El perfil del ingeniero civil que formamos incluye una educación robusta en ciencias básicas para posteriormente enfocarlo en la atención de lo que el país necesita. Utilizamos diversos cursos para enseñarles, por ejemplo, el tema de ferrocarriles, que están en auge ahora con obras y proyectos ambiciosos.
Eduardo Francisco Reyes de Luna Director del Programa de Ingeniería Civil. Departamento de Tecnologías Sostenibles y Civil. Escuela de Ingeniería y Ciencias, Región Ciudad de México Santa Fe. Tecnológico de Monterrey campus Santa Fe.
Ingeniería Civil (IC): ¿Con qué periodicidad se actualizan los programas de estudio y qué factores son tenidos en cuenta como determinantes para efectuar algún cambio?
Eduardo Francisco Reyes Luna (EFRL): Aproximadamente cada siete años se hacen actualizaciones o cambios en los programas de estudio del Tecnológico de Monterrey. Generalmente se analizan cuatro grandes campos: el de la producción de bienes, productos y servicios relacionados con la carrera; esto implica hacer un estudio sobre los aspectos económicos y sociales más relevantes relacionados con la carrera. Se analiza el campo profesional como tal: origen y evolución de la profesión en México y en el mundo, su razón de ser en la sociedad, sus problemáticas principales, su presente, lugares donde se ejerce, tendencias locales y globales del accionar profesional, etc. En el campo del conocimiento se analiza el estado actual y las nuevas exigencias para la docencia e investigación en que se basa la formación de los nuevos cuadros de profesionales de la carrera. Finalmente, se aborda el marco institucional, en el que se inserta la carrera: la filosofía, políticas, normativas, plan estratégico, visión, etcétera.
IC: ¿Es muy estricto el plazo, o si surge alguna circunstancia que determina la oportunidad de hacer un cambio antes de que se cumplan los siete años se hace?
EFRL: Lo podemos realizar, quizá cada escuela tiene la oportunidad de generar cambios locales, siempre y cuando se respeten ciertos contenidos que son estrictos. Por ejemplo, dentro de la lista de materias que hay en el Tec existen materias optativas, donde el alumno tiene la opción de elegir ciertas áreas. También podemos implementar nuevos retos en las unidades de formación.
IC: Para la elaboración de los programas o su modificación, pensando en la entrada de los estudiantes al mercado laboral, ¿tienen algún tipo de interacción con el sector productivo, el sector público y los organismos gremiales?
EFRL: Es mucho el tiempo que se dedica a la elaboración de un plan de estudios: se hacen reuniones por academia, cada una de las cuales es especialista en cierta área, estructuras o mecánica de suelos, por ejemplo. Con toda esta planeación, en el modelo educativo actual se implementó el modelo del Socio Formador. Con base en este modelo, buscamos involucrar a los actores de la industria, a organizaciones, para tener sus aportaciones en cuanto a las áreas que son relevantes.
IC: A lo largo de la vida de este programa, ¿cómo ha ido cambiando la matrícula y el perfil de los estudiantes?

EFRL: El programa de Ingeniería Civil en el campus Santa Fe se inició en 2019 con su primera generación que, por cierto, fue bastante buena en todos los aspectos. En virtud del sello de la institución de formar líderes, los alumnos que se inscriben reciben la mejor educación tanto en la parte disciplinar como en la transversal, gracias a lo cual, al paso de los años, se ha incrementado la matrícula de manera considerable, y a pesar de tener diversidad en los perfiles, en estos cinco años se ha conservado el perfil emprendedor y de liderazgo.
IC: Para muchos, se llega a ser ingeniero civil cuando, además de preparación académica, ya se ha tenido experiencia en la práctica profesional. ¿Qué opina usted?
EFRL: En la institución contribuimos a que el alumno posea este requerimiento y beneficio aplicando el programa de Socio Formador. Este programa se utiliza en todos los bloques donde se incluyen los contenidos más robustos de cada área de estudio, y básicamente se involucra a una empresa de gobierno o privada, que comparte un problema o actividad real, al cual le llamamos reto. De esta manera, los alumnos van adquiriendo experiencia dentro de su trayectoria profesional.

IC: ¿Hay un área de educación continua para los estudiantes egresados?
EFRL: En el Tec de Monterrey existen muchos cursos, especialidades, maestrías que, dependiendo del sector, ofrecen opciones de actualización continua. En el caso de la ingeniería civil, tenemos especialidades, maestrías y varios cursos sobre tecnología, liderazgo y en otras áreas que son importantes para la parte profesional.
IC: ¿Qué importancia se les da a las materias o temas relacionados con enfoque y cuestiones sociales, económico-financieras, ambientales, de planeación?
