4 octubre, 2024 6:32 am

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Alianzas y cooperación por el agua 

El Informe Mundial sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2023, cuyo tema es “Alianzas y Cooperación”, muestra que establecer alianzas y mejorar la cooperación en todas las dimensiones del desarrollo sostenible es esencial para acelerar el avance hacia el logro de los objetivos y metas en materia de agua.

La alianza y cooperación extrasectorial involucra a actores de “fuera del ámbito del agua” cuyos focos y objetivos primarios no están principalmente relacionados con el agua, pero para quienes el agua desempeña un papel determinante.

Progresos hacia el ODS6

Las alianzas y la cooperación son esenciales para el progreso en la consecución de las metas del ODS6. Salvaguardar la seguridad hídrica, alimentaria y energética a través de una gobernanza sostenible, proporcionar suministro de agua y de saneamiento para todos, apoyar la salud y los medios de vida, mitigar los impactos del cambio climático y los eventos extremos, y sostener y restaurar los ecosistemas con los valiosos servicios que proporcionan son piezas de un rompecabezas magnífico y complicado. Las piezas tan solo encajarán por medio de alianzas y cooperación, y todos tienen un papel que desempeñar.

Las alianzas y la cooperación son más importantes que nunca en 2023, ya que el mundo se prepara para una gran conferencia de la ONU sobre el agua, la primera gran reunión sobre agua dulce que se celebra en el sistema de las Naciones Unidas desde hace 46 años, que pone de relieve la urgente necesidad de acelerar esfuerzos para alcanzar el ODS6.

Casi todas las intervenciones relacionadas con el agua implican algún tipo de cooperación. Las alianzas en torno al agua, que se producen en escala local y mundial, mediante acuerdos formales e informales, reúnen a distintas partes interesadas con intenciones diversas.

La cooperación es fundamental para alcanzar todos los objetivos y metas relacionados con el agua. La aceleración de los avances hacia ODS6 depende en gran medida de la eficacia y la productividad de las alianzas.

La participación inclusiva de las partes interesadas fomenta la aceptación y la apropiación. Tener en cuenta las diferentes perspectivas de los implicados ayuda a determinar una visión clara y compartida de los objetivos, resultados y efectos basada en un entendimiento común de los problemas.

Abastecimiento de agua y el saneamiento

La necesidad de establecer alianzas y cooperar en materia de abastecimiento de agua, saneamiento e higiene (WASH) en los asentamientos humanos obedece a su naturaleza intersectorial.

Diversos actores, entre ellos el sector privado, las organizaciones no gubernamentales (ONG) y las comunidades, junto con los ministerios gubernamentales responsables de WASH, se ocupan de distintos aspectos del sector de abastecimiento de agua y saneamiento.

Además, la magnitud de los retos WASH en los asentamientos humanos formales e informales es tal que ningún país o institución por sí solo puede superar la creciente demanda de estos servicios.

La contaminación, los efectos del cambio climático y la degradación medioambiental de los recursos de agua dulce, combinados con el enorme déficit de infraestructuras en un mundo de escasos recursos financieros explican la multitud de actores estatales y no estatales que intervienen en la prestación de servicios de abastecimiento de agua y saneamiento.

Las alianzas y la cooperación efectivas hacen que los servicios se adapten mejor a las necesidades y recursos de las comunidades pobres, y que mejore la aceptación y apropiación de dichos sistemas por parte del público.

Agua y saneamiento para asentamientos humanos

La provisión de servicios de abastecimiento de agua y saneamiento en los asentamientos humanos se ve afectada por un sinnúmero de desafíos operativos y de gobernanza. En las últimas décadas, los proveedores de servicios de todo el mundo han recurrido a asociaciones entre pares para mejorar su capacidad.

Estas asociaciones sin fines de lucro se conocen como asociaciones de operadores de agua (WOP, siglas en inglés de water opperators’ partnerships), que se basan en la confianza y el intercambio abierto de información y experiencia.

Las alianzas entre gestores de servicios de agua enlazan a empresas de abastecimiento afianzadas y con buen funcionamiento con otras que necesitan asistencia u orientación. La implementación de WOP puede tener un efecto dominó porque el beneficiario, después de haber mejorado sus capacidades y adquirido nuevas competencias, puede continuar y utilizar esta experiencia para ayudar a otras empresas de servicios públicos.

Muchos países tienen dificultades para ampliar los servicios a las zonas rurales, donde la cobertura de servicios de agua potable gestionados de forma segura (60%) es inferior a la de las zonas urbanas (86%).

A finales de 2020, el número de personas desplazadas por la fuerza se estimó en 82.4 millones. La migración forzosa produce más presión sobre las entidades locales (empresas, comunidades) competentes del suministro de agua y de los servicios hídricos.

