Las áreas urbanas de la Ciudad de México están siendo afectadas por la intensificación en la construcción de edificaciones residenciales y comerciales. Esto ha generado un aumento de los residuos de la construcción y demolición, los cuales no tienen un adecuado manejo para su eliminación a pesar de que hay recicladoras y una normativa para la CDMX: son depositados en banquetas, calles, avenidas, terrenos baldíos, tiraderos clandestinos, barrancas, tiraderos a cielo abierto o, en el mejor de los casos, en rellenos sanitarios. Paralelamente, como resultado de esta actividad constructiva, se han disminuido las áreas verdes urbanas, y esto genera falta de espacios para la recreación, el esparcimiento y el cuidado ambiental de la ciudadanía.
Hugo Alberto Quintero Navarro
María Neftalí Rojas Valencia
Coordinación de Ingeniería Ambiental, Instituto de Ingeniería de la UNAM.
El problema del mal manejo de los residuos de construcción y demolición (RCD) no termina. Hay un gran desconocimiento sobre su potencial de aprovechamiento como materia prima. Su reutilización como material de construcción abonaría a la disminución de afectaciones que se generan al ambiente, al evitar la sobreexplotación de materiales vírgenes y su traslado desde el banco de materiales.
El aumento de construcciones en la Ciudad de México se ha convertido en un problema debido a la generación de RCD, ya que cuando no se les da algún uso y no se eliminan adecuadamente pueden provocar daños al ambiente y a la ciudadanía; por ello se ve la necesidad de aprovecharlos como materia prima para construir edificaciones o mejorar las áreas verdes y parques urbanos, ya que este tipo de espacios no solo mejoran la calidad de vida de las personas sino que también contribuyen a frenar el crecimiento desbordado en las edificaciones, además de aportar beneficios ambientales como la reducción de la escorrentía y la mitigación de inundaciones (Venkataramanan et al., 2019) o la regulación del clima a través de la sombra y la evapotranspiración (Doick et al., 2014).
Los parques urbanos son espacios que requieren una buena gestión para su mantenimiento (Aly y Dimitrijevic, 2021); esto se puede lograr conociendo sus condiciones y características, así como la dependencia responsable, con objeto de determinar el efecto que ocasionaría la intervención en el sitio, además de establecer metas para su mejoramiento y lograr un equilibrio entre los beneficios ambientales, económicos y socioculturales.
Situación de los RCD en la Ciudad de México
Como ya se ha dicho, en México la industria de la construcción genera anualmente 12 millones de toneladas de RCD, al día se generan aproximadamente 33,600 toneladas (Rojas et al., 2022). En el caso de la Ciudad de México, de acuerdo con el Plan de Acción Basura Cero, hacia una Economía Circular, presentado por la Secretaría de Medio Ambiente, al día se generan de 14,000 a 17,000 toneladas de RCD, es decir, en la ciudad se llega a producir del 42 al 51% del total de RCD del país, y solamente se reciclan 206 toneladas.
Ahora bien, los residuos provenientes de desastres naturales, particularmente sismos y terremotos, representan una fuente importante de RCD; Reyes y Rojas (2020) exponen que en el sismo del 19 de septiembre de 2017 en la Ciudad de México se produjeron aproximadamente 364,598 t de residuos provenientes del colapso y la demolición de edificaciones dañadas. Esta cifra equivale a la acumulación de RCD generados por 26 días en la Ciudad de México.
Actualmente, la Ciudad de México cuenta con tres plantas de tratamiento y aprovechamiento de RCD: una en el oriente, en Iztapalapa; otra en el poniente, en Miguel Hidalgo, de una empresa en colaboración con el Gobierno de la CDMX; la tercera está en el campamento de la Secretaría de Obras y Servicios de la CDMX, ubicado en la IV Etapa del Sitio de Disposición Final Bordo Poniente, en el municipio de Texcoco, Estado de México. En la figura 2 se presenta la ubicación de las plantas de reciclaje.
Situación de los parques urbanos en la Ciudad de México
En el Inventario de Áreas Verdes 2017 de la Sedema se registra que en la Ciudad de México existen 1,447 parques urbanos, y que la superficie de áreas verdes promedio por habitante en la ciudad es de 7.54 m2, cuando el estándar recomendado por la OMS establece que, para mantener una buena calidad de vida en las ciudades, se debe tener por lo menos 9 m2 por habitante.
La mayoría de los parques urbanos se encuentran en las alcaldías Iztapalapa con 452, Coyoacán con 253 y Gustavo A. Madero con 128. En la tabla 1 se presenta el número de parques urbanos por alcaldía, y en la figura 3, la ubicación de cada uno de los parques.
En la alcaldía Xochimilco hay registrados 116 tiraderos clandestinos de RCD, que abarcan aproximadamente 72 ha, y solo se tienen 30 parques urbanos; esto podría verse como una oportunidad para reciclar los residuos y emplearlos como materia prima para la rehabilitación de los parques urbanos o para la construcción de otros.
