El tema del agua subterránea transfronteriza entre México y Estados Unidos enfrenta importantes desafíos. En este documento se atienden algunas cuestiones planteadas en diversos foros, y se identifican los retos y alternativas. El principal objetivo es aportar conocimiento y plantear algunas propuestas para la sustentabilidad de los acuíferos transfronterizos en la región Paso del Norte.
Kamel Athie Flores Licenciado en Economía con maestría y doctorado en Administración Pública. Presidió la Comisión de Agua Potable y Saneamiento de la LXII legislatura de la Cámara de Diputados. Rector de la Universidad Tecnológica de Chihuahua.
Alfredo Granados Olivas Experto en asuntos transfronterizos del agua entre México y Estados Unidos en la Región Binacional Paso del Norte. Profesor investigador del Instituto de Ingeniería y Tecnología de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
La ONU ha establecido cuatro principios en los que descansa la gestión de las aguas compartidas entre naciones: 1) el uso equitativo y razonable del agua, 2) la obligación de no causar daño significativo, 3) la obligación de notificar, consultar e intercambiar información, y 4) la cooperación de buena fe (Hatch, s/f).
Actualmente la delimitación de los acuíferos que están en una cuenca hidrológica compartida está definida por la frontera internacional, no obstante que el comportamiento hidrogeológico de aguas profundas o someras formen parte de los dos países, ya sea por la entrada o salida de caudales; esto obliga a tener un conocimiento preciso, a efecto de no causar perjuicio y cumplir con los principios de derecho internacional y, en su caso, con las obligaciones de un tratado internacional. Los acuíferos transfronterizos entre México y Estados Unidos son identificados oficialmente entre ambos países y refieren a 36 cuencas binacionales que comparten el recurso de agua subterránea (Arreguín et al., 2021) (véase figura 1).

En tiempos recientes se han estudiado los acuíferos transfronterizos entre México y Estados Unidos y se han publicado resultados importantes en referencia a su disponibilidad, volumetría, calidad química, aspectos sociales y de planeación del uso del agua subterránea; en particular, de la dinámica hidráulica de los sistemas, en donde se evalúa la información publicada arbitrada del conocimiento que se tiene de dos acuíferos transfronterizos importantes que son ejemplo internacional por su manejo administrativo y de los acuerdos binacionales a los que se ha llegado entre ambos países: el Acuífero del Bolsón del Hueco (ABH) y el Acuífero de Conejos-Médanos-La Mesilla (ACMM) (véanse figuras 2 y 3).


Aunque actualmente no se cuenta con un tratado para la distribución de las aguas subterráneas entre México y Estados Unidos, como los existentes para las aguas superficiales, los asuntos internacionales en materia de aguas subterráneas en la frontera entre estos dos países se han atendido sobre la base de caso por caso en el seno de la Comisión Internacional de Límites y Aguas entre México y Estados Unidos (CILA).
El Acta 242 de la CILA, de fecha 30 de agosto de 1973, en su resolución 6 estipula que ambos países se consultarán recíprocamente antes de emprender en el área fronteriza de sus respectivos territorios cualquier nuevo desarrollo de aguas superficiales o subterráneas, o en su caso de emprender modificaciones sustanciales a sus desarrollos actuales, que pudieran afectar adversamente al otro país (CILA, 1973).
En este contexto, desde la década de 1970 ha tenido lugar en el seno de la CILA un proceso de intercambio de información sobre las aguas subterráneas en diferentes zonas de la frontera; se han atendido problemas de impactos transfronterizos tanto en cantidad como en calidad, y se han realizado esfuerzos conjuntos para mejorar el conocimiento científico de los acuíferos transfronterizos.
Elementos de diagnóstico
El estudio más reciente sobre acuíferos transfronterizos entre México y Estados Unidos considera que podría haber hasta 36 acuíferos. Se han reportado 15 acuíferos transfronterizos entre México y Texas, aunque solamente cinco han confirmado su conectividad geohidrológica.
