8 diciembre, 2024 12:52 pm

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Jorge Bierge Somerville Economista con especialidad en el área de riesgo financiero y más de 15 años de experiencia en el sector financiero. Desde 2018 se desempeña como consultor de riesgo financiero para Proyecto Civil Integral, S.A. de C.V.


 Este artículo tiene como propósito evaluar el impacto de las principales variables de monitoreo de riesgo de los proyectos carreteros ante el movimiento de las principales variables de impacto económico en un entorno de gran volatilidad, como lo ha sido el último semestre de 2019 y el primero de 2020.

El contexto actual representa una etapa interesante para el análisis del impacto económico en los proyectos carreteros, pues tres de las principales variables (precios del petróleo, tipo de cambio, tasa de interés) han estado presentando un elevado nivel de volatilidad y generando no sólo incertidumbre, sino también pérdidas que se están concretando y sobre cuya evolución no se tiene certeza. Sin embargo, el objetivo es demostrar que, en este contexto, una sana gestión de riesgos financieros permitirá evitar o al menos limitar las pérdidas potenciales y garantizar la disponibilidad de recursos para hacer frente a la situación sin que ello represente pérdidas para el constructor, gracias a la salud financiera del proyecto y las medidas económicas precautorias.

Para comenzar, es necesario analizar el comportamiento del producto interno bruto (PIB) durante 2019 (véase tabla 1). Como se puede apreciar, existe una tendencia negativa.

Hasta este punto del análisis no se puede determinar si la tendencia será revertida o se mantendrá, ni tampoco la magnitud de su variación futura.

No obstante, se tiene claro que uno de los rubros de inversión que tienen un mayor impacto en el crecimiento es la inversión en infraestructura, en particular en carreteras, motivo por el cual el presente análisis se centra en este ramo.

La importancia del análisis de riesgo financiero para la valuación de proyectos carreteros supone analizar los posibles escenarios económicos que tendrán un impacto en el valor de los proyectos.

A continuación se analizará el estado actual de las principales variables de impacto.

 

Precios del petróleo

En las figuras 1 y 2 y en la tabla 2 se muestran los precios históricos del barril de petróleo de la OPEP y de la mezcla mexicana.

Como se puede apreciar, los precios del petróleo durante 2019 y 2020 siguieron un comportamiento muy volátil, ya que durante el primer trimestre de 2019 se presentó un incremento continuo, para los siguientes dos trimestres una estabilidad con tendencia a la baja y para el último trimestre nuevamente un repunte. Sin embargo, durante el primer trimestre de enero la tendencia a la baja continuó, y en marzo los precios sufrieron un desplome por la política de la OPEP de aumentar la producción diaria de barriles de petróleo con el objetivo de impulsar los precios a la baja y captar así una mayor fracción del mercado internacional. Esta situación provocó un desplome aun mayor en el precio de la mezcla mexicana.

Esta disminución tiene como consecuencia una reducción en cadena de los precios de todos los productos derivados del petróleo (combustibles, electricidad, plásticos, carpeta asfáltica) y, por lo tanto, el precio de construcción y mantenimiento de las carreteras disminuye y se abaratan los costos.

No obstante, debido a que México es un país productor de petróleo, los ingresos del gobierno se verán afectados de manera negativa, pues los ingresos por concepto del petróleo disminuyen.

 

Tipo de cambio

Por otro lado, la segunda variable de importancia en este análisis es el tipo de cambio (véase tabla 3).

Como se puede apreciar, durante 2019 el tipo de cambio se mantuvo estable, e incluso con una tendencia a la baja; sin embargo, a partir de marzo se presentó una devaluación de 22% respecto al mes anterior, la cual incrementa los costos de las importaciones y por ello el precio de maquinaria y equipo aumentará.

El precio de los combustibles será mayor en México que en el extranjero, pues el país importa los productos refinados del petróleo; por tanto, el precio de éstos estará expresado en dólares.