Para responder a las complejas dinámicas que afectan a las poblaciones desplazadas y a las comunidades de acogida, se necesitan alianzas de múltiples actores que incluyan a organismos de Naciones Unidas, organizaciones internacionales, ONG y sociedad civil.

Agricultura y alimentación

La asignación de agua de la agricultura a los centros urbanos se ha convertido en una estrategia habitual para satisfacer las necesidades de agua dulce de las ciudades en expansión.

Generalmente, la reasignación de agua del sector agrícola ha tenido éxito a la hora de satisfacer la demanda hídrica de las ciudades. Desde la perspectiva agrícola/rural, se han observado consecuencias negativas, lo cual redunda en una menor seguridad alimentaria.

Se prevé que la competencia por el agua dulce entre las ciudades y la agricultura aumente debido a la rápida urbanización, para la que se prevé que la demanda urbana de agua aumente un 80% de aquí a 2050. Aproximadamente un tercio de las ciudades del mundo que dependen de las aguas superficiales se enfrentan a la competencia con la agricultura, que utiliza aproximadamente el 72% de las extracciones mundiales de agua dulce.

Las asociaciones de usuarios del agua son un ejemplo de modalidades y pueden tener éxito cuando se basan en procesos democráticos en los que participan otras instituciones locales.

Entre los agentes que participan en las asociaciones de usuarios suelen figurar agricultores, organismos gubernamentales, ONG, el mundo académico, instituciones de desarrollo, bancos de desarrollo y, en algunos casos, el sector privado. El desempeño deficiente suele atribuirse a alianzas débiles, particularmente a la falta de inclusión de mujeres, lo que conduce a una implementación deficiente y funciones y responsabilidades poco claros.

En la última década, el nexo agua-energía-alimentación-ecosistema (AEAE o WEFE, sus siglas en inglés) surgió como un poderoso enfoque sistemático para entender la interrelación y los intercambios que existen entre dichos ámbitos. El enfoque AEAE integra todos los sectores y ofrece una visión holística de sostenibilidad que busca equilibrar los diferentes objetivos, intereses y necesidades de la gente y el medio ambiente.

En un mundo en el que los países luchan por adaptar sus sistemas agrícolas y alimentarios a condiciones de escasez de agua, los datos y la información sobre el agua son indispensables para afrontar los retos de la gestión hídrica.

Agua y medio ambiente

Los beneficios colaterales de los enfoques basados en ecosistemas son una prueba importante a favor de las soluciones basadas en la naturaleza, que pueden ser eficaces en todos los sectores.

Las medidas de protección y rehabilitación de las cuencas hidrográficas han dado vida a algunas de las alianzas más antiguas en materia de agua. La experiencia demuestra que no es necesario que todos los socios tengan los mismos objetivos, sólo un consenso sobre la acción que debe emprenderse y el reconocimiento de la importancia de compartir beneficios y costos.

Por ejemplo, a las empresas de servicios hídricos les interesa sobre todo reducir los riesgos de infraestructura, garantizar el cumplimiento de las medidas establecidas y reducir los costos. Otro sector puede estar interesado en los beneficios de la biodiversidad. Las soluciones basadas en la naturaleza pueden ofrecer ambas cosas de forma simultánea y rentable.

Los beneficios de la adaptación al clima, como la mitigación de las inundaciones, son especialmente atractivos. Las alianzas que incluyen a las comunidades locales se están utilizando cada vez más para mejorar la monitorización del medio ambiente y son especialmente importantes para llenar las enormes lagunas de datos sobre la calidad del agua.

Los fondos para el agua apoyan alianzas que reúnen a usuarios intermedios, como ciudades, empresas y servicios públicos, para invertir colectivamente en la protección de hábitats y la gestión del suelo de manera previa, con el fin de mejorar la calidad y cantidad del agua y generar beneficios a largo plazo para las personas al abordar el clima, la naturaleza y la contaminación. Ayudan a comprender y gestionar las complejidades asociadas al riesgo hídrico y a la protección de las fuentes de agua basadas en la naturaleza.

Agua y salud

Las débiles alianzas entre los sectores de la salud y del agua, el saneamiento y la higiene provocan importantes pérdidas de eficiencia, a pesar de sus evidentes interdependencias.

Se necesitan alianzas alineadas en los planos científico, estratégico y operativo para optimizar y acelerar el logro de los resultados positivos que puede aportar el sector del agua, saneamiento e higiene en términos de salud.

Los esfuerzos realizados a raíz del COVID-19 se han aprovechado cada vez más para reforzar políticas, normativas e inversiones en servicios de agua, saneamiento e higiene.

Agua, saneamiento e higiene, cruciales para la salud y el bienestar

A mediano plazo, el progreso promedio necesita avanzar cuatro veces más rápido para alcanzar el objetivo de proporcionar a todo el mundo agua, saneamiento e higiene gestionados de forma segura en 2030.

