8 diciembre, 2024 11:54 am

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El mayor desafío de los proyectos nacionales de Bangladesh para proveer agua segura a la población es identificar fuentes de agua potable de calidad suficiente y protegerlas de la degradación. Los acuíferos profundos han estado sujetos a un bombeo intensivo y, en consecuencia, se han presentado problemas de hundimiento del suelo y reducción en la productividad de los pozos, cuya agua por si fuera poco suele tener altos niveles de salinidad o de contaminación por arsénico.

 

Bangladesh es uno de los países con mayor densidad de población en el mundo, pues alberga en un área cercana a los 147,600 km2 unos 160 millones de habitantes, de los cuales 4 millones no tienen acceso a agua segura y 85 millones carecen de un servicio adecuado de saneamiento, especialmente en zonas rurales. La sobrepoblación y la ausencia de formas seguras de tratar las aguas residuales en centros urbanos provocan una crisis hídrica y sanitaria nacional.

De acuerdo con datos actualizados a comienzos de 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en contraste con el 97% de la población que tiene acceso a agua, sólo 40% percibe un servicio apropiado de saneamiento; refiere además que 60% de los habitantes se ven obligados a beber agua no segura y que esto significa un riesgo enorme y generalizado para su salud.

Con respecto a los cambios en la disponibilidad a lo largo del año, la temporada de calor suele traer monzones frecuentes y con ellos muy grandes volúmenes de agua, mientras que la época de menores temperaturas suele ser motivo de sequía. La infraestructura hidráulica del país resulta insuficiente para manejar el torrente en la temporada de lluvias abundantes y no se almacenan los excedentes para los meses posteriores. También es de subrayar que por el uso poco eficiente de agua para fines agrícolas, se destina a esta actividad el 80% del recurso disponible.

En materia de fuentes de abastecimiento, ninguno de los principales cauces que aportan a Bangladesh –los ríos Brahmaputra, Meghna y Ganges– se origina en ese país. Por esa razón, el volumen de agua que llega está limitado por la explosión demográfica en China e India; sólo 7% de las cuencas generadas por esas importantes corrientes fluviales está en Bangladesh, y en consecuencia, el país tiene muy poco control sobre la cantidad de agua que recibe por este medio.

La temporada de calor suele traer monzones frecuentes y con ellos muy grandes volúmenes de agua, mientras que la época de menores temperaturas suele ser motivo de sequía. La infraestructura hidráulica del país resulta insuficiente para manejar el torrente en la temporada de lluvias abundantes y no se almacenan los excedentes para los meses posteriores. También es de subrayar que por el uso poco eficiente de agua para fines agrícolas, se destina a esta actividad el 80% del recurso disponible.

Para complicar las cosas, se suma la cuestión de los crecientes niveles de salinidad del agua local debido a una combinación de factores.

 

La amenaza salina

El primer factor causante de contaminación por salinidad es el dique Farakka en Bengala occidental, estructura que desvía aguas del Ganges para irrigación en suelos de India; la corriente del Ganges que llega a Bangladesh es así menor, y con ello la salinidad se incrementa.

Una segunda causa es la proliferación de granjas de camarones en cuerpos de agua dulce.

Por último, se atribuye al cambio climático el incremento en el nivel del mar en la zona costera de Bangladesh, que invade los valiosos cuerpos hídricos superficiales aguas arriba del delta, así como subterráneos de forma indirecta. De hecho, se considera que este es uno de los países más vulnerables en el mundo a los efectos del cambio climático y el consecuente aumento del nivel del mar.

Debido a los ciclos climáticos, la intrusión de salinidad por el aumento del nivel del mar se agudiza en la temporada de calor, cuando el agua dulce fluye por los ríos en menor cantidad. Las estimaciones son que con un aumento del nivel del mar de 45 cm podrían perderse 16,000 kilómetros cuadrados de costa, y el “frente salino” generado por los tres factores citados llegaría más lejos tierra adentro: en la primera década de este siglo la interfase de agua dulce/salada se encontraba entre 120 y 160 km tierra adentro desde el suroeste, y de cumplirse las proyecciones, podría alcanzar la región central de Jessore.

