuál es el estado actual del proceso de la obra y el nivel de cumplimiento en relación con lo previsto?
El Poder Ejecutivo federal anunció la construcción del NAICM en septiembre de 2014. Durante todo 2015 nos concentramos en el diseño, la planeación y la elaboración de los proyectos ejecutivos y del plan maestro, el desarrollo del plan financiero, así como el análisis costo-beneficio; para ello fue necesario contratar a los expertos más reconocidos en el mundo y a empresas especializadas que contaran con experiencia en este tipo de megaproyectos.
A partir de 2016 pasamos a la ejecución de las obras, que están organizadas a partir de una secuencia constructiva; eso significa, por ejemplo, que para poder construir las pistas necesitamos antes nivelar el terreno; para nivelarlo fue necesario limpiarlo y retirar los escombros que había, y así en una secuencia lógica de obras por construirse.
Es un caso atípico comparado con la mayoría de las obras públicas, que no siguen ese orden básico necesario para una mayor eficiencia y eficacia.
En obras que son simples pueden darse esos casos; con ésta es imposible. Los errores que se cometen en una obra de la magnitud del NAICM tienen un costo altísimo, no sólo en términos financieros. Y para lograr el objetivo de construir esta megaobra, la estrategia del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) se resume en el lema “un proyecto, un equipo”.
Por cierto, ¿cómo acabó el dilatado debate sobre las cimentaciones de las pistas en un suelo tan complejo como el de la zona del aeropuerto?
Evaluamos nueve diferentes opciones de cimentación de las pistas. Después de casi un año de estar analizando el comportamiento de las diversas tecnologías aplicadas, hubo muchas discusiones porque al final de cuentas se seleccionó la que fue recomendada por el ingeniero civil maestro y ratificada por el Instituto de Ingeniería de la UNAM: la precarga.
Es la técnica más compleja, la más cara y la que requiere más tiempo de implementación, pero es la más segura de todas. Consiste en acelerar la compactación del suelo mediante la colocación de material muy pesado, drenar el agua del subsuelo y así lograr que en un año se tenga un hundimiento similar al que se registraría a lo largo de 20 años. Esto le da durabilidad a la obra y permite que el mantenimiento se haga en intervalos más largos.
En el caso específico del nuevo aeropuerto, la precarga consistirá en colocar basalto a lo largo de los 5 kilómetros de largo por 400 metros de ancho de cada una de las pistas. Luego se retira el basalto, se rellena el espacio hundido y se construye la pista.
La técnica de compensación, que fue defendida por algunos expertos y se aplica desde hace muchos años en el actual aeropuerto de la Ciudad de México, resulta un poco más económica en su instalación, pero su mantenimiento es carísimo porque hay que realizarlo cada año; con la precarga se establece que será cada ocho o diez años.
También se planteó que la utilización de la precarga requiere una logística monumental.
Efectivamente, es un reto. La cantidad de material que hay que trasladar al sitio es enorme. Calculamos que vamos a mover cerca de 63 millones de metros cúbicos de material; para darle una idea, en total, en las tres hidroeléctricas más grandes construidas en México –La Yesca, El Cajón y Aguamilpa– se movió la mitad del material que vamos a mover para el nuevo aeropuerto. El grado de complejidad es alto. Se optó por la tecnología que está certificada y la que el análisis revela más conveniente.
En precarga existe la modalidad del vacío, que estamos estudiando y probando ahora. La diferencia es, básicamente, que en lugar de ponerle al suelo dos metros de basalto se colocan en él drenes a los cuales se conectan bombas para extraer el agua y generar el hundimiento acelerado del terreno hasta que se consolide. Si funciona, nos ahorraríamos el traslado del basalto; el costo es casi igual, la ventaja es una logística mucho menos compleja.
¿Cuáles son los principales datos duros que le pueden dar dimensión al proyecto en materia de volumen de inversión por área, esto es, obras, materiales, ingeniería, maquinaria, personal?
Uno ya lo mencioné: movimiento de 63 millones de metros cúbicos en la edificación de las pistas, el edificio terminal y la torre de control.
Otro es la generación de empleo. Hoy contamos con 7,500 personas laborando; en mayo o junio de 2017 habrá 40,000 puestos de trabajo directos en la construcción de las pistas 2 y 3, el edificio terminal, la torre de control y el centro intermodal de transporte terrestre. La mayoría de las plazas serán ocupadas por habitantes de la zona que colinda con el aeropuerto, gente de Atenco, Texcoco, Santa Isabel Ixtapa, Ecatepec.