A pesar de la interdependencia que existe entre el sector del agua, saneamiento e higiene y el de la salud, existen lagunas en la coordinación y gobernanza, debido a que dichos sectores recaen en distintos ámbitos de competencia de ministerios, autoridades locales, organizaciones internacionales, ONG y actores del sector privado de todos los niveles.

Sorprendentemente, todavía existen grandes brechas en el WASH básico, con 1,800 millones de personas que utilizan instalaciones de atención médica que carecen de servicios básicos de agua y 800 millones que utilizan instalaciones sin baños.

El programa mundial de erradicación de la poliomielitis es un ejemplo bien establecido de una alianza en salud con laboratorios de aguas residuales, que utiliza las aguas residuales como parte de un enfoque más amplio de vigilancia y control. El tratamiento de las aguas residuales de las comunidades y los centros de salud, en la producción de plantas y animales y en la fabricación de antimicrobianos también limita la aparición y propagación de la resistencia antimicrobiana. Las alianzas en todos los ámbitos políticos que abordan el ciclo de vida de los productos nocivos son esenciales para reducir la contaminación del agua a fin de salvaguardar la salud humana y los ecosistemas acuáticos.

Agua y cambio climático

La naturaleza intersectorial y la interdependencia del agua y el cambio climático con otros recursos naturales vitales, como la tierra o la energía, pueden crear más oportunidades de establecer alianzas y cooperar.

La coordinación de las agendas sobre el clima y el agua es bidireccional. Por una parte, quienes son responsables de las políticas climáticas necesitan comprender mejor las necesidades de la comunidad de usuarios del agua para adaptarse al cambio climático, así como el papel que la gestión de los recursos hídricos, el suministro de agua y el saneamiento pueden desempeñar en la mitigación. Por otra parte, las personas responsables de las políticas sobre el agua necesitan dirigirse a las partes interesadas en la cuestión climática para comprender mejor cómo funcionan los procesos producidos por el clima, así como para integrar los riesgos climáticos relacionados con el agua en las políticas, estrategias y planes nacionales en materia de recursos hídricos.

Acelerar la acción por medio de alianzas y cooperación entre las partes interesadas en temas de agua y clima puede generar más beneficios para los ecosistemas de agua dulce y para las poblaciones más expuestas y vulnerables y, por consiguiente, reducir los riesgos de catástrofe, ahorrar costos, crear empleos y generar oportunidades económicas.La política climática debe reflejar mejor el papel del agua y la política del agua debe integrar mejor los riesgos climáticos. En los compromisos establecidos por las partes del Acuerdo de París, más del 80% de los países han calificado los recursos de agua dulce como área prioritaria con respecto a la adaptación. Sin embargo, las oportunidades de mitigación a través de la gestión del agua, como la recuperación de biogás de los sistemas de tratamiento de aguas residuales, merecen una mayor atención. Dado que tanto el agua como el cambio climático no conocen fronteras, la adaptación conjunta al cambio climático y la cooperación a través de las fronteras administrativas (en cuencas hidrográficas y acuíferos nacionales o transfronterizos) representan dos grandes oportunidades de colaboración intersectorial y entre países para compartir los costos y beneficios de las medidas de adaptación, garantizar su ubicación óptima en una cuenca hidrográfica y evitar los posibles efectos negativos de las medidas unilaterales de adaptación o gestión.

Agua, industria y energía

La industria tiene la capacidad de promover prácticas responsables e idear soluciones basadas en el mercado para acelerar la realización en escala de los ODS.

La acción colectiva en forma de alianzas y coaliciones cada vez más con socios no tradicionales es vital cuando los resultados deseados no pueden obtenerse mediante la acción unilateral por sí sola. El compromiso con objetivos compartidos y el reconocimiento de las posibles compensaciones entre los intereses de la empresa y los beneficios públicos más amplios son ingredientes esenciales para el éxito.

Las empresas de sectores que dependen en gran medida del agua para su actividad principal –como la fabricación de bienes o la producción de insumos y materias primas– están cada vez más conscientes del estrés hídrico y de los riesgos que plantea para sus intereses comerciales. Como resultado, muchas empresas están explorando formas de reducir o mitigar los riesgos del agua en sus negocios y cadenas de suministro.

La acción colectiva de la industria puede adoptar muchas formas, desde un intercambio relativamente informal de perspectivas hasta procesos muy estructurados de toma conjunta de decisiones, aplicación y rendición de cuentas. Para que la acción colectiva sea eficaz, las empresas suelen tener que establecer relaciones poco convencionales con socios no tradicionales. Normalmente, las partes interesadas deben tener un sentido compartido del riesgo, la responsabilidad y el beneficio para que la acción colectiva tenga éxito. Las ventajas potenciales de actuar con otros para gestionar los riesgos relacionados con el agua deben sopesarse frente a los retos y complejidades potenciales de consultar a otras partes, compartir información, tomar decisiones o compromisos conjuntos y compartir la responsabilidad de la aplicación.

