Kamel Athie Flores Consultor independiente
Los daños que ocasionan los fenómenos hidrometeorológicos en Ciudad Juárez se explican por el crecimiento desordenado; se invaden los cauces de los arroyos y se provocan desvíos con edificaciones que obstruyen el escurrimiento natural del agua. Ante esta situación, la Conagua, el Instituto Municipal de Investigación y Planeación y la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez han efectuado estudios de hidrología para construir obras de protección y canalización.
Este documento tiene como finalidad ofrecer una visión general e integral de la situación de los recursos hídricos y la infraestructura hidráulica de Ciudad Juárez, con la finalidad de conocer las limitaciones que podría representar el agua en sus distintas manifestaciones para el crecimiento económico y el desarrollo urbano en los próximos 20 años. Se intenta además advertir sobre los riegos inminentes de los fenómenos hidrometeorológicos en algunas zonas y colonias de la ciudad.
Se persiguen cuatro objetivos fundamentales:
- Conocer la situación de los acuíferos que alimentan la ciudad y evidenciar la falta estrategias para garantizar su sustentabilidad.
- Crear conciencia sobre la necesidad de formular estudios técnicos para la detección de fuentes alternas de abastecimiento con el fin de darle certidumbre al crecimiento económico y urbano de la ciudad, que hoy en día está amenazado. Esto es un foco rojo.
- Proponer acciones y obras concretas para eliminar inundaciones en zonas y colonias detectadas.
- Proponer acciones y obras concretas para evitar el colapso de colectores en diversas vialidades vertebrales de la metrópoli.
Si se parte del hecho de que el gobierno federal lleva la mayor parte del peso en esas responsabilidades, y en menor medida el gobierno estatal, y no las están cumpliendo, las autoridades municipales no pueden ni deben permanecer indolentes, porque los habitantes “son municipales” y son los directamente afectados, y por eso el agua debe ser parte de los planes y programas de trabajo del municipio de Juárez; en ellos se deben plantear y proponer estrategias para resolverlos ante las otras dos instancias de gobierno.
Hoy en día, las megalópolis del país, así como ciudades grandes y medias, están enfrentando serios problemas en la prestación de los servicios de agua potable y saneamiento, en virtud de que sus principales fuentes de abastecimiento se han venido agotando (en especial el agua subterránea), por lo que tienen que recurrir a fuentes alternas superficiales cada vez más lejanas. Existen en dichas ciudades también áreas de riesgo altamente propensas a las inundaciones, ya sea por la invasión de las zonas federales o por falta de infraestructura de protección.
Los rezagos que existen en la prestación de estos servicios y en la construcción de infraestructura básica se explican porque no hay coordinación entre las esferas de gobierno. Los gobiernos estatales y municipales asumen que ese tipo de acciones le corresponden al gobierno federal, el cual, desde hace varios años, cada vez otorga menor prioridad a los asuntos del agua, lo cual se refleja en el presupuesto y en un marco legal rebasado y obsoleto.
De acuerdo con el artículo 115 constitucional, el suministro de agua potable y saneamiento les corresponde a los municipios, pero éstos no cuentan con los recursos suficientes para garantizarlos, y en su mayoría carecen de la capacidad técnica para formular estudios y realizar obras.
La metrópoli de Ciudad Juárez, desde el decenio de 1990 ha tenido un acelerado crecimiento industrial y urbano; sin embargo, ese vertiginoso crecimiento no ha estado acompañado por la infraestructura y el equipamiento urbano necesarios, ni con la prestación de servicios básicos, por lo que hoy día tiene severos rezagos en esos renglones.
Para entender la problemática del agua de Ciudad Juárez, es necesario determinar la disponibilidad en sus diferentes fuentes de abastecimiento, así como su cobertura en los diversos usos, pero también importa conocer los niveles de tratamiento y reutilización. Igualmente resulta obligado ubicar con detalle las colonias que carecen del suministro necesario para la subsistencia y de los servicios de saneamiento, ya que ello permitirá tomar medidas para garantizar el derecho humano al agua mediante la ampliación de las redes de distribución y tomas domiciliarias.
