14 julio, 2025 4:07 am

Fidel Cortés Carballar Ingeniero civil con especialidad en Ingeniería sanitaria y ambiental. Perito profesional certificado en Medio ambiente por el CICM.


Históricamente, la salud en los países en vías de desarrollo ha sido un problema manifiesto, por la variedad de enfermedades que han debido enfrentar principalmente por causa de la falta de infraestructura hidráulica y sanitaria. Esto se comprueba con las estadísticas que publican los organismos de salud internacionales. Durante el Decenio Internacional del Agua y el Saneamiento (1981-1990), nuestro país se impuso el reto de incrementar la infraestructura hidrosanitaria para mejorar las condiciones de salud de los mexicanos, pero hoy en día el crecimiento de la población y el vencimiento de la vida útil de esas obras desafía una vez más a la ingeniería civil para llevar los servicios de agua y saneamiento a los más de 120 millones de habitantes, como el mejor instrumento para controlar las enfermedades infectocontagiosas, entre ellas la provocada por el virus SARS CoV-2, causante de Covid-19.

 

Las actividades de la ingeniería civil están estrechamente ligadas a la salud, y pueden medirse por macro y microindicadores que reflejan la calidad de vida de la población. Las enfermedades son manejadas desde el ámbito local por medio del sector salud (SSA, IMSS e ISSSTE); en el plano internacional, a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS), representada en las regiones de América por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

La salud como indicador de la calidad de vida de las comunidades es punto de partida para la toma de decisiones cuando se proyecta mejorar dicha calidad.

Entre los factores que regulan la calidad de vida hay elementos objetivos, como la calidad ambiental la disponibilidad de servicios de salud y sociales, la salud objetiva, el apoyo social y los factores culturales. También existen elementos subjetivos, tales como la salud percibida, la satisfacción social, las necesidades culturales, la valoración del entorno y los servicios de salud y sociales percibidos.

Recientemente se han hecho presentes enfermedades que en el pasado se habían controlado en México, como la tuberculosis y la poliomielitis, entre otras, además de las provocadas por la contaminación ambiental, sobre las cuales existen grandes incógnitas en el mundo, destacadamente las ligadas al cáncer producidas por materiales y residuos peligrosos.

La presencia manifiesta de los virus cambia la calidad de vida de las personas, principalmente porque la ciencia y la tecnología están rezagadas en el conocimiento de éstos y de su control.

Reconociendo la situación que ha provocado la pandemia de Covid-19 y la falta de control de las bacterias patógenas representadas por los coliformes, y en menor escala por los hongos, las acciones de la ingeniería civil se convierten en un factor importante en la calidad de vida de la población en general.

 

Enfermedades y vías de transmisión

En las figuras 1 y 2 se presentan esquemas de cada uno de los factores directos o indirectos que tienen relación con la transmisión de enfermedades. En ellos se observa que hay dos vías a través de las cuales las bacterias patógenas provenientes del enfermo o portador pueden llegar a las personas sanas: por contaminación de suelo o por contaminación de las manos.

El suelo se contamina por un tratamiento inadecuado de las heces fecales de los enfermos o portadores, que pueden ponerse en contacto con frutas y verduras que se consumen crudas, alcanzar los cursos del agua o servir de foco de atracción para las moscas.

El riesgo aumenta en las zonas urbana y rural si las aguas contaminadas son empleadas para lavar utensilios o receptáculos que se destinan a contener alimentos. El peligro potencial es agudo en lo que se refiere al desarrollo de las enfermedades parasitarias. Las moscas transportan los organismos desde las heces humanas hasta los alimentos. Es un hecho científico que las moscas son portadoras de gérmenes patógenos, especialmente de la flora entérica. Estos gérmenes pueden sobrevivir en la superficie del insecto de 3 a 24 horas y de 6 a 26 días en el tubo digestivo. Este hecho tiene estrecha relación con las tasas de diarreas infantiles y afecciones entéricas de la época de verano.

Las manos de los manipuladores de alimentos es otra vía de transmisión, así como las ropas y utensilios utilizados por las personas enfermas o portadoras, que por falta de higiene personal pueden transmitir la infección o infestar a personas sanas.

Micro y macroindicadores de calidad de vida

Los indicadores de calidad de vida son los parámetros para conocer la eficiencia de la obra de ingeniería civil o la ausencia de ésta, ya que proporcionan información de las condiciones de salud de la población con respecto a factores ambientales, y se pueden dividir en dos tipos:

Indicadores de morbilidad-mortalidad. Miden la afectación a la salud; se calculan a través de estadísticas que registra el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de las enfermedades y defunciones que se presentan durante un periodo determinado.

Indicadores de nivel de vida. Trabajo, nutrición, vivienda, nivel de ingreso, seguridad social, educación, cultura, expectativa de vida y recreación.

