Mauricio Irastorza. Ingeniero civil analista de infraestructura.
En la actualidad los proyectos de infraestructura en México y el mundo representan una competencia creciente para las empresas de ingeniería y construcción, al tener márgenes de operación cada vez más reducidos, menores tiempos de ejecución y mayor normatividad en cuanto a procesos y estándares.
El porcentaje para inversión en investigación y desarrollo de las industrias automotriz y aeroespacial, por ejemplo, siempre ha sido significativo en comparación con el sector de la construcción, que se encuentra incluso por debajo del sector agricultura. El desarrollo de esas industrias dio lugar a esquemas de trabajo como lean manufacturing o producción sin desperdicios, con metas de cero desperdicio e incremento en la eficiencia de los procesos.
A sus limitaciones, el sector infraestructura suma una gran fuga de ingresos por el elevado índice de desperdicio de materiales de construcción, extensiones a programas de obra, cambios en las especificaciones de proyectos y actividades fuera de catálogo de conceptos, entre otros factores que generan un aumento en el costo del proyecto y disminuyen el margen de las empresas dedicadas al sector de infraestructura.
Hay una tendencia a creer en paradigmas y a ceñirse a las ideas de métodos constructivos tradicionales que han sido funcionales para las grandes empresas del país; pero en un mundo tan cambiante, con veloces avances tecnológicos, técnicas y procedimientos, así como un cambio en la mentalidad de las nuevas generaciones, ¿por qué no dar un paso también en el sector de la infraestructura?
Puedes leer el artículo completo en la revista Ingeniería Civil 576, disponible en el sitio web del CICM o en el siguiente enlace: IC 576