Tomás Morocho Llinín. Director de T. M. Ll. Construcciones.
Existe una gran cantidad de edificaciones que presentan problemas patológicos cuya corrección amerita una fuerte inversión de dinero y recursos. La mayor parte de estos problemas pueden ser evitados adoptando medidas de control de calidad en las edificaciones desde su proyecto, diseño, ejecución y mantenimiento.
El nivel de exigencia del cumplimiento de las normas y especificaciones en las construcciones privadas o públicas depende directamente de la capacitación de los inspectores. Es bueno aclarar que no es lo mismo construir que supervisar, ni supervisar que controlar la calidad de las edificaciones.
En este sector, la calidad está por debajo de lo que correspondería a una industria básica que tiene una alta influencia en la economía de los países y en la calidad de vida de la comunidad, y que utiliza grandes cantidades de mano de obra no calificada, materiales locales e importados y servicios de diferentes empresas que a su vez ocupan mano de obra especializada.
Un poco de historia
Al observar las pirámides de México, Perú, Egipto e India, las construcciones romanas, los palacios y catedrales europeos, y buena parte de las construcciones hechas antes de la era cristiana y hasta el siglo XVII, cabe preguntarse por qué razón las construcciones antiguas duran mucho más que las actuales.
Desde la antigüedad es visible la preocupación de los gobernantes por que los constructores realizasen su trabajo con buena calidad. Las reglamentaciones más antiguas de las que se tiene conocimiento están en el código de Hammurabi, cuya regla número 229 establecía que “si un constructor construye una casa y no lo hace con buena resistencia y la casa se derrumba y mata a los ocupantes, el constructor debe ser ejecutado”. Los fenicios también utilizaban un programa de acción correctiva para asegurar la calidad, con objeto de eliminar la repetición de errores. Los inspectores simplemente cortaban la mano de la persona responsable de la calidad insatisfactoria.
Durante un largo periodo que abarca desde la formación de las ciudades hasta la revolución industrial, la calidad se lograba en buena medida gracias a los prolongados tiempos de capacitación que exigían los gremios a sus aprendices. Como parte de dicha capacitación, se les inculcaba un sentido de orgullo por la obtención de productos de calidad.
Todos los países tienen sus leyes, normativas y reglamentaciones con respecto a las construcciones. En general son todas buenas; en lo que se diferencian es en el control de la aplicación de esos reglamentos, normas y leyes.
Debe tenerse muy presente que las normativas obligan a cumplir unos requisitos mínimos de calidad en las edificaciones, y esos mínimos generalmente no son satisfactorios para muchas personas, por lo que al momento de construir una edificación deben conocerse las necesidades y exigencias reales de los dueños; esto se consigue con las especificaciones del proyecto en cuestión.
Actualidad
A medida que la comodidad de las edificaciones ha aumentado, los valores de los equipamientos han subido de forma vertiginosa; tanto que en la actualidad representan casi el 50% del costo total de las edificaciones de tipo comercial y bastante más en edificaciones especializadas como son hospitales, hoteles y restaurantes. Estos equipamientos normalmente no tienen muchos problemas de calidad, siempre y cuando sus especificaciones procedan de un diseño bien ejecutado que considere las necesidades, condiciones reales de trabajo de la edificación, uso para el que se construye y el medio ambiente donde se encuentran.
Tradicionalmente el control de calidad en la construcción se cumplía con la vigilancia en obra y la realización de algunos ensayos al concreto: de temperatura, trabajabilidad, contenido de aire y resistencia a los 28 días. Este simplismo contrasta con el concepto más elaborado de control de calidad que se utiliza en otras industrias, el cual abarca todas las actividades del proceso, desde la concepción y diseño del producto hasta su comercialización y mantenimiento.
La construcción tiene muchas características peculiares que dificultan la puesta en práctica de técnicas estadísticas de control de calidad utilizadas en la industria en general, debido a una mayor complejidad del proceso constructivo y a que en él intervienen diferentes grupos de personas y empresas, cada uno con áreas de acción propias, que interactúan con diferentes métodos, sistemas de ejecución, uso de materiales y controles de calidad de ejecución. Algunas de esas peculiaridades son:
- La construcción es una industria de carácter nómada.
- La industria de la construcción crea productos únicos.
- No se puede aplicar la producción en cadena.
- Es una industria muy tradicional.
