Juan Francisco Pérez Herrera Maestro en Ingeniería con visión de negocios. Cuenta con más de 20 años de trayectoria dirigiendo proyectos. Fundador y jefe de Oficina Ejecutiva de Lean Construction México.
La industria de la construcción ha sido considerada por muchos años como lenta y tardía en adoptar los cambios e integrarse a los nuevos modelos de gestión. No es de extrañarse, por ello, que acumule gran cantidad de problemas, vicios y modelos de gestión anacrónicos que, entre otros efectos, hacen que los índices de competitividad caigan por debajo del promedio del aporte económico que otras industrias ofrecen al crecimiento del país.
Si se analiza de forma bifocal, el macroambiente de la construcción está enredado. Hoy en día un desarrollador inmobiliario que desea invertir en la adquisición de un terreno, construcción y posterior comercialización, sabe que deberá pasar por un verdadero maratón de procedimientos e incomprensibles trámites con tintes políticos, a fin de obtener licencias, permisos, etc., para construir o para comercializar el inmueble. Muchos desarrolladores perciben este proceso como algo inevitable, un mal necesario.
Adicionalmente, si se analiza desde el punto de vista del microambiente de construcción, el escenario sigue siendo complejo: mala calidad, mano de obra no calificada, inseguridad, sobrecostos, improductividad, vicios, etc., un reflejo típico de una obra que no ha evolucionado.
¿Qué falló en el camino?, ¿qué tipo de decisiones se tomaron o debieron tomarse?, ¿cómo se llega a esta condición? Si algo pudiera cambiarse, ¿qué sería? Es muy cierto que no se puede cambiar el pasado, pero sí es posible crear un mejor futuro.
Consiliencia, el principio del cambio
En su libro Consiliencia (1998), Osborne afirma que la unidad del conocimiento habla acerca de cómo distintas disciplinas del conocimiento universal se pueden integrar en una sola idea, una especie de amalgama de teorías y prácticas que, cuando se les hace coincidir en un mismo objetivo, traen consigo claridad, un modelo de pensamiento nuevo, una visión disruptiva, multidisciplinaria, altamente creativa y llena de nuevas opciones.
La construcción sin pérdidas (lean construction) representa hoy esa visión, derivada de la integración de diversas corrientes de pensamiento.
En primera instancia, es esta una filosofía cuyos orígenes se remontan a los modelos altamente eficientes de la producción industrial de las compañías japonesas de autos, un referente global de prácticas de excelencia complementado por la integración de principios del desarrollo e interacción humana: respeto por las personas, colaboración y mejora continua, disciplinas aparentemente distantes integradas de forma armoniosa para un mismo fin.
Con el paso de los años, esta filosofía ha evolucionado, se ha enriquecido con nuevas ideas y ha sido base sólida para la creación de metodologías que, sustentadas en los principios de la estandarización y la mejora continua, han permitido que este modelo de pensamiento se internalice en el día a día de muchas organizaciones y estilos directivos (Koskela, 1992).
La creación de un estándar trae consigo múltiples beneficios: controlar la variabilidad de la operación, facilitar la integración de nuevos miembros, brindar estructura para la toma de decisiones, etc.; sin embargo, se deben seguir estrategias claras para desplegar esta filosofía, con el fin de que se convierta eventualmente en una cultura organizacional.
Comenzar con un fin
Implantar una cultura organizacional con base en los principios de la construcción sin pérdidas requiere el compromiso de todos, partiendo de una definición precisa del plan que describa qué se debe hacer y cómo, definir objetivos e indicadores esperados para luego asegurar una operación disciplinada y consistente, obtener retroalimentación de los procesos, productos y personas, y finalmente arraigar el modelo de forma institucional o regenerar los planes.
Diseño virtual y construcción, desarrollo integrado de proyectos, modelado virtual de la información, sistema del último planificador, entre otros, son claros ejemplos de una perfecta combinación de ideas para internalizar los principios de la construcción sin pérdidas en la organización.
La filosofía de la construcción sin pérdidas poco a poco se adhiere a la esencia de una organización; la estrategia y la táctica modelarán el marco normativo, pero se requieren herramientas que hagan tangible dicha estrategia en el día a día de la operación.
Existen muy diversas herramientas que impulsan la gestión de la operación con diversos enfoques, desde la gestión de la planeación, calidad, productividad, hasta la seguridad y colaboración: selección por ventajas; ingeniería concurrente integrada; filosofías de limpieza, orden y calidad; sistemas de planeación de jalón; planificación rítmica; análisis del modo efecto falla; líneas de balance; kaizen; control estadístico de procesos; planeación a seis semanas vista; justo a tiempo; cambio de dados en menos de un dígito de minuto; planeación avanzada de la calidad; mapeo de cadena de valor, y un largo etcétera.
Lo más significativo de este nivel de ejecución está en el hecho de que todas las herramientas han sido diseñadas con el principio de la mejora continua: planear, hacer, verificar, actuar o Círculo de Deming (1989): en todos los casos surgen de un plan y objetivo determinados, se aplican, se evalúa su impacto y, derivado de ello, se institucionaliza el método o se regenera el plan con una mejor versión.
Conclusiones
La industria de la construcción está pasando por un momento de inflexión importante, como no había ocurrido en muchos años. Los vicios e ineficiencias han provocado un deterioro grave en la industria, pero en la actualidad el camino para la competitividad está trazado; solo falta recorrerlo con firmeza de propósito y de carácter.
La construcción sin pérdidas, considerada una de las grandes tendencias para la gestión integral de proyectos de construcción, es cada vez más conocida, su metodología alineada y sus herramientas correctamente aplicadas, por lo que la oportunidad para entrar en la corriente de la competitividad está a la vista
Referencias
Deming, E. W. (1989). Calidad, productividad y competitividad: la salida de la crisis. Madrid: Díaz de Santos.
Koskela, L. (1992). Application of the new production philosophy to construction. CIFE Technical Report 72. Stanford University.
Wilson, E. (1998). Consilience. The unity of knowledge. First Vintage Books.