EFRL: Mucha. El Tec de Monterrey tiene un sello muy particular por preparar al alumno en temas de liderazgo, emprendimiento, ambientales, económicos, sociales. Eso lo hacemos con todas las materias que son transversales y que el alumno está obligado a tomar.
Tenemos la Semana TEC, específica para que el alumno pueda tomar ese tipo de cursos, los cuales a veces utilizamos para proporcionarle herramientas tecnológicas.
IC: Algunos ingenieros con larga experiencia plantean que todas las nuevas tecnologías son importantes, son útiles, pero que nunca se debe perder el enfoque crítico y analítico del individuo, porque si uno le da cifras erróneas a una computadora obtendrá resultados erróneos. ¿Cómo se maneja con los estudiantes el tema de usar la tecnología con criterio, sin confiar a ciegas en lo que ella ofrece?
EFRL: Estoy totalmente de acuerdo. Siempre tratamos de formar al alumno en ciencias básicas: que tengan esos criterios bien formados en matemáticas, física, programación, química y demás; nunca dejamos a un lado esa parte, que considero es la más importante. Yo siempre les digo a los alumnos: no hay que ser usuario de un programa. La realidad es que cualquier persona puede aprender a usar el programa y usarlo, pero no sabe qué valores son los que está ingresando o qué valores está dando el programa. Entonces, obviamente hay que formarlos bien en la parte crítica, en la parte técnica, darles la herramienta pero inculcarles que la utilicen con un buen criterio.
Esta es la parte más importante de la educación, de la formación: no debe desatenderse lo básico. Si nosotros o cualquier institución quiere agregar algo tecnológico está bien, siempre y cuando se sepa cómo funciona de raíz, cómo utilizarlo bien.
IC: ¿Qué conclusiones sacaron del impacto que tuvo la pandemia de COVID-19 en la educación y de las políticas que se tomaron ante ella?
EFRL: Creo que el proceso de enseñanza-aprendizaje fue bastante complejo. En el Tecnológico de Monterrey se implementaron diversas herramientas tecnológicas que mejoraron increíblemente la práctica docente y, sobre todo, el aprendizaje de los alumnos. De hecho, el Tec fue de las primeras instituciones en el país en tomar la decisión de cambiar las clases al formato virtual, y esto fue posible porque ya estábamos preparados. Ahora nos hemos quedado con buenas prácticas de la pandemia, como tener participación de expertos que no están físicamente en México, pero que con la tecnología nos resulta posible invitarlos a nuestras clases. Es claro que no hay como las clases presenciales, yo creo que esa interacción que tienen alumnos y profesores, el uso de laboratorios, no lo podemos reemplazar. La presencialidad es imprescindible.
IC: Sin duda el tema de la evaluación y calificación se dificultó mucho durante la virtualidad.
EFRL: Así es, definitivamente el control que tenemos en el aula es mucho mejor, logramos tener la atención del alumno; sin embargo, la virtualidad también nos permitió ser más creativos al momento de diseñar los instrumentos de evaluación, que al final deben estar enfocados en medir competencias.
IC: ¿Se evaluó y calificó durante el periodo virtual, y en tal caso, con cuáles procedimientos y resultados?
EFRL: La evaluación virtual fue compleja. En la evaluación presencial podemos tener el control y podemos revisar que el alumno realmente esté trabajando, que esté haciendo la práctica en el laboratorio, que esté analizando lo que ocurre con algún modelo, pero en línea no teníamos ese control. Si bien es cierto que el conocimiento es importante, el modelo educativo está enfocado en desarrollar competencias disciplinares y transversales en nuestros alumnos.
IC: ¿Al volver a la enseñanza presencial se hizo algún examen o procedimiento para verificar si realmente habían adquirido los conocimientos?
EFRL: No recuerdo haber contado con un espacio específico para evaluar cómo llegaban preparados en las distintas áreas cuando retomamos la presencialidad. En la continuidad del proceso de enseñanza sin duda se puede verificar, aunque no con todo rigor, si hubo aprendizaje o no. No obstante, se diseñaron talleres complementarios para reforzar conocimientos y competencias trabajados durante la pandemia.
IC: Las nuevas tecnologías, herramientas novedosas, criterios ASG hoy en día son aspectos relevantes para el desarrollo de la infraestructura, a los que se está sumando con gran intensidad la inteligencia artificial. ¿Cómo son tratados estos temas por ustedes en la carrera de Ingeniería Civil?
EFRL: Los abordamos de manera regular, obligatoria en la currícula; involucramos mucho al alumno para que todas sus actividades tengan un buen enfoque social y ambiental.
IC: ¿Con qué infraestructura de laboratorios cuenta la Facultad o la Escuela de Ingeniera de Civil?