- Se utiliza mucha mano de obra poco calificada.
- Se trabaja a la intemperie.
- Existe una alta propensión a los accidentes laborales.
- El usuario tiene poca influencia en la calidad del producto final.
- La construcción emplea muchas normas y especificaciones complejas.
- Las responsabilidades específicas aparecen dispersas y poco definidas.
- El uso y mantenimiento de las edificaciones no está bien definido.
- El grado de precisión en la industria de la construcción deja mucho que desear.
- Se dice “no” menos de las veces necesarias.
La calidad es un factor estratégico de gran importancia que constituye el mejor argumento para competir en el mercado y que representa una garantía para la continuidad y el futuro. Iniciar un programa de calidad total significa, para las organizaciones, abrirse un camino a través del cual mejorarán la comunicación, los conocimientos, participación, integración y relaciones de su capital humano. Todo ello mejorará en consecuencia su funcionamiento general, disminuirá costos y aumentará la productividad. Este modelo puede estar enfocado en cualquiera de los interesados (stake holders) de la empresa, desde los clientes hasta el personal que trabaje en ella y grupos de interés como los proveedores. Un círculo de calidad centrado en los proveedores aportará resultados positivos, y el éxito con este grupo concreto de interés será clave para la organización.
Hoy en día la mano de obra representa entre 30 y 35% del costo total de una obra (EPEE, 2008). En la tabla 1 se muestra el número de trabajadores de la construcción por oficio y tipo de proyecto, con base en una investigación realizada en tres proyectos. No se hace distinción de las categorías correspondientes a los maestros herreros y a los carpinteros, pues en la práctica éstos están incluidos en el grupo de albañiles.
Una vez cuantificados los obreros en los proyectos, se decidió investigar cuál es el porcentaje de ellos que tienen algún tipo de preparación técnica en la función que desempeñan (véase tabla 2). Para este efecto se utilizaron los totales del cuadro anterior.
Los resultados ponen en evidencia una realidad que no es solamente de los proyectos analizados, sino que es característica de casi todas las construcciones de nuestro medio. La falta de preparación técnica de los obreros hace que disminuya la calidad de obra, y como consecuencia aparecen múltiples patologías. Esto se concentra casi exclusivamente en el grupo de albañiles, pues entre los plomeros y los electricistas hay más de 50% del personal que tiene preparación técnica. Esta realidad se debe a distintas causas:
- Falta de estabilidad en el trabajo, pues generalmente se trata de trabajadores ocasionales que deambulan por las obras como obreros temporales.
- No se da ningún tipo de incentivo a la mejor preparación.
- Falta de garantías y de servicios sociales y médicos tanto para el trabajador como para su familia.
- Sueldos muy bajos.
Influencias en la calidad de las construcciones
Muchos factores, personas y grupos que intervienen en la construcción de las edificaciones tienen una influencia directa en la calidad final de éstas por diferentes motivos. En seguida se enumeran algunos de ellos.
- Propietario: es responsable del mantenimiento; define las calidades primarias.
- Promotor: identifica las necesidades y toma la decisión de construir; participa en la planeación y define muchas de las calidades finales de la edificación.
- Proyectistas: realizan los proyectos y participan en la planeación; son responsables de suministrar especificaciones de la edificación y calidades.
- Constructor: contrata y ejecuta las obras; es responsable de la calidad.
- Subcontratistas: ejecutan partes de las obras por encargo del constructor.
- Inspector: representa al propietario en los aspectos técnicos de la obra.
- Fabricantes: producen los materiales, componentes y equipos.
- Laboratorios: realizan ensayos de materiales, componentes y equipos.
- Aseguradora: debe influir en la calidad de lo asegurado para reducir los riesgos.
- Normas: constituyen la base técnica de referencia para definir y comprobar las calidades.
- Forma de contratación: condiciona la calidad final desde el origen.
- Enseñanza y formación: brinda el soporte profesional necesario para obtener la calidad.
- Legislación: regula el entorno general técnico y las responsabilidades.
- Colegios de profesionales: ordenan el ejercicio de las profesiones y velan por que sean cumplidas las normas prudenciales de la ética profesional.
- Usuario: disfruta de la construcción y es responsable de su buen uso y mantenimiento.