Si bien es cierto que hoy en día, conforme a cifras oficiales (JMASCJ), Ciudad Juárez no tiene problemas críticos de abastecimiento de agua potable, e incluso de saneamiento, en virtud de que sus coberturas están por encima de las de otras ciudades equiparables; existe una gran preocupación por el proceso de abatimiento de sus acuíferos alimentadores y por la degradación progresiva en la calidad del agua.
Si no se toman medidas drásticas y emergentes para equilibrarlos, en unos años más no podrá sustentarse el dinamismo de la ciudad, el crecimiento urbano y el desarrollo de sus actividades productivas y de servicios, con lo cual desde ahora se enciende un foco rojo. Cabe hacer notar que, a diferencia de otras ciudades del estado y del país, en Juárez no existen fuentes alternas de aguas superficiales.
En otro orden de ideas, en virtud de la configuración topográfica y el trazo urbanístico de la ciudad, así como el flujo que siguen las aguas torrenciales de poniente a oriente, provenientes de la sierra de Juárez y del río Bravo, es inaplazable detectar sus áreas de riesgo y probables afectaciones por fenómenos hidrometeorológicos, ya que existen zonas de la ciudad que están en permanente riesgo de inundación, con las consecuentes afectaciones patrimoniales y hasta de pérdida de vidas humanas, lo cual se explica por la falta de infraestructura para contener fuertes corrientes de arroyos en la época de lluvias.
Finalmente, se estimó pertinente incluir en este documento un problema que afecta la movilidad y funcionalidad de la metrópoli, pero que también representa un peligro para las vidas humanas, como lo es el colapso de los colectores de aguas negras, cuya red se expande por el centro viejo de la ciudad y sus vialidades vertebrales.
Agua potable y saneamiento
Esta gran metrópoli ha tenido un acelerado crecimiento urbano e industrial, y tiene severos rezagos en infraestructura y servicios básicos; sin embargo, en lo que corresponde a cobertura de agua potable, es de las más altas del país, ya que según información del organismo operador es del 99%, y existen unas 6 mil familias que no cuentan con infraestructura de suministro y son atendidas con camiones tanque o pipas. El déficit de la ciudad en 2019 se cifró en 200 l/s y sólo se presenta en verano, por lo que puede considerarse una situación de privilegio, comparada con otras ciudades similares.
De acuerdo con lo expuesto, queda claro que Ciudad Juárez no tiene problemas serios de abastecimiento de agua potable, e incluso en materia de saneamiento su cobertura es de las más altas del país. Sin embargo, en algunas colonias existen “lunares” donde se carece de la red de alcantarillado, por lo que las descargas de los hogares en calles y arroyos son verdaderos focos de infección y amenazas para la salud de la población.
Es importante aclarar que la cobertura en saneamiento no equivale a que todos los hogares cuenten con drenaje; todavía falta mucho por construir. Igualmente es pertinente profundizar en los niveles de reutilización de las “aguas recuperadas” y los usos a los que es destinada, pues no hay que descartar que en el mediano plazo será necesario incrementar sus niveles de purificación para uso público urbano.
Conviene destacar también que la red de colectores de aguas negras es obsoleta y frecuentemente provoca hundimientos y “socavones” espectaculares que ocasionan accidentes viales, y algunas veces pérdidas humanas. El promedio anual del número de “socavones” al año es de 225, lo cual es preocupante.
Con apoyo de algunos especialistas se elaboró un programa de reposición, cuyo costo es de alrededor de 1,226 millones de pesos a precios de 2019, a ejecutarse por etapas. Sin duda estas obras deben considerarse prioritarias porque su realización daría mayor funcionalidad y seguridad vial a la ciudad.