 

Para conocer estos parámetros, es necesario definir:

• Tasa general o bruta. Es igual al número de eventos que ocurrieron en la población de un área geográfica dada durante el mismo periodo × 1,000, o tasa general / 1,000 (10,000 o 100,000). Se determina con respecto a la población total.

• Tasa específica. Se calcula con la fórmula tasa específica × 100 = número de eventos que suceden en un grupo específico de población de un área geográfica determinada durante el mismo periodo × 1,000.

• Tasa anual. Aunque la tasa especifica o general se puede calcular para cualquier periodo, por regla general se expresa siempre para un año. Muchas veces, cuando la tasa no está referida a un año, conviene hacer una correlación para efectos de comparación.

 

En ingeniería sanitaria interesan distintas tasas sobre mortalidad; general, específica por determinada causa, infantil, por edades, por sexo. La obtención de la tasa de morbilidad entraña una marcada complicación, ya que abarca tipo de enfermedad, frecuencia de ésta y su duración.

La mortalidad se puede definir como la proporción o tasa que indica el número de individuos fallecidos en un espacio y tiempo determinados.

Por regla general, los datos se expresan en términos de números de muertes por cada mil individuos, agrupados por edad, sexo, localidad o país, o grupo social.

 

La morbilidad se define como la proporción de individuos de una población que padece una enfermedad en particular en un tiempo determinado.

Las enfermedades infecciosas presentan mayor morbilidad y mortandad a altas densidades de población, debido a que la cercanía de los individuos aumenta la probabilidad de contagio.

La escasez y la contaminación del agua son indicadores principales de la calidad de vida de las comunidades. Entre las enfermedades de este origen se encuentran las de tipo entérico, que por su frecuencia y grado de incidencia provocan los mayores daños a la población y son la fuente más grave de epidemias; los organismos patógenos responsables pueden ser bacterias, virus o protozoarios.

Las enfermedades por alteraciones químicas del agua se asocian con la ingestión de agua que contiene sustancias tóxicas en concentraciones perjudiciales. Estas sustancias pueden ser de origen natural o artificial, generalmente de localización específica.

 

Mejoras en la calidad de vida

Para mejorar la calidad de vida de las comunidades, debe partirse de las acciones de la ingenieria civil en la rama de la ingeniería sanitaria, al ser ésta la encargada de diseñar, proyectar, construir, operar, mantener y monitorear todas las obras y sistemas para la protección de la salud y el confort humano.

Las acciones propias de la ingeniería sanitaria se dan en los ámbitos del agua (sistemas de abastecimiento de agua potable, plantas potabilizadoras), el saneamiento (sistemas de alcantarillado, plantas de tratamiento de aguas negras o residuales, sistemas de minimización y reciclaje de los residuos sólidos, disposición final de los residuos sólidos urbanos, rellenos sanitarios metanogénicos, saneamiento de la vivienda y de locales de servicio público), producción, transformación y distribución de alimentos, saneamiento en caso de emergencia por fenómenos meteorológicos, seguridad e higiene industrial.

El binomio agua y saneamiento es un enorme reto para los gobiernos en la actualidad. En el pasado fuimos sujetos de asesorías y financiamiento de los organismos internacionales; hoy en día debemos aprovechar las experiencias del sector, principalmente su desarrollo institucional ya iniciado en algunos municipios, con especial atención al medio rural mediante la creación de organismos comunitarios que atiendan los servicios básicos de saneamiento. Para ello será importante crear centros de promotoría, a fin de acercar a los usuarios al reconocimiento de sus obras hidrosanitarias y a la conciencia sobre su conservación.

El agua desempeña un papel importante en la salud, lo que compromete a la ingeniería civil a desarrollar toda actividad en ese ámbito con eficiencia y efectividad para abastecer a la población en términos de cantidad, calidad y presión, siempre cumpliendo con la normatividad existente: para la calidad, la NOM-127 de la Secretaría de Salud, y para la cantidad y presión, las normas técnicas de la Comisión Nacional del Agua.

En los sistemas de abastecimiento es necesario el control bacteriológico, pues es éste un vector en el que se reflejan los mayores índices de morbilidad y mortandad en la República mexicana. Siempre va a ser mejor controlar la calidad desde la fuente de abastecimiento que en la distribución.

El cloro generalmente se aplica al agua después de filtrarla para obtener la desinfección adecuada; esta sustancia debe estar en contacto con el agua por lo menos durante 20 minutos; transcurrido ese tiempo, el agua puede considerarse potable. La dosificación correcta se comprobará mediante pruebas bacteriológicas y la determinación del cloro residual. Como regla general, la dosis segura de cloro residual es de 0.2 a 1.5 partes por millón.

Las soluciones de hipoclorito de calcio o de sodio deben prepararse en estanques separados, donde se han de diluir sedimentándolas convenientemente.