Los dos aspectos principales que explican esta devaluación son la caída en los precios del petróleo que se describió en el apartado anterior y la desaceleración de la actividad económica que está teniendo lugar debido a las medidas de control de la pandemia asociada al virus Covid-19, las cuales tendrán un impacto importante en el corto, mediano y largo plazo.

Ambos factores, aunados a la tendencia negativa del PIB de 2019, suponen un escenario negativo para la economía del país.

A la fecha, se estima que continuarán disminuyendo los precios del petróleo y seguirá devaluándose el peso frente al dólar, por lo que es el principal escenario a tomar en consideración para proyecciones futuras.

 

Tasa de interés

El tercer factor de riesgo es la tasa de interés, la cual, desde enero de 2019 hasta la fecha actual (abril de 2020) ha presentado una estructura de bajas consecutivas, como medida del banco central para disminuir el costo del dinero y así abaratar los créditos e impulsar las inversiones y con ello el crecimiento económico (véase figura 3).

La tasa de interés es una herramienta de política monetaria del banco central para regular la cantidad de dinero circulante en la economía, por lo cual una menor tasa representa un menor incentivo para el ahorro y un mayor incentivo para contratar créditos que den financiamiento al crecimiento del país.

Con el panorama actual, la crisis petrolera y el Covid-19 están provocando una recesión económica global, ante la cual muchos países están haciendo uso de esta herramienta para reactivar las economías, por lo que se esperaría que la tasa de interés siga disminuyendo.

Nuevamente, esta situación favorece al sector carretero, ya que el costo de financiamiento de los proyectos se vuelve más barato y atractivo.

 

El tiempo como variable de rendimiento

El cuarto factor de riesgo a considerar es el tiempo. Este factor no representa como tal una variable estadística, por lo que generalmente no se toma en consideración en los análisis financieros, o simplemente se limita a la estimación de los periodos del proyecto; sin embargo, afecta también a las tasas utilizadas para llevar a valor presente dichos análisis.

De esta forma, la tasa de corto plazo no será la misma que la del largo plazo, por lo que proyectos con diferente duración serán valuados con distintas tasas, y su rendimiento y costos se verán directamente afectados.

Por ejemplo, en un entorno donde se espera que la tasa de interés en el largo plazo continúe disminuyendo, es más rentable financiar proyectos de largo plazo a través de créditos, por lo que un proyecto de mantenimiento de carreteras de largo plazo resulta atractivo.

Tasas de interés más bajas también favorecen una mayor rentabilidad del proyecto, pues se estaría obteniendo un retorno de éste mayor a la tasa de interés. Un ejemplo más claro de lo anterior puede analizarse en el caso de Estados Unidos, donde las tasas de interés se acercan nuevamente a niveles de cero, por lo que cualquier proyecto rentable será más atractivo que cualquier inversión bancaria a tasas tan bajas.

El tiempo es también una variable fundamental, pues en un análisis de riesgo las demoras en el inicio o desarrollo de los proyectos carreteros hacen patente la necesidad de revalorarlos continuamente con los nuevos precios de los insumos para una correcta estimación de ingresos y costos esperados.

Este tipo de análisis generalmente no se realiza, o se realiza a posteriori, es decir, una vez que la situación ya tuvo lugar, por lo que no es posible llevar a cabo ninguna medida de prevención, sino simplemente ajustes, lo cual genera, en la mayoría de los casos, incrementos en el costo final del proyecto y una afectación a la reputación del constructor.

Por ello es importante que el proceso de gestión sea realizado en tres etapas; la primera de ellas es al inicio del proyecto, para poder plantear diferentes escenarios posibles para el proyecto y con ello plantear medidas a priori para hacer frente a éstos sin afectar el presupuesto inicial.

La segunda etapa es durante la vida del proyecto, para garantizar un monitoreo continuo y que cualquier variación de la estimación inicial pueda ser controlada de manera inmediata y se puedan constituir reservas económicas preventivas para hacer frente a situaciones adversas.