Debido a falta de información, diferencias metodológicas en delimitaciones del acuífero y la limitada cooperación y coordinación entre agencias federales y locales dentro y entre países para enfrentar los desafíos de las aguas subterráneas desde una perspectiva binacional, los recursos transfronterizos de agua subterránea en gran parte no han sido caracterizados.
El estudio de los acuíferos transfronterizos se divide en tres fases: primero, evaluar la correlación superficial de unidades geológicas en ambos lados de la frontera; en segundo lugar, elaborar una clasificación de unidades geológicas basada en parámetros hidrogeológicos y calidad del agua, con objeto de identificar las unidades hidrogeológicas transfronterizas con potencial de acuífero; y en tercer lugar, identificar y visualizar las regiones de mayor prioridad en la región fronteriza México-Texas (Sánchez et al., 2018).
En el acuífero Bolsón del Hueco, la profundidad de material granular que comprenden los sedimentos saturados con agua de diversa calidad se extienden en más de 3,000 m de profundidad; esto abriría la posibilidad de contar con agua durante años en el futuro si se lograra instalar la infraestructura de tratamiento para su potabilización, como lo serían plantas desalinizadoras para proveer agua dulce suficiente a medida que se vayan abaratando los costos de tratamiento con innovadoras tecnologías de desalinización (Hibbs y Ortiz, 2022).
Sin embargo, los estudios más recientes llevados a cabo por las instancias responsables de la administración del agua en Ciudad Juárez han reportado abatimientos promedio del nivel piezométrico de 1.5 m/año en este acuífero, y de 0.75 m/año en el de Conejos-Médanos-La Mesilla, lo que ha provocado el deterioro de la calidad química del agua e incrementado los estándares al límite de la normatividad vigente (García et al., 2022).
De igual forma, el incremento del consumo de energía eléctrica ha repercutido en un aumento de kilovatios a través del tiempo, debido a la mayor profundización del bombeo y a la necesidad de presurizar el sistema de distribución de agua potable en la ciudad. Más aún, se ha estimado que la disponibilidad de agua dulce para el acuífero Bolsón del Hueco podría ser de no más de 40 años, tras los cuales tendría mayores concentraciones de salinidad; por ello es importante emprender las acciones apropiadas para prolongar la disponibilidad de agua de calidad y en cantidad suficiente en estos acuíferos (Mayer et al., 2021).
Por otro lado, el acuífero Conejos Médanos-La Mesilla, localizado al poniente de la región Paso del Norte, dividido orográficamente del Bolsón del Hueco por la Sierra de Juárez, se ha estado utilizando en los últimos 15 años como un complemento de suministro para cubrir el déficit que tiene la zona urbana de Ciudad Juárez. Este acuífero suministra alrededor de 22 millones de metros cúbicos anuales a través del acueducto Conejos-Médanos.
Se sabe que existe una gran disponibilidad de agua dulce en los primeros 300 m de profundidad de este acuífero y una mayor reserva de aguas salobres que podrían ser utilizadas como parte de las estrategias de acceso a los recursos de agua subterránea, que se estiman en más de 69 mil millones de metros cúbicos solo en la parte correspondiente a la sección mexicana del acuífero (Robertson et al., 2022). Esta agua subterránea salobre podría ser tratada con infraestructura como la que ya existe en la ciudad vecina de El Paso, Texas, que es considerada una de las plantas desalinizadoras intercontinentales más grandes del mundo (Hutchinson, 2009).
Conclusiones y recomendaciones
En la frontera entre México y Estados Unidos, el agua subterránea es el recurso hídrico que más seguridad ofrece a los usuarios, debido a que, por el clima seco y muy seco que predomina, existen muy pocos ríos permanentes. Este hecho, aunado a las prolongadas sequías, provocan que el agua superficial almacenada en las presas llegue a disminuir considerablemente.