Ciudad Juárez se surte asimismo del acuífero Mesilla, también conocido como Conejos Médanos, que aporta 22 millones de metros cúbicos anuales en promedio; su recarga natural es muy limitada y está sometido a una intensa explotación por la existencia de numerosas plantaciones de nogal en su circunscripción, por lo que existe el riesgo de un abatimiento súbito y deterioro creciente de la calidad del agua.
En menor medida, el acuífero Valle de Juárez es utilizado para el suministro de agua a la zona oriente de la ciudad; sin embargo, también está sobreexplotado y la calidad del agua se caracteriza por altos contenidos de sales e inminentes riesgos de contaminación por las aguas negras de la zona urbana, tratadas y no tratadas, que son utilizadas por el Distrito de Riego 009.
En este mismo orden de ideas, existe una gran preocupación por el proceso de abatimiento de sus acuíferos alimentadores y la degradación progresiva en la calidad del agua, ya que si no se toman medidas drásticas y emergentes para equilibrarlos, en unos años más no podrá sustentarse el dinamismo de la ciudad, el crecimiento urbano y el desarrollo de sus actividades productivas y de servicios. Cabe hacer notar que, a diferencia de otras ciudades, en Juárez no existen fuentes alternas de aguas superficiales.
Sin embargo, se ha visualizado como fuente alterna las aguas superficiales que se reciben de EUA con motivo de la Convención de 1906, mediante la cual Estados Unidos le otorga a México 74 millones de metros cúbicos anuales. Conviene decir que esta fuente es irregular e insegura, dado el comportamiento errático, desde el punto de vista pluviométrico, que ha experimentado en los últimos años el río Grande que alimenta a las presas El Caballo y El Elefante de aquel lado de la frontera, pero sin duda representa una fuente valiosa que debe ser considerada desde ahora. Igualmente, debe seguirse estudiando la parte sur del acuífero de Laguna de Patos.
Los pozos agrícolas del Valle de Juárez también deben considerarse como fuente adicional para abastecer a la ciudad, caudal del cual puede disponerse mediante acuerdo con los productores a través el intercambio de aguas tratadas. Sin embargo, son aguas duras con altos contenidos de sales que además habría que potabilizar en virtud de que en la superficie del acuífero se descargan las aguas negras de la ciudad, que aunque en su mayor parte son tratadas, crean propensión a la contaminación.
Zonas de inundación
En Juárez las lluvias se presentan entre julio y septiembre de cada año; aleatoriamente son torrenciales, intensas y de poca duración; alcanzan hasta 113.5 mm de precipitación en tan sólo 24 horas, como ocurrió en 1986 (Conagua, 2000) y hasta 80 mm en sólo una hora, como en 2006 (LCCA, 2006). Igual que otras ciudades fronterizas, Juárez carece de drenaje pluvial, y los cauces de ríos y arroyos que constituyen la zona federal son alcanzados por la mancha urbana, que crece sin planeación y ordenamiento territorial.
En buena medida, los daños que ocasionan los fenómenos hidrometeorológicos se explican por el crecimiento desordenado de la ciudad; se invaden los cauces de los arroyos y se provocan desvíos con edificaciones que obstruyen el escurrimiento natural del agua. Ante esta situación, la Conagua, el Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP) y la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) han efectuado estudios de hidrología para construir obras de protección y canalización.
Con base en dichos estudios, ha sido posible diagnosticar la problemática de arroyos, diques y bordos existentes, y generar propuestas para rehabilitar y mejorar el sistema integral de regulación y conducción pluvial. Se inspeccionaron y clasificaron 80 obras hidráulicas, de las cuales se reconocieron 29 alcantarillas, 11 bordos, 39 diques y una presa. Se confirmó que el 90% de las estructuras existentes presentan serios problemas estructurales por falta de mantenimiento, abandono, azolvamiento e invasión de vasos y estructuras por edificaciones urbanas, lo que requiere la construcción de nuevas obras de protección y la rehabilitación de las existentes.