En los últimos años se ha hecho evidente el valor adicional de sumar a estos acuerdos aspectos medioambientales, sociales, de gobernanza y de gestión del agua, no sólo en el sentido comercial, sino también en el contexto más amplio de la sostenibilidad global del agua, con el fin de obtener resultados beneficiosos para todas las partes. Aunque el liderazgo de las empresas individuales es necesario para acelerar la acción hacia el ODS6, no es suficiente para alcanzar este objetivo.

Será necesaria una acción intersectorial entre empresas, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil. Las empresas que se anticipen a ese futuro en las decisiones estratégicas que tomen hoy tendrán más probabilidades de prosperar y de aprovechar las oportunidades que puede brindar un planeta más estable desde el punto de vista medioambiental y más integrador desde el punto de vista social.

Educación y desarrollo de capacidades

La educación y el desarrollo de capacidades son cruciales para acelerar el progreso hacia el ODS6. El progreso tecnológico es uno de los principales motores del aumento de la capacidad. La pandemia de COVID-19 ha dado un gran impulso a la adopción de tecnologías de la información y la comunicación para la enseñanza y la formación en todo el mundo y para mejorar las comunicaciones entre los socios.

Algunos retos son de naturaleza técnica, como la creación de plataformas y sistemas en línea inclusivos que maximicen el acceso a los grupos y comunidades desfavorecidos. Pero es necesaria una mayor adopción de enfoques asociativos como las comunidades de prácticas, la ciencia ciudadana, las redes profesionales, la innovación abierta y el aprendizaje permanente.

Datos, información y supervisión

Entre las principales limitaciones para acelerar el progreso se encuentran las lagunas de datos desde el nivel local hasta el internacional, incluidos los niveles insuficientes de segregación y las dificultades (o reticencias) a la hora de compartir datos. La mejora de las alianzas es esencial para garantizar que los datos pertinentes se generen y procesen eficazmente en información objetiva que se ponga a disposición de los usuarios finales.

 Los repositorios de datos mundiales de libre acceso tienden a carecer de la resolución espacial o el nivel de desagregación necesarios para intervenciones más específicas. Es necesario aumentar considerablemente la capacidad de los organismos gubernamentales encargados del seguimiento y la gestión de los recursos para generar datos mejorados que permitan abordar los problemas económicos y sociales relacionados con el agua.

Innovación

Las alianzas entre universidades, empresarios y proveedores de capital de riesgo pueden acelerar las aplicaciones empresariales y deben reforzarse y ampliarse en los países de renta media y baja. Las comunidades de prácticas para la cocreación de conocimientos y la innovación con socios del norte y del sur podrían contribuir en gran medida a desarrollar soluciones técnicamente factibles, económicamente viables, socialmente aceptables y localmente adaptables.

También se necesitan nuevas alianzas para acelerar la adopción de nuevas tecnologías de procesamiento, distribución y tratamiento del agua. Pero la introducción de nuevas tecnologías e innovaciones debe garantizar que no agrave las desigualdades, por ejemplo en el caso de algunas aplicaciones de las TIC que perjudican a quienes carecen de un acceso adecuado a internet o a conexiones de telefonía móvil, por no hablar de la electricidad.

Financiamiento de la inversión

Lograr un acceso equitativo al agua potable para todos en 2030 podría requerir triplicar los niveles de inversión actuales. Parte del financiamiento actual puede estar mal orientada e incluso ser contraproducente a la hora de abordar las necesidades de las personas y comunidades más pobres.

Una mejor cooperación entre los lados de la demanda y la oferta de financiamiento requiere una mejor comprensión mutua entre los socios de cada una de sus perspectivas y requisitos. Productos financieros mejor adaptados y específicos para las instalaciones de abastecimiento de agua y saneamiento a nivel doméstico, como microcréditos para consumidores y hogares con bajos ingresos, podrían mejorar el impacto del financiamiento.

Gobernanza

Los procesos de elaboración de políticas y proyectos deben adaptarse mejor a las preocupaciones y a la contribución potencial de los distintos grupos mediante una alianza y una cooperación reforzadas. Para tener éxito, las alianzas público-privadas deben establecer una cooperación beneficiosa para todas las partes interesadas que sirva al interés público y proporcione al mismo tiempo un rendimiento decente al proveedor del servicio.

Tanto las operaciones del sector privado como las del sector público son más eficaces en países con marcos legislativos claros, predecibles y estables, ya que permiten respaldar con confianza las inversiones a largo plazo y obtener una rentabilidad razonable. La naturaleza interconectada del agua requiere un enfoque de toda la sociedad muy mejorado que abarque tanto las instituciones formales como las informales

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