Se propone institucionalizar, en el seno de la CILA, un grupo de trabajo de ambos países a lo largo de toda la frontera, con académicos y expertos en aguas subterráneas, para actualizar los estudios geohidrológicos, geofísicos y geoquímicos, con el fin de conocer el volumen de agua disponible y su calidad. Existen experiencias y condiciones favorables en la región Paso del Norte para trabajar en temas compartidos sobre el agua. Para ello es indispensable formular dichos estudios e integrar un inventario de aprovechamientos (pozos) para determinar el agua disponible y su calidad en ambos países.
Con base en los esquemas de gobernanza del agua existentes en cada país, es recomendable organizar a los diversos usuarios en comités técnicos de aguas subterráneas en los dos acuíferos compartidos, con la finalidad de hacer eficiente su uso, evitar abusos y sobreextracción, y avanzar hacia la sustentabilidad.
Resulta indispensable formular un plan de sustentabilidad hídrica en el que la gobernanza del agua sea la estrategia para lograr la participación de los usuarios, organizaciones civiles y académicos promoviendo eficiencia en todos los usos, tratamiento y reúso, manejo de cuencas, construcción y operación de presas y –muy importante– recarga de acuíferos.
Los gobiernos nacionales y los propios usuarios deben dedicar inversiones a estos proyectos; el Banco de Desarrollo de América del Norte está dispuesto a financiarlos con tasas de interés preferenciales para el desarrollo de la frontera.
Igualmente importa mucho obtener financiamiento para los estudios, para impulsar la tecnificación en las áreas de riego y para el abastecimiento de agua potable a las ciudades y poblados rurales.
Finalmente, es importante reconocer que las recomendaciones aquí propuestas son muy difíciles de implantar, porque se trata de una experiencia inusitada; por ello, deben acompañarse de leyes y reglamentos
Referencias
Arreguín, F., M. López y R. Galván (2018). Acuíferos transfronterizos en México: análisis normativo hacia una estrategia de manejo. Tecnología y Ciencias del Agua 9(2).
Comisión Internacional de Límites y Aguas entre México y Estados Unidos, CILA (1973). Acta núm. 242, Resolución permanente y definitiva del problema internacional de la salinidad del río Colorado. Disponible en: www.cila.gob.mx/actas/242.pdf
García, A. C., A. Granados, Z. Samani y A. Fernald (2022). Investigation of the origin of Hueco Bolson and Mesilla Basin Aquifers (US and Mexico) with isotopic data analysis. Water 526(14): 1-17.
Hatch K., G (s/f). Los acuíferos transfronterizos en México. Centro de Investigaciones sobre América del Norte. Disponible en: archivos.diputados.gob.mx /Comisiones _LXIII/agua /ponencias
Hibbs, B., y M. Ortiz (2022). New conceptual models of groundwater flow and salinity in the Eastern Hueco Bolson Aquifer. En: A. Granados (Ed.). Los recursos hidrológicos en cuencas transfronterizas entre México y Estados Unidos: El Paso del Norte y la gobernanza binacional del agua. México: Universidad Autónoma de Chihuahua: Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Hutchinson, W. R. (2009). Desalination of brackish groundwater and deep well injection of concentrate in El Paso, Texas. World Environmental and Water Resources Congress.
Mayer, A., et al. (2021). Investigating management of transboundary waters through cooperation: A serious games case study of the Hueco Bolson Aquifer in Chihuahua, Mexico and Texas, United States. Water 13(15): 1-17
Robertson, A. J., et al. (2022). Mesilla/Conejos-Médanos Basin: US-Mexico transboundary water resources. Water 14(2): 1-36.
Sánchez, R., et al. (2015). Distribución de los 36 acuíferos transfronterizos. Journal of Hydrology 535.
Sánchez, R., L. Rodríguez y C. Tortajada (2018). Transboundary aquifers between Chihuahua, Coahuila, Nuevo Leon and Tamaulipas, Mexico, and Texas, USA: Identification and categorization. Journal of Hydrology: Regional Studies 20: 74-102
Unesco (2015). Estrategia regional para la evaluación y gestión de los sistemas acuíferos transfronterizos en las Américas.