Además de afectar la calidad del agua con potencial de consumo humano, esta problemática tiene efectos nocivos en el suelo. El riego con agua salina provoca un aumento en la salinidad de la superficie terrestre, más acentuadamente cuando se realiza en el comienzo del periodo de menor flujo de los ríos.

Algunos subdistritos, como Kachua, Mollahat y Fultali, sobre los que se sabe de cierto que no tenían problemas por salinidad antes de la construcción de Farakka, comenzaron a presentarlos en las estaciones de menor flujo desde la década de 1980.

Además de un mayor nivel del mar, el cambio climático podría generar lluvias más fuertes y prolongadas en la región, que por tratarse de agua dulce diluirían en algún grado la salinidad del agua tanto superficial como subterránea. Aunque considerado, este contraefecto aporta a la incertidumbre con respecto al futuro de la crisis hídrica actual.

El Instituto para el Desarrollo de Recursos Terrestres reportaba en los últimos años del siglo XX que hacia el sur de las ciudades de Khulna y Bagerhat el nivel de salinidad de los suelos en la estación seca oscilaba entre 8 y 15 decisiemens por metro (unidad de medida de la salinidad y la conductividad eléctrica del suelo, que se usa especialmente en el ámbito del desarrollo de cultivos), un nivel bastante alto. La salinización del suelo reduce el rendimiento y la extensión del cultivo de granos. Asimismo, va limitando progresivamente el área propicia para la pesca de agua dulce, una actividad económica de importancia insoslayable en el país asiático.

Con respecto a la industria, se dio un caso de intrusión salina desde el mar que también fue motivo de preocupación para las actividades de carácter terciario. En la ciudad costera de Khulna, la estación eléctrica principal necesita enfriar sus calentadores con agua dulce, para cuya recolección se enviaba una barcaza corriente arriba; a finales de los noventa y durante la primera mitad de la década siguiente, esa embarcación tuvo que ir cada vez más lejos para conseguir agua dulce con tal propósito.

Por supuesto, debe tenerse en cuenta que el cambio climático también podría generar lluvias más fuertes y prolongadas en la región, que por tratarse de agua dulce diluirían en algún grado la salinidad del agua tanto superficial como subterránea. Aunque considerado, este contraefecto aporta a la incertidumbre con respecto al futuro de la crisis hídrica actual.

 

Contaminación por arsénico

La salinización del agua en el manto freático es una limitante del suministro a la creciente población, al sistema de irrigación y a la producción industrial. En contraparte, puesto que los acuíferos profundos en la región por lo general presentan niveles bajos de concentración de arsénico y cloruro, constituyen una fuente potencial de agua potable; debido a esto último, los acuíferos profundos están sujetos a un bombeo intensivo que ha causado un gran descenso del nivel piezométrico.

Puesto que los acuíferos profundos en la región por lo general presentan niveles bajos de concentración de arsénico y cloruro, constituyen una fuente potencial de agua potable; debido a esto último, los acuíferos profundos están sujetos a un bombeo intensivo que ha causado un gran descenso del nivel piezométrico.

El manto freático, de cuya agua se abastece 90% de la población, presenta contaminación por arsénico en un grado preocupante. De acuerdo con la OMS, este elemento contribuye a la  mayor  contaminación  en  masa  registrada  en  la  historia,  que  afecta  a  entre  30  y 35 millones de habitantes, de la cual apenas se comenzó a tener conciencia a comienzos del siglo XXI y que sigue siendo una realidad.

Puesto que la exposición a arsénico puede causar cáncer y dañar severamente varios sistemas integrales del cuerpo humano, se ha demostrado que su presencia es causa de una de cada cinco muertes en aquella nación.

Mediante un estudio de evaluación del agua freática con isótopos, recientemente los investigadores Nasir Ahmed (Comisión de Energía Atómica de Bangladesh) y Pradeep Aggarwal (Agencia Internacional de Energía Atómica de Austria) han mejorado el entendimiento de los sistemas de aguas subterráneas en las áreas costeras de Bangladesh, lo que derivará sin duda en una mejor gestión del recurso.