Cómo controlar la calidad de las edificaciones
El proceso de construcción y su control de calidad puede modelarse de forma esquemática con el pentágono de la figura 3, donde aparecen cinco actividades principales; la responsabilidad de cada una de ellas corresponde a diferentes sujetos: promotor, proyectista o diseñador, fabricante, constructor, usuario.
La calidad de la construcción es un concepto global en el que no se puede aislar ninguna de estas cinco actividades.
El control de calidad de todo el proceso se organiza a través de un doble mecanismo, articulado por dos tipos de controles:
- Control de producción (CP). Lo ejerce, dentro de cada lado del pentágono, el sujeto responsable de la actividad. Es interno y consta de dos tipos de controles: el autocontrol y el control interno independiente de personas que no participan en el proceso de producción. En Japón el autocontrol predomina sobre el control interno, con la idea de que “más que controlar la calidad, lo que debe hacerse es producirla”.
- Control de recepción (CR). Se lleva a cabo en los vértices del pentágono, es decir, en el paso de una actividad a otra, donde se produce una transferencia de responsabilidades. En este caso es el receptor el que lleva a cabo el control, por lo que es de carácter externo (García Messeguer, 1989).
Con este esquema de control de calidad es posible establecer programas de calidad para cada actividad de la construcción de edificaciones, separando las actividades según las personas o grupos de personas que intervengan en ellas.
Estas actividades varían dependiendo tanto del tamaño como de la finalidad de la edificación. Hay casos en los que de manera necesaria se debe terminar una actividad para comenzar otra, y actividades que pueden realizarse de forma simultánea. En las simultáneas es donde tiene que ponerse especial atención, ya que hay muchas sombras en las responsabilidades de la calidad.
Si se toman las cinco caras del pentágono de la figura 3 y se separan en las principales actividades que se realizan dentro de ellas, se tendrá una idea de la complejidad de la industria de la construcción (véase tabla 3). El control de calidad de los proyectos debe ser continuo y realizado por personal calificado para ello.
Los controles de calidad específicos del acero y el concreto deben ser tomados en cuenta, ya que estos dos materiales unidos son responsables de la estabilidad, resistencia y durabilidad de las estructuras. Se tienen vastas experiencias en estos controles de calidad, que abarcan desde el diseño de mezcla hasta su estado endurecido y su resistencia a los ataques químicos y físicos a los que estará sometida durante su vida útil. Todo esto puede preverse desde los diseños y hacerlos realidad con un control de calidad adecuado.
Conclusión
El costo de reparaciones de edificaciones está previsto en la Ley de Sitter, que dice:
- Proyecto: toda medida tomada en la etapa de diseño con el objetivo de aumentar la calidad, protección y durabilidad de la estructura implica un costo que puede asociarse al número 1.
- Ejecución: toda medida fuera del proyecto tomada durante la ejecución propiamente dicha con el objetivo de aumentar la calidad, protección y durabilidad de la estructura, incluyendo en ese periodo la obra recién construida; implica un costo = 5.
- Mantenimiento preventivo: toda medida tomada con antelación y previsión durante el periodo de uso y mantenimiento de la estructura, con el objetivo de aumentar la calidad, protección y durabilidad de la estructura; puede ser asociada a un costo = 25.
- Mantenimiento correctivo: corresponde a los trabajos de diagnóstico, pronóstico, reparación y protección de las estructuras que ya presentan manifestaciones patológicas evidentes. A estas actividades se les puede asociar un costo = 125.
Pero no sólo hay que circunscribirse a los posibles costos de reparación de las estructuras. Debe tenerse en cuenta que si ocurre un fallo generalizado de una estructura habitada, el número de personas con lesiones o de muertos estará bajo la responsabilidad de las personas que intervienen en los diseños, la construcción y el mantenimiento de las edificaciones.
Siempre será preferible en todos los aspectos prevenir que remediar. Deben enseñarse a los arquitectos e ingenieros, y sobre todo a los estudiantes de estas profesiones, los métodos de control de calidad, e inculcárseles la filosofía de la calidad. De esta forma las nuevas generaciones de profesionales de la construcción saldrán de las universidades con las herramientas y la cultura necesarias para construir con calidad y estarán conscientes de que el camino contrario es excesivamente costoso en todos los aspectos
Referencias
Escuela Politécnica del Ejército de Ecuador, EPEE (2008). Curso “Gerencia de obra”.
García Messeguer, Álvaro (1989). Control y garantía de la calidad en la construcción. Madrid: Universidad del Valle.