El 90% de las estructuras existentes tienen problemas estructurales por falta de mantenimiento, abandono, azolvamiento e invasión de vasos y estructuras.
Los estudios realizados recomiendan la urgente necesidad de que las tres instancias de gobierno resuelvan esta problemática formalizando protocolos dedicados a la operación y mantenimiento, pero sobre todo avanzando en las obras y acciones descritas (véase tabla 3).
De igual forma, se deben establecer protocolos de acción en temporada de lluvias que incluyan limpieza y desazolve de arroyos; evitar más asentamientos en cauces o riberas de arroyos (no otorgar ningún permiso de construcción); elaborar un censo de viviendas y habitantes asentados en la orillas y cauces de ríos y arroyos que sean susceptibles de inundaciones, y convenir con dicha población a fin de que se adopten oportunamente las medidas de autoprotección, evacuación o reubicación. Para dar una solución integral mediante el adecuado y juicioso manejo del agua pluvial, se hace necesaria una serie de acciones encaminadas a la mitigación de riesgos por inundaciones, consideradas en el Plan Sectorial de Manejo de Agua Pluvial (PSMAP), entre las cuales se destacan las siguientes:
- Terminar la canalización del Dren 2-A, el cual presenta un avance del 66% (falta la canalización de 4 km). El objetivo principal del proyecto es dar una solución integral mediante el manejo de los escurrimientos pluviales que se producen en las cuencas y que son aportantes a este dren.
- Construcción del dique (presa) Filtros 2. Este proyecto consiste en la regulación de los escurrimientos en la parte alta del Arroyo Las Víboras, mediante una estructura hidráulica (presa) para el control de avenidas, con la cual será posible regular y minimizar los impactos de los flujos que se generan durante las lluvias en la Sierra de Juárez, y que afectan la porción norponiente de la mancha urbana ante las fuertes pendientes que derivan sus flujos impetuosos y generan fuertes daños económicos y riesgos a la población asentada a pie de la sierra.
- Construcción de la presa La Fronteriza. Este proyecto tiene como principal objetivo “la regulación de los volúmenes que escurren de la subcuenca Arroyo Las Víboras, mediante estructuras hidráulicas de regulación pluvial, que permitan limitar y conducir los flujos de agua, de manera que garantice la seguridad de la población, sus viviendas y la infraestructura existente hasta su descarga en el río Bravo.
- Construcción del dique El Jarudo. Este proyecto forma parte de las acciones inmediatas consideradas para la solución del drenaje pluvial en Ciudad Juárez, las cuales se hallan establecidas en el PSMAP, ya que forma parte del sistema de operación hidráulica Dren 2A, conformado este último por estructuras de control y regulación, encauzamiento de arroyos y colectores principales receptores, como el dren pluvial Acequia del Pueblo y el Dren 2A.
- Construcción del dique Pico de Águila. Como se ha estado reiterando en este trabajo, el problema de las inundaciones que experimenta la zona poniente de la ciudad tiene que ver con el agua que fluye de la cuenca Arroyo Las Víboras, debido a que los escurrimientos pluviales que ésta genera corren a través de la rasante de diversas calles de la zona urbana, donde el agua sobrepasa la capacidad de conducción y trae como consecuencia afectaciones severas a la población.
- Construcción del dique Puerto La Paz. Esta obra tiene como principal objetivo regular los volúmenes que escurren de la subcuenca Arroyo las Víboras mediante una estructura hidráulica de regulación pluvial que permita limitar y conducir los flujos de agua para garantizar la seguridad de la población, sus viviendas y la infraestructura existente hasta su descarga en el río Bravo.
- Construcción del dique Víboras-Tanque. La finalidad de este proyecto es el control de avenidas pluviales que se generan durante la temporada de lluvias en la sección nororiente de la Sierra de Juárez, la cual se caracteriza por fuertes pendientes en la parte alta de la cuenca; los caudales que escurren hacia la zona urbana ponen en alto riesgo a la población asentada al pie de sierra.