Por otro lado, el saneamiento básico se centra en el control de los desechos sólidos, líquidos y gaseosos provenientes de la actividad doméstica, colectiva e industrial. Los residuos sólidos y las heces humanas y de animales no sólo tienen importancia desde los puntos de vista estético y urbanístico, sino también en relación con la transmisión de enfermedades, ya que transportan gérmenes patógenos en gran cantidad. Su disposición inadecuada es foco de procreación de moscas y otros insectos.

Un alto porcentaje de la población en México no tiene sistemas de alcantarillado, y en muchas casas no existen medios para la eliminación de los desechos líquidos. El tratamiento puede variar desde una fosa séptica, la oxidación u otro tratamiento secundario, hasta plantas de tratamiento terciario avanzado. En ausencia de una red de alcantarillado, debe hacerse uso de una letrina sanitaria para confinar las excretas previendo no contaminar el suelo; se pueden utilizar los biodigestores individuales o colectivos para aprovechar el biogás que se genera por la descomposición de la materia orgánica.

El suelo se contamina por el uso de plaguicidas, más de 120 millones de kilogramos diarios de residuos sólidos urbanos, 12 mil toneladas de residuos peligrosos, entre ellos los infectocontagiosos, una cantidad importante de residuos electronicos y –los de mayor volumen– los jales mineros.

La minimización y el reciclaje, la construcción de receptores de agroquímicos, los rellenos sanitarios metanogénicos y el tratamiento y confinamiento de residuos peligrosos son las obras de ingeniería civil necesarias para mejorar la calidad de vida de las comunidades.

Hoy en día, en plena pandemia, se están generando residuos especiales estimados en cerca de 3 kg por paciente y por día que requieren un tratamiento especial desde su generación, almacenamiento, transporte, tratamiento y disposición final. La separación de éstos no es recomendable, ni el almacenamiento temporal. El tratamiento o disposición final consiste en la esterilización o tratamiento térmico, comprobando siempre la eliminación de los virus y bacterias. Las recomendaciones para desechar estos residuos son:

• No mezclarlos con los residuos sólidos urbanos ni con los infectocontagiosos

• No confinarlos en rellenos sanitarios ni con residuos peligrosos

• No arrojarlos al sistema de alcantarillado

• No incinerar a cielo abierto

• No mezclarlos con residuos de la construcción

 

El saneamiento del aire requiere más de la participacion ciudadana. Las fuentes móviles continúan siendo las de mayor aportación de contaminantes; las fijas y las naturales contribuyen al aumento de éstos, y ahora, a las fuentes artificiales (como los fumadores) se suman los virus y las bacterias que se arrojan al toser o estornudar sin el cuidado debido. En este ámbito, se recomienda lo siguiente:

• No usar el automóvil, sólo para lo estrictamente necesario

• Evitar las aglomeraciones

• No fumar en lugares cerrados

• Descentralizar las actividades públicas y privadas

• No a la incineración

 

Para el saneamiento de la vivienda y de lugares públicos y ante emergencias por fenómenos meterorológicos, en el campo de la ingeniería sanitaria existen normas que regulan las actividades y establecen especificaciones orientadas a garantizar la calidad y seguridad de las obras de ingeniería para el cuidado de la salud y el confort de los seres vivos.

En el saneamiento de los alimentos, la base es cumplir con la normativiad de salud vigente, que comprende vigilancia en los centros de producción, el transporte, la transformación y distribución al consumidor de los alimentos, con atención a las importaciones. Existe también la necesidad de contar con mejores instalaciones para los rastros y mercados.

En cuanto a seguridad e higiene industrial, existen normas y reglamentos específicos, y también para el caso particular de la construcción.

 

Conclusiones y recomendaciones

Por las estadísticas de salud en México, siempre ha sido un reto mejorar la calidad de vida de la población, el agua y el saneamiento. Factor importante en esto son los organismos internacionales como la OMS-OPS, que alertan de posibles enfermedades. Si bien es cierto que se ha hecho mucho por controlarlas, también es verdad que algunas han retornado, como la poliomelitis y la tuberculosis.

La ingeniería civil ha sido el gran protagonista en el control de muchas enfermedades a lo largo de nuestra historia, al haber construido las obras de abastecimiento del agua que llega a la mayoría de los hogares.

Hoy el reto es mayor. Será el Colegio de Ingenieros Civiles de México, a través de sus integrantes, que por medio de un código de salud establezca los protocolos adecuados para cada caso particular de sus actividades. En el caso del agua, la cantidad, calidad y presión. Para el saneamiento, tratamiento y reúso de las aguas residuales, cero residuos sólidos urbanos y de la construcción, mejora de la calidad de los combustibles fósiles y uso de energías limpias.

 

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