La tercera etapa es durante el proceso de gestión de las carreteras, para garantizar no sólo que la obra haya sido entregada en tiempo, forma y con los niveles económicos planteados originalmente, sino también buscando su correcta operación para extender su tiempo de vida, así como un nivel óptimo de sus condiciones para disminuir el costo de mantenimiento anual y con ello ofrecer tiempos adecuados de traslado y un bajo número de accidentes, lo cual necesariamente se traducirá en menores primas de aseguramiento.

Otro aspecto que resalta la importancia de considerar el tiempo y su impacto económico en el entorno actual son los costos hundidos en los que se incurre en situaciones de paro de los proyectos, ya sea con motivo de la pandemia actual o por bloqueos, cambios de administración, desastres naturales o cualquier situación que tenga el mismo efecto. Lo anterior representa pérdidas potenciales asociadas al mantenimiento de pago de salarios, equipo, materiales, intereses de créditos ya contratados, pólizas de seguros y a los pagos ya efectuados.

De esta forma, se puede ver que el tiempo afecta no solamente en cuanto a la estructura de costos de los proyectos cotizados sino también en cuanto a los desfases de éstos por cualquier tipo de eventualidad.

 

La manipulación del tiempo: comparación de estrategias a largo plazo

Como parte del análisis del tiempo, uno de los grandes vicios ocultos que se generan en el proceso de toma de decisiones de construcción y gestión de carreteras es limitar el análisis de los proyectos a periodos específicos, generalmente los plazos de duración del gobierno en turno, lo cual deja fuera del análisis la situación física y económica de los proyectos en periodos posteriores. Ello, en muchas ocasiones, lleva a la toma de decisiones que en un primer momento parecen ser las más económicas para el periodo analizado, pero las más costosas para el largo plazo, y por tal motivo el análisis financiero de los proyectos debe ser realizado para los mismos plazos.

Un ejemplo de lo anterior sería un proyecto de mantenimiento de una carretera en el cual se contemple un periodo de tres años, correspondiente al tiempo restante del gobierno en turno. Supongamos que se plantean las siguientes cotizaciones:

Estrategia 1: mantenimiento mayor. Supone trabajos de mantenimientos mayores en el corto plazo y mantenimientos medios anuales. Esta sería la estrategia con mayor costo pero el mayor tiempo de vida útil.

Estrategia 2: mantenimiento medio. Supone trabajos de mantenimiento medio en todos los periodos. Esta estrategia plantea un costo intermedio pero un periodo de vida útil menor.

Estrategia 3: mantenimiento bajo. Supone trabajos de mantenimiento mínimos, por lo cual no hay una inversión inicial elevada; sin embargo, el deterioro se incrementa y el tiempo de vida útil es el menor.

Si los tres proyectos se comparan únicamente en términos de costos dentro de los tres años de gobierno, resulta más atractiva la última estrategia, ya que es la que requiere menores recursos; sin embargo, el mantenimiento mayor se estaría dejando a la siguiente administración.

Dependiendo del tipo de carretera, puede haber ingresos asociados; en el caso de carreteras de cuotas es posible calcular una tasa interna de retorno (TIR) de la inversión; de lo contrario, no habría recuperación de la inversión y por lo tanto no se podría utilizar la TIR como criterio de toma de decisiones.

Si el análisis se realiza considerando un periodo, por ejemplo de 10 años, y se calcula el valor presente de los ingresos y costos (para carreteras de cuota) o sólo de los costos (para carreteras libres), el resultado puede ser completamente diferente; incluso la estrategia 1, que es aparentemente la de mayor costo, al distribuir sus flujos en un periodo mayor resulta ser la de menor costo distribuido en el tiempo y de mayor vida útil, además de garantizar una mejor calidad, lo cual tendrá como beneficio colateral un menor número de accidentes y por ende menores primas de los seguros.

 

Integración de las variables

Como se puede observar, considerar el valor de las variables que tienen un impacto económico sobre el costo de los proyectos en un momento del tiempo limita la capacidad de análisis para cuantificar riesgos y pérdidas potenciales, y con ello la definición de estrategias de acción para mitigar este tipo de riesgos.