Por otra parte, en el año 2022 se publicó la NOM-001-SEDATU-2021, Espacios públicos en los asentamientos humanos. En ella se precisa que un espacio público es un elemento estratégico para el desarrollo sostenible de una ciudad y se considera a los parques urbanos como espacios públicos con función de equipamiento público, es decir, son espacios con componentes determinantes de los centros urbanos y poblaciones rurales cuya adecuada dotación influye en la calidad de vida de las personas, al proporcionarles servicios de bienestar social y apoyo a las actividades económicas, sociales, culturales, recreativas e incluyentes.
Reciclaje de RCD en parques urbanos
La industria de la construcción es el sector que produce mayores afectaciones al ambiente, debido a los altos consumos de energía y recursos naturales requeridos para la producción de los materiales que utiliza. Por otro lado, hay avances para reducir el agotamiento de los recursos naturales, pero evitar del todo el agotamiento de estos recursos es prácticamente imposible y, por ello es necesario considerar la sostenibilidad al planificar diferentes proyectos de aprovechamiento por medio del reciclaje de los RCD.
De acuerdo con la NACDMX-007-RNAT-2019, el agregado reciclado que se logra obtener de los RCD se puede utilizar en elementos no estructurales, en particular en el equipamiento de parques urbanos. En la figura 4 se muestra el proceso de aprovechamiento de los RCD, desde la generación hasta el reciclaje para la rehabilitación de parques urbanos.
Existen estudios donde se manifiesta la viabilidad técnica de los concretos reciclados para la fabricación de mobiliario urbano (Sánchez, 2019), con resistencias a la compresión mayores a 35 MPa; además, se ha demostrado que el comportamiento del concreto fabricado es mejor con agregado grueso reciclado y que, al emplear agregados reciclados para fabricar ladrillos y bloques, se obtienen materiales que cumplen con lo establecido en la normativa mexicana (Rojas et al., 2022).
Tomando en cuenta lo anterior, el empleo de estos residuos para la rehabilitación y equipamiento de parques urbanos es una opción viable (véanse ejemplos en la figura 5).
Para emprender la rehabilitación de parques urbanos es importante considerar la ubicación y condiciones del lugar y conocer la relación que existe entre las personas y el parque. Otro aspecto a tomar en cuenta es la distancia que habrá entre el parque y el sitio autorizado para aportar los agregados reciclados, ya que el transporte que conlleva el acarreo de materiales se traduce en un importante daño ambiental, pues se producen gases y se emiten polvos y contaminación acústica (Ding et al., 2016). De igual forma, el volumen de agregado reciclado de RCD que se empleará para la rehabilitación de parques urbanos dependerá del área del sitio y del equipamiento que se fabricará.
Conclusiones
En este artículo se destaca el potencial de aprovechamiento de los RCD y la viabilidad de emplearlos para la construcción o rehabilitación de parques urbanos que se encuentren descuidados y en malas condiciones, ya que se lograría equiparlos con elementos como jardineras, mesas, bancas, ciclopistas, etc. Se contribuiría así a disminuir el daño ambiental ocasionado por la explotación de bancos vírgenes, y se reducirían los costos asociados al manejo de RCD para el desarrollo de una ciudad sostenible con la rehabilitación de espacios recreativos para la ciudadanía.
Un aspecto importante a tener en cuenta al momento de rehabilitar parques urbanos o espacios de este tipo es la gestión, debido a que la mayor parte de los esfuerzos se focalizan en el diseño y construcción, pero al mantenimiento del espacio no se le presta la importancia necesaria. Mantener un parque en buenas condiciones ofrecerá un lugar atractivo para las futuras generaciones.
Referencias
Aly, D. y Dimitrijevic, B. (2021). An ecocentric approach to defining a public park system. Archnet-IJAR: International Journal of Architectural Research 15(3): 634-651.
Ding, Z., Y. Wang y P. X. W. Zou (2016). An agent based environmental impact assessment of building demolition waste management: Conventional versus green management. Journal of Cleaner Production 133: 1136-1153.
Doick, K. J., et al. (2014). The role of one large greenspace in mitigating London’s nocturnal urban heat island. Science of The Total Environment 493: 662-671.
Reyes, A. y Rojas, M. A. (2020). Propuesta de gestión de residuos por sismo caso de estudio: Ciudad de México 2017. Tesis de licenciatura México: Universidad Nacional Autónoma de México.
Rojas, M. N., et al. (2022). Recovery of mixtures of construction waste, PET and sugarcane bagasse for the manufacture of partition blocks. Materials 15(19): 1-26.
Sánchez, Z. (2019). Utilización de árido reciclado para la fabricación de piezas de hormigón prefabricado de mobiliario urbano. Tesis de doctorado. Universidad de Granada.
Venkataramanan, V., et al. (2019). A systematic review of the human health and social well-being outcomes of green infrastructure for stormwater and flood management. Journal of Environmental Management 246: 868-880.