- Terminación del dique Parque Sierra de Juárez. Su construcción fue iniciada por el municipio, y se localiza en la subcuenca del arroyo El Indio perteneciente a la cuenca Centro. Durante su proceso constructivo, la Conagua solicitó la solventación de diversas observaciones técnicas sobre los componentes de proyecto, sus especificaciones y el tipo de materiales, que nunca fueron atendidas. Cabe hacer notar que, de no corregirse las deficiencias encontradas en dicho dique, se puede ocasionar la pérdida de vidas humanas aguas abajo. Es un foco rojo que requiere atención inmediata. Se estima una inversión de 18 mdp.
- Reposición de 25 colectores. El colapso de los colectores de aguas negras es uno de los problemas más críticos, ya que afecta la movilidad y funcionalidad de la ciudad y atenta contra la seguridad de los conductores de todo tipo de vehículos, pero principalmente provoca problemas de salud, por la contaminación que producen los derrames. El problema se explica por la falta de mantenimiento y la obsolescencia de la infraestructura; huelga decir que es urgente realizar acciones de reposición, que implican la excavación de zanjas, la adquisición de tubos de diferentes diámetros y su colocación.
Cabe hacer notar que estas acciones le corresponden al organismo operador de agua potable y saneamiento (JMAS); sin embargo, dada la magnitud de las inversiones que demanda su reposición, y en virtud de la insuficiencia de sus tarifas, resulta obvio que no puede hacer frente a su financiamiento. Aun así, las autoridades municipales no pueden permanecer pasivas e indolentes ante tales circunstancias, pues los ciudadanos son municipales, y, como ya se dijo, son quienes resultan directamente afectados en diversos sentidos. Por ello, el cabildo, la alcaldía y los legisladores locales y federales deben valorar el diagnóstico sobre este problema específico y realizar gestiones ante los gobiernos federal y estatal para darle solución al problema. Se ha estimado que las inversiones a realizar son del orden de 1,226 mdp (véase tabla 4)
Es oportuno señalar que el Banco de América del Norte financia este tipo de infraestructura en ambos países a lo largo de toda la frontera, incluso a fondo perdido.
Resumen de inversiones
Con base en información elaborada por la Conagua, el IMIP Y la JMAS, se ha estimado que el monto total de inversiones a realizar en los próximos años, tanto por el gobierno federal como por el gobierno del estado, es de 1,908.7 mdp, según se indica en la tabla 4.
Convención de 1906
El tratado se deriva de la convención celebrada con Estados Unidos el 21 de mayo de 1906 para la equitativa distribución de las aguas del río Grande o Bravo, y se publicó el 2 de febrero de 1907 por el presidente Porfirio Díaz. Es relevante citar textualmente lo que puede considerarse la exposición de motivos de dicha convención, en virtud de que de allí se desprende su propósito fundamental:
El corazón de este documento radica en oficializar que Estados unidos, por cortesía internacional, se obliga a entregar a México 74.0 millones de metros cúbicos anuales sin costo alguno, los cuales se utilizarán para el riego en el distrito de riego de Juárez.
Por su parte, Chihuahua comparte con El Paso, Texas, el acuífero llamado en nuestro territorio Valle de Juárez, y de aquel lado de la frontera denominado Bolsón del Hueco, el cual se encuentra en déficit. Igualmente se aprovecha mutuamente el acuífero que se conoce en Chihuahua como Conejos-Médanos, y en Sunland Park, Nuevo México, como Bolsón de la Mesilla, también en déficit.
México y Estados Unidos han avanzado satisfactoriamente con el Tratado de Aguas de 1944 en lo que se refiere a aguas superficiales consideradas como internacionales; sin embargo, está haciendo falta un acuerdo entre ambos países que tenga como finalidad normar el aprovechamiento de los acuíferos transfronterizos que son compartidos.