EFRL: En el Tec de Monterrey, en todos los campus, uno de los requisitos prioritarios es tener para las carreras que lo requieren un buen laboratorio, con equipos de vanguardia para docencia e investigación.
IC: ¿Es un solo laboratorio, o los hay por especialidad –geotecnia, estructuras, hidráulica…?
EFRL: Es un laboratorio de ingeniería civil, pero sí está dividido en cuatro áreas: mecánica de suelos, estructuras, combinada con el área de materiales, hidráulica y, finalmente, sustentabilidad en el agua.
IC: ¿Cuáles son las opciones para regularizar a los alumnos que reprueban alguna materia?
EFRL: Dentro del Tec de Monterrey existe un programa bastante efectivo al que llamamos “Modelo de acompañamiento”. En él se cuenta con un mentor de éxito estudiantil que acompaña al alumno en la parte emocional, le da una guía, y desde luego el director: todos tratamos de motivar al alumno, darle una buena guía como medida de prevención para que no repruebe: eso es lo más importante.
En caso de que un alumno repruebe, por reglamento existe el estatus académico, que básicamente se refiere a la situación del alumno con base en las calificaciones finales y, a partir de este, se determinan las medidas por aplicarse para la recuperación del alumno. Desde luego, existen los exámenes de recuperación y la posibilidad de que vuelva a cursar la materia. También contamos con un departamento que se llama LiFE (Liderazgo y Formación Estudiantil), que se encarga de agregar materias para mejorar las técnicas de estudio y ofrece un acompañamiento incluso emocional y psicológico al alumno para que se pueda recuperar. Dentro de la institución existe un modelo bastante fuerte para que el alumno tenga éxito en su carrera profesional.
IC: A veces los alumnos no rinden como deberían porque no se aplican, porque no tienen la capacidad, etc., pero en ocasiones puede influir la manera en que se imparten ciertas materias o la capacidad de los profesores, por ejemplo. ¿Eso se evalúa, o solo se concentran en los alumnos?
EFRL: Por supuesto que también nos concentramos en el profesor. El profesor influye muchísimo en la educación. Desde la contratación de los profesores hay muchos requisitos en temas de experiencia docente y profesional. También existe el acompañamiento al profesor; hay algunos de mayor experiencia que aportan su visión a aquellos con menos experiencia. Asimismo, se ofrece capacitación al docente.
IC: ¿Temas como la planificación y el desarrollo de políticas públicas en materia de infraestructura son abordados en alguna materia o curso en la carrera?
EFRL: Sí. En cada área –estructuras, hidráulica, mecánica de suelos, etc.–, durante los primeros cursos se revisan y estudian las necesidades del país en infraestructura hídrica, en edificaciones, etc., para que podamos determinar y planear bien lo que se va a construir. Existen temas particulares para aprender a hacer una buena proyección, una buena planificación de cualquier tipo de infraestructura. Particularmente, tenemos una unidad de formación donde se estudian las factibilidades técnica, económica, social y ambiental.
IC: ¿Cuáles han sido los factores más determinantes para hacer los ajustes al programa de estudios?
EFRL: Primordialmente el perfil del ingeniero civil que se requiere. Hemos llegado a la conclusión de que hay que formar al ingeniero de manera integral, darle una educación robusta en ciencias básicas y posteriormente darle ese enfoque atendiendo lo que el país necesita. Utilizamos diversos cursos para enseñarles, por ejemplo, el tema de ferrocarriles, que están en auge ahora, con obras y proyectos ambiciosos.
IC: Para la modificación de los planes de estudio se tiene en cuenta seguramente la experiencia de lo que han venido haciendo, las necesidades, pero, además de los profesores y los investigadores, ¿se toma en cuenta la opinión de los alumnos?
EFRL: Considerando que la mayoría de ellos no tiene experiencia, su participación se concentra en opinar cómo está recibiendo su educación y si tiene sugerencias respecto a posibles ajustes en cuanto al fondo y la forma del proceso educativo y, obviamente, la percepción que tiene de la labor de los docentes, aunque generalmente esta labor se concentra principalmente en un grupo de expertos.
IC: ¿Están organizados los egresados del Tec? Me refiero en específico de los de ingeniería civil. En caso de que sí, ¿cómo se instrumenta la relación con la institución?
EFRL: Tenemos muchísimos egresados que regresan como profesores, como asesores, para dar cursos o conferencias. En ocasiones, cuando son empresarios, ofreciendo oportunidades laborales especialmente a los alumnos a punto de egresar. Para la institución, el egresado es muy importante, por lo que tenemos un departamento que lleva esta comunicación con los “exatecs”, además del seguimiento que les damos para saber dónde están en su carrera profesional, si han emprendido, terminado un posgrado, etc. También buscamos que sigan en contacto con su alma mater