4 octubre, 2024 5:55 am

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Explotaciones mineras a cielo abierto

Tomás Morocho Llinín. Especialista en ingeniería forense.

Los efectos de las explotaciones mineras en el medio ambiente dependen de las acciones del proyecto de explotación y de las características del lugar donde se asienta la actividad. El método de extracción (corta, cantera o transferencia, entre otros métodos) tiene una incidencia determinante en la gravedad de las alteraciones; de allí la importancia de incorporar consideraciones ambientales en las fases de diseño de la explotación minera a cielo abierto. Los efectos que se producen se refieren, fundamentalmente, a la pérdida de algún recurso o al aumento de la probabilidad de ocurrencia de algún proceso de inestabilidad, contaminación, alteración o deterioro.

 

Prácticamente la totalidad de los impactos que produce una explotación minera a cielo abierto son negativos, muy en particular los que afectan al entorno natural; en cambio, suelen ser positivos los efectos en el ámbito económico. Los impactos producidos por la extracción de recursos minerales a cielo abierto agrupados por factores ambientales se pueden observar en la figura 1.

 

Principales impactos en el ambiente

Los impactos ambientales directos de una explotación a cielo abierto en el aire son gases contaminantes, emisiones de polvo y ruido.

La contaminación por gases se debe, fundamentalmente, a la emisión de CO2 e hidrocarburos por los motores de la maquinaria utilizada para llevar a cabo la explotación a cielo abierto; las reacciones químicas desprendidas de los explosivos utilizados en las explotaciones, y las escombreras abandonadas que desprenden gases tóxicos. La ignición depende, en gran parte, de las condiciones climáticas. Este tipo de contaminación repercute en la calidad del aire en zonas puntuales, y no provoca graves efectos.

 

La contaminación por el polvo en el aire se da por la acción del viento en los huecos excavados y las escombreras amontonadas; el tráfico de maquinaria en avenidas sin asfaltar, el vertido de los estériles en las escombreras, la operación de carga y descarga de los materiales en los volquetes, las explosiones para la explotación a cielo abierto y la planta de trituración de los materiales para la obtención de los agregados para la industria de la construcción, entre otros.

Los efectos del polvo son muy numerosos y variados: la disminución de la calidad del aire produce molestias y causa enfermedades a las personas, afecta a la vegetación y da lugar a desgaste en la maquinaria, entre otros factores.

La contaminación por ruido procede del tráfico de maquinaria (volquetes, retroexcavadoras, tractores de carga), del funcionamiento de la planta de transformación de los materiales (trituradoras, tamices), del impacto de los materiales en los volquetes cuando lo cargan y de los explosivos para la obtención de la materia prima.

Estos efectos son directos para los trabajadores de la explotación, y pueden llegar a causar lesiones graves, pero también afectan a las personas de las localidades aledañas y suelen ser motivo de quejas y reclamos, lo que genera conflicto social.

Las voladuras, además, producen vibraciones y proyecciones de fragmentos de roca. Las vibraciones causan molestias a las personas que se encuentran próximas al punto de las explosiones y pueden producir grietas en las edificaciones.

 

Otros impactos

La explotación minera afecta también el microclima por la eliminación de la cubierta vegetal, las modificaciones del terreno y las pendientes originadas por las explosiones, que impiden el buen drenaje; se deteriora la calidad del aire, se eliminan algunas especies faunísticas y hay emigración de animales y pérdida de su hábitat.

También hay impactos sobre la geología con la apertura de huecos para la explotación de la materia prima, aunque pueden ser positivos ante el eventual descubrimiento de fósiles que ayuden al estudio de la historia del planeta, por ejemplo.

Como efectos en el suelo, puede haber contaminación de aguas superficiales y subterráneas, afectación al suelo productivo, cambios físicos y químicos del suelo, contaminación por aceites y combustibles procedentes del mantenimiento de la maquinaria, pérdida parcial o total de la capa vegetal y degradación del paisaje.

En cuanto al agua, se da la modificación de la red de drenaje superficial, una modificación física y química del propio líquido, alteración de los niveles freáticos, contaminación química del agua subterránea, contaminación de aguas superficiales, contaminación atmosférica debido al polvo producido por la explotación a cielo abierto, vertido de aceites, combustibles por el mantenimiento de las maquinarias y cambio de pH por diversos minerales que contaminan el agua.

Al impacto geofísico causado por las operaciones mineras, perforaciones, explosivos, aperturas de huecos, escombreras, almacenamiento de agregados, alteración de drenajes e inundaciones producidas por la alteración de la red natural de drenaje se suma la afectación a la flora y la fauna: se elimina la capa vegetal en zonas de ocupación y se afecta la vegetación de los alrededores, y con ello el microclima. Se altera así el hábitat de la fauna, y el ruido, tráfico, polvo, etc., causan perturbaciones en los hábitos de las distintas especies, alteran sus pautas de comportamiento y llegan a producir la emigración de su hábitat natural.

Finalmente, el paisaje sufre una transformación con el diseño geométrico de la explotación y se torna frágil para absorber una acción externa; hay un impacto visual y una modificación de la morfología que es difícil de recuperar.

En cuanto a impactos socioeconómicos, los hay de naturaleza positiva, como el aumento de la riqueza local y la creación de puestos de trabajo directos e indirectos, y negativos, como la depreciación del suelo por contaminación del aire, el suelo y el agua, la disminución de la calidad del paisaje y el abandono de la agricultura.

 

Medidas correctivas

Los impactos producidos por la actividad minera a cielo abierto pueden ser evitados, disminuidos, modificados o compensados si se adoptan una serie de precauciones ligadas al proyecto de explotación. Las perforaciones y las explosiones son las que producen importantes cantidades de polvo en zonas muy puntuales; éstas se pueden controlar con equipos de pulverización con agua. El ruido por las explosiones es la principal causa de molestias y quejas de la población cercana.

Aun así, al finalizar la vida productiva permanecen una serie de impactos que es necesario corregir con medidas concretas, las cuales deben incluirse en el plan de restauración (véase tabla 1).

 

Conclusiones

En la investigación realizada in situ en canteras de extracción de material pétreo de construcción se observa el daño medioambiental y la alteración del microclima de la zona, daños a la vegetación, al agua, al suelo y al aire, entre otros impactos ambientales.

En la explotación minera a cielo abierto no existe un estudio de impactos ambientales; peor aun, no hay un estudio de medidas correctoras cuando se ha terminado la vida útil de explotación.

Referencias
Puebla, Á. (2018a). Notas de campo. Canteras de explotación de material pétreo. Mitad del Mundo.
Puebla Á. (2018b). Archivo fotográfico de investigación.

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