Conclusiones y recomendaciones
Entre los problemas mas relevantes de Ciudad Juárez destacan los relacionados con el agua, tanto en lo que hace al abastecimiento de agua potable y saneamiento como los vinculados con las inundaciones y el colapso de colectores de aguas negras. Infinidad de colonias carecen de alcantarillado y son verdaderos focos de infección.
La solución de estos problemas, en su mayor parte, es competencia de los gobiernos federal, municipal y estatal, que por diversas razones los han dejado crecer durante décadas, a tal grado que hoy en día están creando crisis recurrentes tanto por inundaciones como por el colapso de colectores. El municipio, por su parte, ha descuidado el ordenamiento urbano y ha desatendido las zonas de riego.
El municipio no puede ni debe asumir una actitud de indolencia con la excusa de que tal tipo de acciones no son de su competencia, porque los ciudadanos afectados “son municipales” y merecen ser atendidos por su autoridad más cercana.
En lo que corresponde al abastecimiento de agua potable, si bien es cierto que actualmente se tiene una cobertura razonable, también lo es que en cinco años más se presentarán problemas de suficiencia –y tal vez de calidad–, por el abatimiento progresivo de los acuíferos que alimentan la red, cuyos pozos tendrán que profundizarse más y tendrán altos contenidos de sales y arsénico. Se puede afirmar con certeza que el crecimiento industrial y urbano de Juárez está amenazado por falta de agua, si desde hoy no se toman medidas para garantizar la sustentabilidad de los acuíferos en ambos lados de la frontera.
Con respecto a los acuíferos transfronterizos que compartimos con Texas, en tanto se formaliza un acuerdo binacional sería deseable que ambas partes se apegaran a los principios básicos que ha emitido la ONU para este tipo de acuíferos: 1. El uso equitativo y razonable del agua. 2. La obligación de no causar daño significativo. 3. La obligación de notificar, consultar e intercambiar información. 4. La cooperación de buena fe.
Conviene advertir –por la información que se tiene en Chihuahua con respecto al aprovechamiento de los acuíferos que compartimos con Texas y Nuevo México– que ninguno de los dos países se apega a esos cuatro principios básicos recomendados por la ONU, y los yacimientos caen en picada.
La situación prevaleciente es una magnífica oportunidad para que la presidencia municipal de Ciudad Juárez plantee a las instancias competentes de carácter nacional su intervención para formalizar dicho acuerdo con EUA.
En otro orden de ideas, se recomienda que el municipio (que debería ser el primero interesado) ordene la formulación de un estudio de fuentes alternas, con la finalidad de conocer con certeza los sitios de donde se puede disponer de agua, entre los cuales destacan los acuíferos de Laguna de Patos y Conejos-Médanos, en los cuales se sugiere que el gobierno inicie un programa de compra de derechos para poder disponer de los volúmenes que ahora se dedican a la agricultura.
Ese estudio deberá considerar los 74 millones de metros cúbicos que en promedio, y por efectos de la Convención de 1906, Estados Unidos le entrega a México cada año, ya que dicho potencial significa casi 2.5 m3/s que alimentarían la red. Cabe hacer notar que esta no es una fuente segura en cuanto al volumen anual, que varía conforme a las condiciones meteorológicas, pero ese tipo de información la deberá aportar el estudio.
Finalmente, se recomienda gestionar ante las autoridades competentes el programa de inversiones para evitar inundaciones y reponer los colectores, lo cual demanda recursos por 1,908.7 mdp, que se pueden ejecutar en tres años. Debe destacarse que mediante gestiones asertivas se pueden lograr financiamientos con el Banco de América del Norte (BDAN) y con el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), que tienen fondos para esos programas.
Por motivos de espacio, esta es una versión resumida del trabajo original. Los interesados en obtener la versión completa pueden solicitarla a h2o@heliosmx.org