¿De qué oficios?
De todo tipo: plomeros, soldadores, electricistas, herreros, albañiles, jardineros, operadores de maquinaria especializada, especialistas en seguridad e higiene, entre otros.
De hecho, no se requiere experiencia previa; tenemos un convenio con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción para dar capacitación y vamos a crear una bolsa de trabajo para identificar y poder reclutar gente que quiera laborar en el nuevo aeropuerto.
Este año realizamos 10 licitaciones, y ya hemos asignado seis con la participación de más de 100 empresas, 20% de las cuales son extranjeras. Otro hecho muy importante es que en todas estas licitaciones ha habido una gran competencia, y lo interesante es que todas las adjudicaciones han sido para empresas mexicanas.
Otros datos duros son la barda perimetral de 33 kilómetros y el camino perimetral de la misma longitud; estamos construyendo 48 kilómetros de caminos temporales internos (la distancia entre la Ciudad de México y Toluca) que nos permitan desplazarnos dentro del terreno para llevar los materiales y retirar desperdicios. Estos caminos son sólo para la construcción; al finalizar deberán quitarse.
Un dato particular es el de las licitaciones: este año realizamos 10, y ya hemos asignado seis con la participación de más de 100 empresas, 20% de las cuales son extranjeras. Otro hecho muy importante es que en todas estas licitaciones ha habido una gran competencia, y lo interesante es que todas las adjudicaciones han sido para empresas mexicanas.
Hay casos, como el del edificio terminal, donde se requiere contar con empresas constructoras que tengan la experiencia de haber construido una obra similar. Seguramente allí participarán compañías mexicanas asociadas con extranjeras, o bien concursarán empresas internacionales en lo individual.
No podemos obligar a las empresas extranjeras a asociarse con mexicanas; sin embargo, sí exigimos componentes nacionales, la subcontratación de mipyme, la contratación de personal y de altos directivos mexicanos mediante el requerimiento de experiencia en nuestro país. Estas condiciones ya se están aplicando; es un requisito legal establecido que aporta más puntos a las empresas concursantes si cumplen con algunos requerimientos en esta materia.
¿Existe algún compromiso legal o de políticas del GACM para que las empresas extranjeras se asocien con mexicanas, hagan transferencia de tecnología y den participación a las mipyme, por ejemplo?
No podemos obligar a las empresas extranjeras a asociarse con mexicanas; sin embargo, sí exigimos componentes nacionales, la subcontratación de mipyme, la contratación de personal y de altos directivos mexicanos mediante el requerimiento de experiencia en nuestro país. Estas condiciones ya se están aplicando; es un requisito legal establecido que, según el procedimiento de calificación por puntos y porcentajes, aporta más puntos a las empresas concursantes si cumplen con algunos requerimientos en esta materia.
Históricamente, los presupuestos de una obra son unos al inicio pero al final se ven superados, en ocasiones de manera superlativa. ¿Qué se prevé en el caso del NAICM?
En estos megaproyectos siempre hay un gran número de riesgos que obviamente impactan en el presupuesto y en la fecha de terminación; lo importante es cómo mitigarlos. Nosotros tenemos una matriz de riesgos, que revisamos periódicamente junto con la Gerencia de Proyecto para tomar con oportunidad las medidas necesarias de mitigación. Hasta ahora vamos en tiempo y en presupuesto.
La propuesta de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2017 que presentó el Ejecutivo al Legislativo y que se está discutiendo estipula recortes mayúsculos. Como ejemplo, en un sector estratégico como es el servicio de agua y saneamiento se plantea un recorte de 72%. ¿Cuál es el caso del NAICM?
El presupuesto que tenemos asignado por parte del Congreso para el próximo año es de 5,500 millones de pesos, exactamente lo mismo que se nos asignó para 2016; no hubo ningún recorte en el caso del NAICM. Por supuesto que vamos a gastar mucho más que eso, pero hay que recordar cómo se está fondeando esta obra: es una combinación de recursos, una parte proviene del PEF y otra del mercado financiero. Este es un proyecto autofinanciable, y cuando entre en operación va a pagar el financiamiento y le va a regresar al gobierno lo que invirtió vía PEF con un rendimiento.