Es importante tener en cuenta no sólo el valor de las variables en un momento específico, sino los posibles escenarios de evolución de éstas y su respectiva interacción en el tiempo.

Con el análisis actual, parecería inviable iniciar un proyecto, en particular un proyecto carretero; no obstante, al integrar las tres variables en el análisis se puede observar que una medida contracíclica de los gobiernos (algunos la llamarían “keynesiana”) sería continuar con la construcción de algunas carreteras, ya que éstas pueden ser construidas a un menor costo actual y garantizar así la infraestructura adecuada para impulsar la etapa de recuperación económica futura.

Estas medidas, además, pueden ser analizadas con el tipo de financiamiento de las obras, ya que con esquemas de inversión compartida entre gobierno y sector privado, o con el de concesiones, se disminuye el endeudamiento público y se garantiza rentabilidad y crecimiento económico asociado a este tipo de proyectos.

 

La gestión financiera y su metodología

En el escenario actual y con la interacción de las variables económicas más relevantes que tienen impacto en la rentabilidad de los proyectos carreteros, resulta fundamental un análisis que brinde certidumbre en el proceso de toma de decisiones por parte de los gobiernos.

El proceso de gestión de riesgos es análogo al que se lleva a cabo por regulación internacional en el sector bancario, con el objetivo de garantizar que todas las inversiones puedan ser monitoreadas con un mismo enfoque de manera clara, objetiva y con miras a lograr la transparencia en el proceso de toma de decisiones, brindando certidumbre al gobierno y al constructor.

Una adecuada gestión financiera tiene como objetivo estandarizar el proceso de identificación, monitoreo, medición, reportes y establecimiento de planes de mitigación de riesgos.

Los tres pilares sobre los que se asienta el proceso de gestión de riesgos son:

• Requerimientos cuantitativos: medida de activos, pasivos, provisiones, capital, etcétera

• Proceso de supervisión y revisión cualitativa

• Transparencia: reporte y publicación

La implementación de esta metodología en los proyectos carreteros permite mayores y mejores inversiones en el sector a través de garantizar eficacia en la gestión de recursos para brindar a los constructores y a los gobiernos herramientas claras para identificar su exposición.

Una adecuada gestión impulsa al sector como motor continuo del crecimiento económico del país, tanto en periodos de crecimiento como en periodos de crisis, destacando las áreas de oportunidad por el uso eficiente y responsable de los recursos.

 

Conclusiones

El momento actual en el contexto nacional e internacional es crítico por la conjunción de diferentes eventos de gran impacto económico global, como la crisis sanitaria por el Covid-19 y la suspensión de actividades económicas; la recesión económica del país y la crisis económica esperada; la caída en los precios del petróleo; las disputas comerciales entre Estados Unidos y China; la devaluación del tipo de cambio y la política de los bancos centrales de recortar tasas de interés para incentivar la reactivación económica.

En este entorno, resulta fundamental tener en cuenta la importancia de la integración del análisis económico y de riesgos a la evaluación de los proyectos carreteros, sumando las variables que tienen impacto económico sobre ellos, como son los precios de los insumos asociados al petróleo, el tipo de cambio, la tasa de interés y el tiempo.

Parte esencial del análisis económico lo constituye la construcción de escenarios de riesgo en los cuales se planteen diferentes expectativas de comportamiento de las variables de impacto y se les asigne una probabilidad de ocurrencia, con el objetivo de estimar pérdidas potenciales y establecer medidas de mitigación, entre ellas el establecimiento de reservas económicas que permitan la salud financiera de los proyectos, su adecuada conclusión, la disponibilidad de recursos para su gestión y finalmente la optimización en el proceso de toma de decisiones para la selección de proyectos en términos de costos, tiempo, transparencia y eficiencia. Destaca así la importancia de la construcción de carreteras y el proceso eficiente de gestión como instrumento de impulso de la actividad económica en tiempos críticos como los que enfrenta nuestro país actualmente.

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