La declaración de emergencia sanitaria por Covid-19, decretada el pasado 30 de marzo en México, estableció un panorama muy complicado para el sector de la construcción, principalmente para las micro, pequeñas y medianas empresas, que representan el 98% del total de constructoras en el ámbito nacional y tuvieron que suspender labores debido a que durante dos meses (abril y mayo) la construcción fue declarada actividad no esencial.
Centro de Económicos del Sector de la Construcción de la CMIC.
Durante el segundo trimestre de este 2020 la facturación del sector de la construcción en el ámbito nacional se desplomó en 570 mil millones de pesos corrientes, el 34.3% variación real, en relación con lo facturado en el segundo trimestre de 2019, llevando a cerrar la primera mitad del año con una caída del 21.5% real anual (358 mil millones de pesos corrientes menos). El haber reconsiderado al sector de la construcción como actividad esencial a partir del 1º de junio no alcanzará para remontar la aguda caída registrada en el primer semestre, y lo más probable es que el PIB nacional de la construcción cierre el año con una contracción anual de entre –15 y –18.0% en 2020.
Durante los ocho meses transcurridos de 2020, el número de afiliados registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social del sector de la construcción en el ámbito nacional promedió 1,508,174 trabajadores, lo que implicó una disminución de 143,553 trabajadores respecto al mismo periodo de 2019: una caída de 8.7 por ciento.
Como reflejo de lo acontecido en el PIB de la construcción, la facturación de las empresas constructoras en el país se contrajo a partir de marzo de 2020, al registrar caídas mensuales del 3.0% en marzo, 20.1% en abril y 4.8% en mayo; en junio comenzó a repuntar hasta llegar en agosto al 1.8% frente al mes previo.
En este contexto, durante el periodo enero-agosto de 2020, el valor facturado por las empresas constructoras en el país ascendió a 252,962 millones de pesos corrientes.
En el periodo enero-agosto de 2020, el valor de producción de las empresas constructoras en el ámbito nacional registró una caída del 25.0% anual en términos reales (79,892 millones en pesos corrientes), en relación con el valor facturado durante el mismo periodo de 2019.
El desempeño mostrado por las empresas constructoras fue arrastrado por la caída del 24.1% en la facturación de obras de infraestructura para transporte y urbanización (–16,906 millones en pesos corrientes) en relación con el mismo periodo de 2019. A su vez, el subsector de edificación (residencial, industrial, comercial y de servicios) mostró una caída del 23.9% en términos reales (35,547 millones en pesos corrientes) durante el periodo enero-agosto de 2020 respecto al mismo periodo de 2019. Cabe destacar que la edificación contribuyó con el 47.3% al valor total de producción de las empresas constructoras en el territorio nacional en este periodo.
En este periodo, el 63.3% de la obra realizada por las empresas constructoras en el ámbito nacional correspondió a inversión privada (con un valor de 160,194 millones de pesos) y el restante 36.7% a inversión pública (con valor de 92,767 millones de pesos).
Asimismo, en el periodo enero-agosto de 2020, las obras contratadas por el sector público en el plano nacional registraron una caída real del 26.9% (32,583 millones en pesos corrientes) en relación con las contratadas en el mismo periodo de 2019. Por su parte, las obras contratadas por el sector privado registraron una caída del 23.8% (47,308 millones en pesos corrientes) en el periodo enero-agosto de 2020, en comparación con lo observado durante el mismo periodo de 2019. En materia de empleo, durante el periodo enero-agosto de 2020, el número de trabajadores ocupados por las empresas constructoras registró una contracción del 16.8% respecto al número de trabajadores empleados durante el mismo periodo de 2019 (510,086 en enero-agosto de 2019 vs. 424,585 en 2020), lo que representó 85,501 trabajadores menos.
A juzgar por los resultados parciales de 2020, las expectativas para la industria de la construcción en el México son poco favorables, ya que pasó de una caída significativa del 8.1% en el valor de producción de las empresas constructoras en 2019, a un descenso del 25.0% en el periodo enero-agosto de 2020. Este resultado fue lastrado por la caída de las obras de carácter público y privado. Si esta tendencia continúa, es posible que el valor de producción de la empresas constructoras en el país registre en 2020 su peor caída desde que se tiene referencia para este indicador.
Una acción que el gobierno federal tiene que implementar es ajustar la política pública y económica a fin de aumentar la capacidad de crecimiento en ejercicio del gasto de inversión federal, así como aplicar los recursos en tiempo y forma para que estas medidas tengan efectos positivos en las empresas constructoras. Más aun cuando el gobierno federal, a través del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, propone destinar en el año 2021 para obra pública 439,539 millones de pesos, lo que representa el 9.5% más en términos reales que lo aprobado en 2020 (377,320 millones de pesos).