Hay que tomar en cuenta que el dueño de la obra es el gobierno federal, y este tipo de proyectos se fondean con capital y con deuda, que es exactamente lo que estamos haciendo. Así pues, el capital lo aporta el accionista, que es el gobierno federal, con los recursos del PEF. El gobierno aportará 40 centavos de cada peso que se invierte en el aeropuerto a través del presupuesto, y el otro 60% se obtiene del mercado; es ésta propiamente la deuda que se irá levantando en los mercados de capitales.
Ya contamos con los recursos necesarios para blindar el proyecto en lo financiero durante el resto de la presente administración. Tenemos los recursos para 2016, 2017 y 2018.
A través del tiempo, las estadísticas de los más reconocidos organismos internacionales han registrado que el de la construcción es el sector donde se presentan mayores niveles de corrupción y de falta de transparencia respecto del dinero público. ¿Cómo están enfrentando este problema?
La transparencia para nosotros es fundamental. En el GACM seguimos tres principios: primero, atención al cliente: contamos con 400 clientes entre aerolíneas, taxistas, hoteleros y pasajeros, y tenemos que escucharlos para diseñar adecuadamente el aeropuerto, porque ellos van a ser sus usuarios. Segundo, el sentido de urgencia que permea a toda la gente que trabaja en el proyecto; no nos sobra el tiempo. Tercero, honestidad y transparencia.
En materia de transparencia queremos ser un referente, demostrar que en México se pueden hacer proyectos de esta magnitud no sólo bien, sino de manera transparente. Desde el anuncio del proyecto en septiembre de 2014 asumimos la responsabilidad del NAICM con la convicción de darle máxima publicidad y transparencia al ejercicio de los recursos. Posteriormente, el Ejecutivo federal reiteró este compromiso y nos instruyó para que el nuevo aeropuerto fuera líder y encabezara la implementación del Estándar de Datos para las Contrataciones Abiertas del gobierno. Esto ha sido un reto que ahora le explicaré.
En todo ello hemos aplicado una serie de medidas: contamos con testigo social en todas las licitaciones, participa el Órgano Interno de Control y tenemos la asesoría de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que ha identificado un conjunto de oportunidades de mejora dentro del GACM, sobre todo en lo que toca a las licitaciones, y las estamos adoptando.
También integramos especialistas técnicos y normativos que participan en la revisión de las propuestas, así como un grupo de asesores; hay cerca de 30 personas trabajando en ello.
El Estándar de Datos para las Contrataciones Abiertas del gobierno no es cualquier cosa. En escala mundial, especialistas, gobiernos, organizaciones y personalidades preocupadas por la transparencia y la rendición de cuentas en las contrataciones que hacen los gobiernos diseñaron este estándar, que se traduce en identificar la memoria de datos que están contenidos en una licitación, como monto del presupuesto a ejercerse, nombre del contratista, requisitos del concurso, plazo de duración de las obras, procedimientos de calificación de las ofertas, condiciones de contratación, métodos de evaluación y registro de los avances de obra, formas de pago y avances financieros. En fin, se identificaron más de 400 datos de esta naturaleza.
Somos la dependencia con más datos abiertos en el país; en la actualidad tenemos datos de 198 contratos. También transmitimos en vivo por internet las aperturas de propuestas y los fallos de las licitaciones. Pronto vamos a adoptar nuevos estatutos para incorporar por primera vez consejeros independientes al Consejo de Administración.
Por su magnitud en muchos aspectos, el NAICM trasciende su incumbencia específica, lo cual de seguro implica que el GACM debe tener comunicación efectiva y buscar sinergias con otros organismos de gobierno e instituciones diversas. ¿Es así?
Sí. Existe un grupo intersecretarial coordinado por la SCT, específicamente por la Subsecretaría de Transporte. Nos reunimos una vez al mes con todas las dependencias del gobierno que tienen alguna injerencia o que deben estar involucradas en esta gran obra. Además de la SCT participan las secretarías del Trabajo y Previsión Social; de Medio Ambiente y Recursos Naturales; de Desarrollo Social; de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación; de Gobernación, y de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. Asimismo, el gobierno del Estado de México y el de la Ciudad de México, la Comisión para la Regulación de la Tenencia de la Tierra y la Comisión Nacional del Agua. Todos participamos en este grupo para sumar esfuerzos y atender de una manera mucho más ágil y eficiente a la población que vive cerca del aeropuerto.
El impacto que tiene la construcción del NAICM es impresionante, y su efecto, multiplicador; más que un aeropuerto es un proyecto de desarrollo regional que va a cambiar la vida de la gente.
Entrevista de Daniel N. Moser