Además de encontrar muestras de alta salinidad y otros elementos químicos que hacen insegura el agua para consumo, hallaron en su área de estudio (véase figura 1) concentraciones de arsénico que variaban entre 0.08 y 401 µg/l, con  106.4 µg/l en promedio. Destaca que las muestras de agua subterránea no profunda (profundidad menor de 70 metros) presentaron altos niveles de contaminación por arsénico, por encima del límite tolerable de 50 µg/l establecido por el propio Departamento de Medio Ambiente de Bangladesh; en contraste, las muestras de origen más profundo contenían niveles muy bajos de arsénico.

Entre las conclusiones del estudio presentado en el XVI Congreso Mundial del Agua (Cancún, 39 de mayo al 3 de junio de 2017) se menciona que actualmente, del área analizada, sólo en los acuíferos profundos de Satgambuj en Bagerhat se encontró agua con calidad potable debido a una baja salinidad y a la ausencia de arsénico.

 

 

El panorama

Las subterráneas son las fuentes principales de agua potable para más de 100 millones de habitantes en Bangladesh, y la extracción de agua freática ha ido en gran aumento durante las últimas tres décadas; alrededor de 95% del volumen extraído se usa en irrigación, y sólo 3% para consumo humano directo.

En ese país, la salinización de las fuentes hídricas es uno de los procesos que más degrada la calidad del agua y amenaza la continuidad de este consumo. El problema se acentúa en los acuíferos costeros, donde las actividades humanas derivan en un deterioro acelerado de la calidad del agua. Los depósitos aluviales más recientes (del Holoceno) en el sur de la cuenca están contaminados sobre todo por arsénico.

La crisis por contaminación con este elemento químico, que ha llegado a una concentración medida de 401 µg/l en los acuíferos superficiales del área costera, ha dado pie a una variedad de respuestas al reto de suministrar agua potable; y ya que en dicha región los acuíferos más profundos por lo general tienen concentraciones bajas de arsénico, representan una fuente potencial de agua para beber. Sin embargo, actualmente se necesita una evaluación científica sobre la viabilidad y sostenibilidad de este suministro.

Los numerosos pozos contaminados tienen señalamientos para advertir a la gente sobre el peligro, y el Consejo de Investigación Científica e Industrial de Bangladesh desarrolla nuevas tecnologías para el tratamiento del agua contra arsénico.

Actualmente se considera que, para generar un impacto significativo en la corrección de este problema, el gobierno debe reforzar las políticas en materia de contaminación por arsénico establecidas en la década de 1990 y cambiar el nivel de exposición máximo permitido de 50 a 10 µg, según lo recomienda la OMS.

Así pues, el mayor reto que enfrentan los proyectos nacionales para proveer agua segura a la población es identificar fuentes de agua potable de calidad suficiente y protegerlas de la degradación. Ya en 2007 y 2008 se perforaron algunos pozos para la extracción de agua a una profundidad aproximada de 305 m como parte del proyecto del Programa de Suministro de Agua de Bangladesh, con objeto de proveer agua libre de arsénico y salinidad a la comunidad a través del sistema de tuberías. Los acuíferos profundos, por tanto, han estado sujetos a un bombeo intensivo, y en consecuencia se han presentado problemas de hundimiento del suelo y reducción en la productividad de los pozos.

Por otro lado, una preocupación prioritaria adicional del gobierno es mejorar la infraestructura de captación de agua pluvial y con ello ampliar el acceso al agua potable, sea de manera directa o mediante la recarga de los cuerpos de agua dulce.

 

Elaborado por Helios Comunicación con información de las siguientes fuentes:
Ahmed, Nasir, y Pradeep K. Aggarwal (2017). Isotope based assessment of deep groundwater resources for sustainable management in the coastal areas of Bangladesh – Crisis in overexploitation and salinization. XVI Congreso Mundial del Agua. Cancún. 29 de mayo al 3 de junio.
https://thewaterproject.org/water-crisis/water-in-crisis-bangladesh
https://water.org
https://www.preventionweb.net/files/8199_Salinity.pdf

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