PEF 2021
El 13 de noviembre de 2020, el Congreso de la Unión aprobó el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el ejercicio fiscal 2021. Entre los resultados más relevantes destacan los siguientes: el PEF 2021 es equivalente a 6,295,735 millones de pesos, lo que representa el 25.5% del PIB, esto es 0.3% menor en términos reales que lo aprobado en 2020. A pesar de que el gasto programable (4,618,339 millones de pesos) es mayor un 1.3% real, que será parcialmente compensando por el menor gasto no programable (1, 677,397 millones de pesos) en 4.5%. En términos generales, la estructura del gasto programable permaneció prácticamente igual a la presentada en el PPEF 2021.
Las modificaciones realizadas en la Cámara de Diputados se centran en reasignaciones presupuestarias. Respecto del presupuesto establecido por el Ejecutivo federal, el aprobado para los ramos autónomos (poderes Legislativo y Judicial y entes públicos federales) se reduce en el 1.5%, equivalente a 2,184 millones de pesos. Estos recursos se reasignaron al Poder Ejecutivo, y se concentraron en la Secretaría del Bienestar.
En este sentido, el presupuesto aprobado para el Poder Legislativo, el Poder Judicial y el Instituto Nacional Electoral se redujo en un 0.7, 1.6 y 3.1%, comparado con el proyecto de presupuesto. Por su parte, el presupuesto aprobado para el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales tiene un decremento del 1.5% respecto a lo propuesto.
Las reasignaciones aprobadas para 2021 se orientaron a la Secretaría de Gobernación (Segob), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Secretaría de Bienestar y al ramo 25 Previsiones y Aportaciones Salariales para los Sistemas de Educación Básica, Normal, Tecnológica y de Adultos. El presupuesto de las dependencias y ramos beneficiados se incrementan en un 0.9, 1.3, 0.9 y 0.3%, respectivamente.
Los recursos adicionales de la Semarnat se dirigen a la infraestructura de agua potable, alcantarillado y saneamiento (200 millones de pesos) y a la protección de centros de población y áreas productivas (200 millones de pesos). La Secretaría de Bienestar ha reforzado los programas de pensiones con 596.4 millones de pesos para las personas adultas mayores y 1,158 millones de pesos para las personas con discapacidad permanente. Por su parte, las erogaciones del ramo 25 se dirigen a las previsiones salariales y económicas del Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y el Gasto Operativo (FONE) con 200 millones de pesos.
El PPEF para el ejercicio 2021 consideraba un total de recursos asignados vía gasto federalizado (participaciones y aportaciones federales, gasto federalizado identificado en el ramo 23 y convenios de descentralización y reasignación) por 1,867,338 millones de pesos, que se incrementó en 200 millones de pesos específicamente en el rubro de aportaciones federales (ramo 33), para quedar en un monto aprobado de 1,867,539 millones de pesos.
El incremento en el ramo de las aportaciones federales (ramo 33) se destinó a las Previsiones y Aportaciones para los Sistemas de Educación Básica, Normal, Tecnológica y de Adultos (ramo 25), al pasar de 58,254 millones de pesos en el PPEF 2021 a 58,454 millones de pesos en el PEF 2021. Este ramo corresponde a la provisión de servicios educativos en la Ciudad de México.
Cabe destacar que el resto de los componentes que integran el gasto federalizado no tuvieron cambio en el presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados para el ejercicio 2021, con relación al PPEF presentado por el Poder Ejecutivo para el mismo ejercicio, razón por la cual la distribución para los estados es prácticamente la misma.
En la tabla 4 se muestra el comportamiento que presentó el gasto federalizado en el PEF 2021 respecto al PEF 2020 y al PPEF 2021.
Conclusiones
El PEF 2021 plantea un presupuesto dirigido principalmente a cubrir las necesidades sociales, y está orientado en especial a atender la protección social de los grupos vulnerables a través de los programas sociales prioritarios. En cuanto a programas y proyectos de inversión para 2021, éstos se concentrarán en sólo unos cuantos:
• Aeropuerto General Felipe Ángeles
• Carreteras en construcción
• Tren Maya
• Desarrollo del Istmo de Tehuantepec
• Mantenimiento y conservación de carreteras
• Caminos rurales
•Tren Interurbano México-Toluca
• Terminación de presas y canales
• Parque Ecológico Lago de Texcoco
• Espacio cultural de Los Pinos y Bosque de Chapultepec
• Banco del Bienestar
Es necesario seguir impulsando y conservando al sector construcción como una actividad esencial en los próximos meses; también se deben recuperar de manera gradual y constante los empleos perdidos por efecto de la pandemia. Asimismo, se requiere la creación y el otorgamiento de esquemas de financiamiento y apoyos crediticios a tasas blandas y plazos largos que permitan reimpulsar a las mipyme del sector y aminorar las consecuencias negativas que la pandemia ha dejado en esta industria.
